viernes, 30 de septiembre de 2022

"LOS NUEVOS PURITANOS". Por Brian Patrick Eha, publicado en Letras Libres el 1 abril de 2020

En octubre de 2019, la Academia Sueca anunció que le daba el Premio Nobel de Literatura al novelista y dramaturgo austriaco Peter Handke, una figura controvertida a causa de su aparente simpatía, expresada más de una década antes, por el fallecido dictador serbio Slobodan Milošević. La respuesta de los miembros bienpensantes del establishment literario fue el oprobio inmediato.

En una declaración de su presidenta, Jennifer Egan, el pen de Estados Unidos se mostró “atónito” por la noticia y dijo “lamentar profundamente” la elección del comité del Nobel. “Rechazamos la decisión de que un escritor que ha cuestionado persistentemente crímenes de guerra totalmente documentados sea celebrado por su ‘ingenio lingüístico’”, dijo Egan. “En un momento de nacionalismo creciente, liderazgo autocrático y desinformación extendida por todo el mundo, la comunidad literaria merece algo mejor que eso.”

La declaración era notable por su abierto rechazo a la primacía del arte. Las comillas de “ingenio lingüístico”, parte de la cita del Nobel para Handke, de quien John Updike escribió que era el mejor escritor en lengua alemana, parecen cuestionar el propio concepto, mientras que la presunción subyacente es que la bajeza moral del artista es por necesidad inherente a su obra. Al celebrar las novelas y obras teatrales de Handke, la Academia Sueca daba auxilio a los autócratas.

Se une a esta creencia la afirmación de Egan de que el mundo literario “merece algo mejor”, lo que, asumo, quiere decir un laureado que esté firmemente instalado en el lado correcto de la historia. Y si ese ejemplo pasado por alto poseía una identidad marginal a la moda, mejor. (Como era predecible, algunos críticos lamentaron que los dos galardones entregados en 2019 –el otro fue para la polaca Olga Tokarczuk– recayesen en autores europeos.)

Aquí vemos el contorno del nuevo moralismo que oscurece la creación cultural en Estados Unidos, como un gran mapa borgiano que se asienta opresivamente sobre el territorio que dice describir. Sus nociones gemelas –que el arte y el entretenimiento, así como quienes los producen, deberían estar sometidos a tests de pureza de ideología y comportamiento, y que los productos culturales y creadores que se consideran “problemáticos” deberían ser apartados en favor de material más edificante– ascienden, si no es que ya dominan.

El nuevo moralismo iliberal sostiene que debería darse preferencia en los programas educativos, en las páginas de reseñas y en las nominaciones para premios importantes a artistas cuyas opiniones políticas coincidan con las de los árbitros culturales y cuyas identidades se puedan celebrar sin peligro. El uso más elevado de las artes, desde este punto de vista, es consagrar una visión del mundo no tal como es sino como debería ser, en particular en asuntos de diversidad racial y de género y otras apreciadas causas progresistas.

Los libros y las películas de artistas problemáticos –y ser heterosexual, blanco y varón es ser tres veces problemático– en el mejor caso no ayudan y en el peor corrompen. Como me dijo un escritor, si quitas el centro de la frase, desvelas el problema actual de la literatura: “Rechazamos la decisión de que un escritor […] sea celebrado por su ingenio lingüístico.” CONTINUAR LEYENDO

miércoles, 28 de septiembre de 2022

ENTREVISTA A RITA SEGATO. Realizada por Marisa Kohan y publicada en publico.es. "Un juez tiene el mismo sentido común que un carnicero, porque está formateado por el patriarcado".

La antropóloga argentina Rita Segato tiene tantos títulos y reconocimientos que intentar plasmarlos en este artículo ocuparía la mayoría del espacio. El último homenaje lo recibió la semana pasada en forma de Doctor honoris causa por la Universidad de Salamanca. En su discurso, Segato desgranó su idea de intelectual, algo de lo que conversa también en esta entrevista. Pasó por España para recibir ese galardón, participar en una clase magistral en la Fundación Reina Sofía y para asistir a un desayuno auspiciado por el eurogrupo The Left y la Fundación Espacio Público. Y es en estos contextos, pero también cuando habla para Público, cuando afirma sin pestañerar que "un juez tiene el mismo sentido común que un carnicero, porque está formateado por el patriarcado".

Feminista convencida, dirige la cátedra llamada de Pensamiento Incómodo en la Universidad San Martín de Argentina. Autora y divulgadora de términos como "dueñidad", "mandato de masculinidad" o "colonialidad", afirma que la labor de los intelectuales es la de buscar o inventar palabras que puedan describir y nombrar la realidad cotidiana que viven las personas. "Lo que no se nombra no existe". Explica a Público que vivimos en un mundo "adueñado", porque el término desigualdad se queda corto para explicar la rápida concentración de la riqueza que vive el planeta y que esta acumulación hace que las leyes no funcionen.

Es una convencida de que las nuevas líderes están emergiendo de las estructuras comunales, como Francia Marquez en Colombia y que hay sectores del feminismo que hablan y actúan "de una forma autoritaria".


lunes, 26 de septiembre de 2022

"ESTA VIDA". Un libro del filósofo Martin HÄgglund

 

Abarcando desde cuestiones existenciales fundamentales hasta los problemas sociales más acuciantes de nuestro tiempo, Hägglund expone por qué nuestro compromiso con la libertad y la democracia debería llevarnos más allá de la religión y el capitalismo, y pone en tela de juicio nuestras nociones de fe y libertad. La fe que necesitamos cultivar, sostiene, no es una fe religiosa en la eternidad, sino una fe secular dedicada a nuestra vida finita en común. Demuestra que todas las cuestiones espirituales de la libertad son inseparables de las condiciones económicas y materiales. Pero lo que importa en última instancia es cómo nos tratamos unos a otros en esta vida, y qué hacemos con nuestro tiempo juntos. Hägglund desarrolla nuevos principios existenciales y políticos al tiempo que transforma nuestra comprensión de la vida espiritual. Su crítica a la religión nos lleva al corazón de lo que significa llorar a nuestros seres queridos, comprometerse y preocuparse por un mundo sostenible. Su crítica al capitalismo demuestra que no podemos mantener nuestros valores democráticos porque nuestras vidas dependen del trabajo asalariado. En términos claros y rompedores, Hägglund explica por qué el capitalismo es perjudicial para nuestra libertad, y por qué deberíamos, en cambio, perseguir una forma novedosa de socialismo democrático.

domingo, 25 de septiembre de 2022

"EN LA MENTE DE UN TERRAPLANISTA". Por Jose A. Pérez Ledo, publicado en elDiario.es el 23/09/22

Nos asomamos a la cabeza de una persona convencida de que la Tierra es plana para atisbar su razonamiento

Un día se te cae la venda de los ojos y de repente lo entiendes todo. Por ejemplo, ¿sabe usted por qué no hemos vuelto a la Luna? Yo se lo digo. Porque no podemos. ¿Y sabe por qué no podemos? Porque nunca hemos ido, por eso.

A mí la venda se me cayó un miércoles, aquí mismo, en la notaría. Estaba dando fe de la compraventa de un bien inmueble, un adosado en Medina de Pomar, cuando pensé: “Manuel, te están engañando”. No por el contrato, que estaba en regla, sino por todo lo demás. El mundo. La realidad.
Ya andaba mosca desde que empezaron con esto de la plandemia. No me tragué nada, por eso no me vacuné. Dije: “A mí no me metéis un chip, yo no soy un esclavo de Soros y de Gates como vosotros”. ¿Que no puedo coger un avión? Pues mira, oye, no lo cojo. La libertad tiene un precio y lo pago gustosamente.

El caso es que, en cuanto abres los ojos, los velos de mentiras se van cayendo uno detrás de otro. Cuando te das cuenta de que todo responde a un plan para subyugar a la humanidad orquestado desde hace décadas por un grupo de poderosos, dices: “Espérate un momento, ¿hasta dónde llega la conspiración?”. Y te das cuenta de que todo está conectado: la plandemia, el 11-S, Disney, la NASA, el aceite de palma, la OMS… ¿Sabe cuántos niños desaparecen al día en Europa? Diecisiete. ¡Diecisiete! ¿A usted eso le parece normal? No puedo contarle lo que pasa, porque hay un grupo de Facebook que está todavía recabando pruebas, pero le diré dos palabras: experimentos secretos.


Entiendo que me mire así. Yo mismo habría puesto esa cara hace solo un año, pero entonces tuve la revelación. Yo la llamo así aunque no es algo religioso, no se piense. Verá, estaba en un chiringuito de Benidorm, dándole vueltas a estas cosas, cuando miré al mar y pensé: “¿Por qué se ve plano?” Quiero decir, ¿no se supone que la Tierra es una pelota? Me quedé estupefacto, se lo juro. Luego me puse a buscar por internet y descubrí que había mucha gente, científicos independientes trabajando en ello. ¿Y sabe qué? No hay duda de que vivimos en un disco plano y redondo. Si lo piensa, es evidente. Entonces ¿por qué la gente no se da cuenta? Pues porque han sido programados desde niños. Vaya a Zara y dese una vuelta por la sección de ropa infantil. Mire los dibujos. Astronautas, naves espaciales, el planeta Tierra esférico… Pregúntese por qué.

Sí, sé lo que está pensando. Se pregunta qué podemos hacer nosotros contra una tiranía invisible y todopoderosa. Yo se lo diré. Tenemos que contrarrestar las falsedades con hechos. Educar a los niños en casa, enseñarles pensamiento crítico, explicarles que sus libros de texto no cuentan más que mentiras, desde la física hasta la biología pasando por la historia. Nosotros ya estamos perdidos, pero quién sabe si las próximas generaciones podrán por fin vivir en libertad. Merece la pena intentarlo. Pero bueno, no le aburro más con mis cosas, que ya sé que tiene prisa. Si me enseña ese contrato, le echamos un ojo. ¿Dónde dice que está la propiedad?

sábado, 24 de septiembre de 2022

"CUANDO EL ALZHÉIMER SORPRENDE A LOS 50: VIVIR CON EL OLVIDO DE QUIÉN LLEGASTE A SER". Un artículo de publicado en elDiario.es el

Dolores junto a su marido Francisco,
enfermo de Alzheimer 
LEO GARCÍA
Este miércoles se conmemora el Día Mundial de esta enfermedad y Cordópolis pone su mirada en tres pacientes que sufren esta demencia de manera precoz

La muerte y la enfermedad nos igualan a todos los mortales. No entienden de rangos sociales ni de edad. Cómo llegamos a ellas ya es otra cuestión. Las hay más crueles que otras, más inesperadas que otras, más despiadadas que otras. Y cuando aparecen con ansia de ferocidad, arrasan con todo y solo queda convertirnos en robles con ramas al son de latigazos. Así es la enfermedad del alzhéimer, de la que este miércoles se conmemora el Día Mundial. Su detección precoz, como cualquier dolencia, es vital para hacerle frente con rapidez. Siempre asociada a la senectud, el alzhéimer afecta cada vez más a personas jóvenes. Lo más común es que aparezca a partir de los 60 años, pero ese rango de edad se amplía hasta los 40 años, lo que se conoce como alzhéimer de inicio temprano, un gran desconocido en la sociedad.

De ello sabe muy bien Dolores, pareja de Francisco, quien padece la enfermedad. Aunque fue en 2018 cuando ya obtuvieron un diagnóstico certero de que “aquellos despistes” eran en realidad los inicios del alzhéimer, los primeros síntomas aparecieron en 2010. Hoy, con 59 años -le detectaron la enfermedad con 55 años-, Francisco vive acompañado continuamente de su mujer. “Siento un dolor intenso enorme, una desilusión y una rabia... Sabía que algo pasaba pero no nos hicieron caso”, cuenta Dolores con crudeza, relatando un periplo médico desde 2010. Afirma que los neurólogos que empezaron a tratar a su marido no asociaban “sus despistes” con un inicio temprano del alzhéimer. Por aquel entonces, Francisco tenía 47 años.

Fue ella la que “tiró del carro”, siguió insistiendo y contactó con un médico de la sanidad privada. “Sabía que lo que le estaba pasando a Francisco no era fruto de su medicación, porque tiene otras patologías, ya que, además, sufre problemas del sueño y dolores musculares, todo ello debido a su riego sanguíneo”. A pesar de los errores en el diagnóstico de la enfermedad, Dolores defiende que “todo depende del profesional que te trate ya que creo que, a veces, los médicos no nos escuchan tan atentadamente como deberían. Cuando los dos acudimos a los talleres de la Asociación San Rafael Alzheimer y Otras Demencias veo que no soy la única que ha pasado por esto”.

Cuando la enfermedad fue a más, a pesar de no contar con un diagnóstico, Francisco tuvo que dejar de trabajar. Ahora, de lunes a viernes, acude a esta asociación para participar en talleres terapéuticos dado que el alzhéimer es neurodegenerativo y no hay cura. Por el momento. Dolores trabaja “cuando sale algo” y encadena contratos, una situación precaria que, aunque impide al matrimonio contar con una estabilidad económica, a ella le aporta algo muchísimo más valioso: “Poder desconectar durante unas horas de la realidad que nos ha tocado vivir”. La salud del cuidador es tan importante como la del enfermo porque del primero depende que el castillo de naipes no se desplome al menor soplido.

Dolores es los pies y las manos de su marido. A pesar de que cuentan con el apoyo familiar, tampoco quiere “abusar”, reconoce honestamente. “La vida nos ha cambiado tanto... Llegó un día en que le dije a mi marido que ya me tenía que meter con él en la ducha. Le voy indicando qué se tiene que echar, pero tengo que estar con él”. Caminar por casa tampoco es del todo seguro para él. “La enfermedad le ha afectado mucho a su concepto del espacio e, incluso, se pierde en el pasillo”. Francisco está volviendo a ser aquel niño que fue hace mucho, pero llora como quien peina canas al ver cómo avanza la enfermedad. “Él es consciente de todo y eso es realmente duro. ¿Cómo le quito yo ese dolor? Muchas veces se le caen las lágrimas y me dice que no tiene edad para estar así”. La impotencia en su máxima expresión. “Pero nos tenemos el uno al otro. Me quedo con eso”. CONTINUAR LEYENDO

viernes, 23 de septiembre de 2022

"BIENVENIDO AL PARAÍSO FISCAL. Cuando se le quita un impuesto a un rico, se le roba una oportunidad al país." Un artículo de Javier Gallego publicado en elDiario.es el 21 de setiembre de 2022

Bienvenido al paraíso, le escribió Ayuso a Moreno Bonilla en Twitter para felicitarle por eliminar en Andalucía el impuesto de patrimonio, suprimido también en Madrid. La presidenta madrileña no se tapa, aunque no lo dice todo: Madrid es concretamente un paraíso fiscal para ricos. También lo será Andalucía. El impuesto sobre el patrimonio lo pagan solo las 190.000 mayores fortunas y recauda 1.200 millones anuales. Serían 1.000 millones más si se cobrase en la capital de España. Millones para la Sanidad, la Educación y los servicios del resto. Para ayudar a los más desfavorecidos, redistribuir la riqueza y reducir la desigualdad. Cuando se le quita un impuesto a un rico, se le roba una oportunidad al país.

La derecha argumenta que esta ventaja fiscal atrae al capital y dinamiza la economía. No caben más falacias juntas. Primera, los ricos solo pagan unos 6.000 euros anuales de promedio por este impuesto pese a que suman 3,5 millones de patrimonio medio cada uno, así que no se van a mover por esto. Pero lo que es insignificante para ellos, es significativo para el bien común. Segunda, la economía se mueve cuando el dinero se reparte, no cuando se acumula. Y tercera, un país con desigualdad entre vecinos y comunidades, es no solo injusto sino ineficiente. Esto no es comunismo, es liberalismo puro.

El PP no es liberal, es neoliberal. Quiere imponer un modelo de sociedad precarizada con un Estado débil en el que los trabajadores están indefensos y sometidos a una élite intocable, inalcanzable. Es la forma moderna de la sumisión. Pobres cebando a ricos. El drama es que las clases empobrecidas y emputecidas que sirven para engordar el hígado de las clases pudientes acaban eligiendo a quienes les explotan. Esto es así porque el dinero controla no solo los medios de producción, también los medios de comunicación que son medios de manipulación y persuasión de las masas. Una sociedad desigual es una sociedad prisionera. Por eso hace falta un Estado fuerte con una tributación equitativa que provea de defensas sociales, económicas, educativas frente al capital.

España es uno de los países de Europa donde los ricos pagan menos impuestos gracias a los favores que reciben y al dinero que evaden. Por eso recaudamos 7 puntos menos del PIB que la media europea y por eso estamos a la cabeza de la desigualdad. En plena crisis global, no solo la Unión Europea, desde la OCDE hasta el FMI han recomendado gravar la riqueza como se ha hecho en otras crisis. Como hizo Estados Unidos, cuna no solo del capitalismo, también de la tributación progresiva, que llegó a establecer un impuesto a los ricos de hasta el 90% de riqueza después de la 2ª Guerra Mundial. En España vamos en dirección contraria, el PP de Feijóo pisa el acelerador y el PSOE de Sánchez critica pero no le frena.

Los socialistas han aceptado, por fin, el impuesto a las grandes fortunas que pide Unidas Podemos (aunque lo dejan para 2023 y con carácter termporal) pero reprueban a Escrivá por proponer una centralización que acabe con la inequidad entre comunidades. Así los que van delante cada día se alejan más de los que van detrás. Tenemos una oligarquía insolidaria, una derecha que le baila el agua y un partido de Gobierno que se dice de izquierdas pero no se atreve a toserle. Y lamentablemente, tenemos una masa cautiva que cree que es mejor pagar menos, que los listos no pagan y que los impuestos se malgastan. Es culpa también de políticos irresponsables y corruptos que haya cundido esta idea.

Pero nada más patriótico que pagar impuestos. Mucho más que jurar bandera, agitar banderitas y ondear banderones. Los impuestos hacen país, salvan vidas, crean oportunidades y riqueza, promueven el progreso, protegen y educan, construyen sociedades más justas y más sólidas. Los impuestos son una base de la democracia liberal. Pero para que un impuesto sea democrático es fundamental que sea progresivo y defienda a la mayoría de la minoría que quiere vivir a su costa. El paraíso fiscal para ricos de Ayuso, Bonilla y Feijóo, es un infierno para pobres.

jueves, 22 de septiembre de 2022

"VUELTA AL COLE EN ESPAÑOL DE ESPAÑA". Un artículo de Quan Zhou publicado en elDiario.es el 19 de setiembre de 2022

Si a un niño no hispano-hablante no le aseguras un buen aprendizaje del español, y la lengua vehicular regional cuando aplique, ¿cómo va a seguir formándose? Y si no se forma, ¿qué perspectiva de futuro hay para ellos y ellas?

“Vine a Cataluña con 11 años, nunca se sentaron a ayudarme, solo aprobaba inglés, música y educación física, recuerdo que lloré muchísimo porque no entendía nada, sabía las cosas, pero no me podía expresar y los niños no querían jugar conmigo”, cuenta Liz, originaria de Rusia.

“En el colegio me sentía sumamente tonta, no entendía palabras, las mezclaba, no entendía las frases hechas. Hasta 5º de primaria, cuando logré aprender, no me di cuenta de lo inteligente que era, después fui alumna de matrícula”, dice con tristeza A. Wu, hija de migrantes chinos.

Yo no tuve ese problema. Aunque en mi casa se hable un dialecto chino (qingtianhua), mi primera lengua es el español y jamás tuve barrera idiomática. Pero no es el caso de familiares cercanos. Tuve una familiar que migró a España con 11 años, y la barrera idiomática fue tan fuerte, y los recursos para aprender español tan escasos (además del bullying), que, como resultado, sufrió fracaso escolar, y a día de hoy su manejo del castellano es limitado. Ella no fue la única. Hijos e hijas de amigos de mis padres sufrieron también esa barrera idiomática; algunos de ellos repitieron curso y otros abandonaron el instituto en cuanto dejó de ser obligatorio, dedicándose a los negocios familiares. Para muchos nacidos aquí, el hacer de traductores o aula de integración en nuestra infancia era el pan de cada día: “enseña español a tu tío/prima/familiar”, “tradúceme esto”, “ayuda a Ling en la clase, que no entiende español”, “lleva a tu tía al médico, que sola no entiende”.

De esto, han pasado más de 20 años, pero ¿y a día de hoy? ¿Cómo está la cosa? Habiendo aumentado la inmigración en España, el paso lógico es mejorar (o insertar) la educación del ELE (Español como Lengua Extranjera) para los niños y niñas que han migrado con sus familias. Porque la primera cosa que tienes que saber al llegar a un país, para poder ser autónomo en él, es el idioma.

¿Qué dice la ley? Primero, la Constitución dice que todos tenemos derecho a la educación (artículo 27. 1) y, además, que la enseñanza básica es gratuita y obligatoria (artículo 27.3).

A partir del 2007, se empezó a regular la educación de niños y niñas migrantes; esto se debió al crecimiento de la población inmigrante en España (José Fernández Echeverría y F. Javier García Castaño Instituto de Migraciones, Universidad de Granada 2015). El artículo 79 dice: Corresponde a las administraciones educativas desarrollar programas específicos para los alumnos que presenten graves carencias lingüísticas o en sus competencias o conocimientos básicos, a fin de facilitar su integración en el curso correspondiente.

Vamos, que según la Constitución, todos —niños y niñas migrantes y no migrantes— tendríamos que tener acceso a la educación básica y obligatoria en igualdad de condiciones y corresponde a las administraciones asegurarse de ello. Esto, como las meigas, regulaciones y subvenciones para la inmersión lingüística, habelas hailas, pero ¿cómo afecta en la vida real?, ¿qué pasa en las aulas? CONTINUAR LEYENDO

miércoles, 21 de septiembre de 2022

"¿LA MERITOCRACIA SON LOS PADRES? CÓMO EL SISTEMA EDUCATIVO FALLA A LAS CLASES BAJAS FRENTE A LAS ALTAS". Un artículo de Pau Rodríguez / Victòria Oliveres publicado en elDiario.es el 2 de diciembre de 2021

La escuela ha logrado en las últimas décadas que miles de personas de clase obrera accedan a estudios superiores y empleos cualificados, pero a menudo el nivel de ingresos de los padres pesa más que las capacidades de los hijos

El día que Mónica Martínez-Bravo, economista e hija del barrio obrero de la Prosperitat, en Barcelona, tuvo la oportunidad de pronunciar un discurso frente a un puñado de colegas y familiares, en ocasión del premio Banco Sabadell que le acababan de otorgar, decidió que hablaría de la igualdad de oportunidades. Ella, de familia humilde y doctorada por la prestigiosa universidad norteamericana MIT, parecía la prueba de que el éxito no entiende de clases sociales, sino solamente de esfuerzo y talento. Pero sus palabras fueron directas a las grietas de este relato.

“Hay tantos instantes en mi trayectoria donde el camino se podría haber torcido que no creo que pueda considerarse representativa”, leyó en la ceremonia, celebrada el 26 de septiembre en Oviedo. “A pesar del espectacular crecimiento económico español durante las últimas décadas y del acceso generalizado a la educación pública, la movilidad social sigue siendo limitada”, alegó.

Producto de la escuela y de la universidad públicas, y de unos progenitores que le inculcaron la importancia de formarse, Martínez-Bravo reconoce el valor de los estudios para labrarse un futuro mejor, pero por su entorno sabe que no todo el mundo lo tiene igual de fácil en este camino, más arduo y lleno de barreras para quienes proceden de familias desfavorecidas. “No quería que mi caso se entendiese como la prueba de que existe la meritocracia”, se reafirma hoy.

El de la meritocracia es un debate recurrente en España y en todo el mundo. ¿Se ordena nuestra sociedad única y exclusivamente en base a las capacidades y calificaciones de la ciudadanía? La discusión aflora constantemente, desde el plano educativo, con el reciente ejemplo del decreto de evaluaciones de la ESO y Bachillerato, hasta el empresarial, con el nombramiento de Marta Ortega, hija de Amancio, como presidenta de Inditex.

Un ascensor con múltiples averías

La realidad de la movilidad social, sin embargo, es mucho más compleja. La literatura científica ha demostrado desde hace décadas que el nivel social y económico de las familias, reducido a veces a su código postal, es un factor clave para predecir el desempeño educativo de los hijos. Pero, aun así, los expertos consultados se muestran muy cautos a la hora de decidir si la sociedad española es o no meritocrática. “La meritocracia existe, pero está averiada. La sociología lleva años observando en la trastienda de este ideal y ha comprobado que parte de él es un decorado”, sostiene José Saturnino Martínez García, sociólogo especializado en desigualdades educativas y ahora director de la Agencia Canaria de Calidad Universitaria y Evaluación Educativa.

Lucas Gortázar, director de investigación de 'Economic Policy & Political Economy’ de Esade, y Rafael Merino, sociólogo del Grupo de Investigación en Educación y Trabajo de la UAB, se expresan en términos parecidos. “La meritocracia es una promesa que es importante mantener, pero que está parcialmente incumplida”, dice el primero. “Hace 200 años nadie de clase baja accedía a la educación superior y ahora son millones de personas”, abunda. Y advierte el segundo: “A los hijos de clase baja les compensa llegar a la universidad, esto es clarísimo. Hacer un discurso de que estudiar no sirve para nada es falso y es clasista”.

Pero a partir de ahí, la pregunta es si España es más o menos meritocrática que el resto de países de su entorno y si se puede identificar dónde falla el sistema, el educativo y el laboral, a la hora de garantizar igualdad real de oportunidades. Y por qué. CONTINUAR LEYENDO


martes, 20 de septiembre de 2022

"LA IGLESIA, GAS INNOBLE". Por Miguel Campillo Ortiz. Director del programa “Sintonía Laica” de Radiópolis. Miembro de Europa Laica, 16 de septiembre de 2022

Escribí este artículo el 22 de agosto de 2012. Diez años y 2 papas después la corporación católica no ha cambiado, por lo que lo considero de plena actualidad.

El 14 de agosto de 2012 fue inaugurada por el entonces alcalde, Juan Ignacio Zoido, y el arzobispo, Juan José Asenjo, la estatua a Karol Wojtila, para los católicos papa peregrino Juan Pablo II. Veinte metros cuadrados del espacio público y cuatro metros de altura, o sea, ochenta metros cúbicos, albergan el ya cotidiano homenaje en bronce a este personaje. La iniciativa había sido promovida por la asociación Pro Monumento a Juan Pablo II en Sevilla, que curiosamente se autodefine “apolítica y aconfesional”. En la placa reza “Sevilla a Juan Pablo II”, como si toda la ciudadanía sevillana perteneciera a esa asociación.

¿Y qué hizo Wojtila por la Humanidad para ser canonizado por la Iglesia, y para que en Sevilla, además de ser homenajeado con una avenida, también lo sea con una estatua en pleno centro monumental? Recordemos que sucedió a Albino Luciani, autonombrado Juan Pablo I por su deseo de continuar la política iniciada por sus antecesores Juan XXIII y Pablo VI. Este propósito y su enfrentamiento con el todopoderoso arzobispo norteamericano Paul Marzinkus, el “banquero de dios”, no parecen ser ajenos a su prematura y sospechosa muerte.

La época de la guerra fría tocaba a su fin. El Pacto de Varsovia se descomponía y el imperialismo norteamericano veía nuevos mercados en él, y para conseguirlos qué mejor aliada que la Iglesia Católica encabezada por un papa polaco anticomunista. Comienza el acoso al Pacto de Varsovia en Polonia, con la financiación ilegal del sindicato Solidaridad a través del Banco Vaticano, una vez restituido Marzinkus al frente de éste. Más tarde será en Yugoslavia donde el Vaticano no dudará en alentar una guerra, guerra que se inició por parte de los católicos independentistas de Eslovenia y Croacia, que desataron la limpieza étnica frente a los ortodoxos serbios y los musulmanes bosnios.

Enseguida el tándem Ronald Reagan-Margaret Thatcher-Juan Pablo II procedieron a instaurar el Nuevo Orden neoliberal. Juan Pablo II bendijo la economía de mercado en su encíclica Centesimus annus; del Padre Nuestro cambiará la frase “perdónanos nuestras deudas como nosotros perdonamos a nuestros deudores” por “perdónanos nuestras ofensas como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden”, quitándoles así de la cabeza a los países tercermundistas que les condonaran la deuda.

En América Latina el papado de Juan Pablo II se caracterizó por la podredumbre y la indecencia. La relación del narcotráfico con la Iglesia Católica fue poco menos que evidente. Con el consentimiento de Juan Pablo II, las jerarquías eclesiásticas de Chile y Argentina apoyaron la represión ejercida por las dictaduras militares. Martillo de la Teología de la Liberación, hasta tres veces fue monseñor Romero a Roma a pedirle protección. Juan Pablo II ni siquiera lo recibió. Romero sería asesinado poco después, al igual que el español Ignacio Ellacuría y muchos otros. Sin embargo protegió y encubrió a Marcial Maciel, abusador sexual de menores y fundador de los Legionarios de Cristo.

Nos enseñaron en el bachillerato que los gases tienden a expandirse, ocupando el máximo volumen del recipiente que los contiene, adoptando la forma de éste. Y aquella Ley de Boyle-Mariotte nos demostraba que en los gases había una relación inversamente proporcional entre volumen y presión: a mayor presión, menor volumen ocupa el gas. La Iglesia Católica, cual gas innoble, también tiende a ocuparlo todo: las mentes de los niños y niñas, el aparato reproductor de las mujeres, la vía pública…Y como la presión del Estado sobre la Iglesia es cero, ésta vuelve a ocuparlo todo, como en los mejores tiempos del nacionalcatolicismo. ¡Qué contenta la sevillanía! De seguir así, tendremos que salir a la calle con una máscara antigás.


lunes, 19 de septiembre de 2022

"AHORA QUE ESTÁ BIEN MUERTO". Un poema de Carl Wendell Hines

 

Ahora que está bien muerto, alabémoslo,
construyamos monumentos a su gloria,
cantemos hosannas a su nombre.

Los muertos son héroes muy convenientes.
No pueden levantarse para desafiar las imágenes
que fabricaremos de sus vidas.

Y además,
es más fácil construir monumentos
que hacer un mundo mejor.


“Hay un esfuerzo definitivo por parte de Estados Unidos para convertir al verdadero Martin Luther King Jr. en el Tío Tom del siglo. En mi opinión, fue el militante del siglo”. Hosea Williams, estrecho colaborador de King en el movimiento por los derechos civiles 390




domingo, 18 de septiembre de 2022

"LA PATRIA BURGUESA Y LA PATRIA UNIVERSAL". Discurso de Ricardo Flores Magón pronunciado en 1915

 "Y bien; ¿qué patria tiene el pobre? El que no cuenta más que con sus brazos para ganarse el sustento, sustento del que carece si al amo maldito no se le antoja explotarlo, ¿qué patria tiene? Porque la patria debe ser algo así como una buena madre que ampara por igual a todos sus hijos. ¿Qué amparo tienen los pobres en sus respectivas patrias? ¡Ninguno! El pobre es un esclavo en todos los países, es desgraciado en todas las patrias, es un mártir bajo todos los gobiernos. Las patrias no dan pan al hambriento, no consuelan al triste, no enjuagan el sudor de la frente del trabajador rendido de fatiga, no se interponen entre el débil y el fuerte para que éste no abuse del primero; pero cuando los intereses del rico están en peligro, entonces se llama al pobre para que exponga su vida por la patria, por la patria de los ricos; por una patria que no es nuestra, sino de nuestros verdugos.

Abramos los ojos, hermanos de cadena y de explotación; abramos los ojos a la luz de la razón. La patria es de los que la poseen, y los pobres nada poseen. La patria es la madre cariñosa del rico y la madrastra del pobre. La patria es el polizonte armado de un garrote, que nos arroja a puntapiés al fondo de un calabozo o nos pone el cordel en el pescuezo cuando no queremos obedecer las leyes escritas por los ricos en beneficio de los mismos ricos. La patria no es nuestra madre: ¡es nuestro verdugo!.."


sábado, 17 de septiembre de 2022

"DÉJENME VIVIR EN MI ZONA DE CONFORT". Por Carlos Javier González Serrano, publicado en Ethic el 9/09/2022

Desde hace algunas décadas, el lenguaje económico se ha adueñado del espectro semántico que trata de lo emocional y lo afectivo. Nos dicen que demos lo mejor de nosotros, que nos saquemos rendimiento, que aprovechemos las adversidades para crecer. Como si dependiese únicamente de nosotros mismos.

Cada vez es más habitual entrar en una librería cualquiera y encontrarla invadida por todo tipo de libros de autoayuda en los que, como reclamo principal, se nos invita a «salir de nuestra zona de confort». Estas obras, que cuentan con millones de lectores en todo el mundo, esbozan mesiánicas promesas que –presuntamente– nos permiten eludir el sentimiento de incertidumbre o la ansiedad, afrontar con éxito los momentos flacos de nuestra vida o que aseguran dotarnos de herramientas para sacarnos todo el partido posible en el desarrollo de lo que denominan «crecimiento personal».

Desde hace algunas décadas, el lenguaje económico se ha adueñado del espectro semántico que trata de lo emocional y lo afectivo. Es decir, el lenguaje economicista se ha apoderado de la esfera privada: «sé tu mejor versión», «rentabiliza tus relaciones y emociones», «sácate todo el rendimiento», «aprovecha las oportunidades de las crisis», etc. Sin embargo, como lectores críticos deberíamos preguntarnos qué supone el hecho de que este tipo de literatura, bajo una hábil capa de barniz que todo lo adorna con el augurio del éxito futuro, trate a los individuos como pequeñas empresas de las que hay que extraer todo el rédito posible en cualquier ámbito de la vida, desde las relaciones interpersonales, pasando por el trabajo hasta llegar a la relación con nosotros mismos.

En este contexto, todo se hace susceptible de ser rentabilizado, de ser tratado en términos transaccionales, de pérdida o de ganancia, de éxito y de fracaso. Incluso los trastornos psicológicos. No faltan los perversos gurús que aseguran que las depresiones se las causa el propio individuo, y que es él quien ha de salir del pozo en el que se ha metido. Nadie negará que existen circunstancias y decisiones que pueden conducirnos paulatinamente a lo que Arthur Schopenhauer llamó «los más oscuros abismos humanos», pero también es cierto –y es lo que debe preocuparnos– que, con terrible normalidad (y silenciosa violencia), se obvian, callan y justifican las causas de carácter sistémico y estructural que vertebran la aparición de todo tipo de dolencias psicológicas y psiquiátricas.

Con extremada finura (inmoral), esta manera economicista de referirse a lo emocional ha conducido a un modo análogo de comportarnos con las emociones: el individuo se ve encerrado en un lodazal al que le hacen creer que ha llegado en exclusiva por sus propios deméritos, es decir, porque no ha explotado sus propios recursos de la manera más eficiente. No solo los trastornos emocionales y cognitivos, sino también nuestra posición socioeconómica es achacada a errores solamente individuales: quien no cuenta con recursos económicos es porque quiere, quien no tiene trabajo es porque no se adapta al mercado laboral, quien no prospera es porque no ha sabido relacionarse. Pero no importa: siempre existirá un libro de autoayuda que nos permita aceptar la pobreza, el desempleo o la falta de contactos. Un vasallaje emocional que debe erradicarse, sobre todo, desde las instancias educativas, pero también desde las familias.   CONTINUAR LEYENDO



jueves, 15 de septiembre de 2022

"BULOS SOBRE LAS LEYES DE VIOLENCIA MACHISTA PARA MILES DE ADOLESCENTES A GOLPE DE TIK TOK". Por Ana Requena Aguilar en elDiario.es, 17 de agosto de 2022

Raquel decidió sentarse a hablar con su hijo de 13 años después de escucharle decir que el feminismo no respetaba la presunción de inocencia de los hombres. Su fuente eran un montón de vídeos de TikTok

El hijo de 13 años de Raquel llevaba unas semanas haciendo comentarios contra la ministra de Igualdad, Irene Montero. Criado en un entorno feminista, las alarmas de Raquel terminaron por saltar cuando su hijo aseguró un día que el feminismo no respetaba la presunción de inocencia de los hombres. “Es cuando decidimos hablar largo y tendido con él del tema”, cuenta. Raquel indagó en cuáles eran sus fuentes de información y su hijo le envió un montón de vídeos de TikTok, “todos con el mismo mensaje: el feminismo sirve para montar chiringuitos y discrimina a los hombres”. Juntos, volvieron a ver los vídeos, Raquel le explicó el funcionamiento de la ley y le envió información y datos.

La plataforma TikTok es para cientos de miles de adolescentes una herramienta fundamental con la que hacerse una idea del mundo. Solo que los y las tiktokers no siempre dicen la verdad. Hay otro planeta habitable además de la Tierra. La mejor forma de combatir el acné es afeitarse la cara. La nueva ley del 'solo sí es sí' convierte a todos los hombres en culpables automáticamente. Son algunas de las creencias que varios adolescentes han expresado con convicción a familiares cercanos porque lo vieron en la red social. CONTINUAR LEYENDO

miércoles, 14 de septiembre de 2022

"QUÉ MÁS DA SI TODOS SON IGUALES". Por Lucía Taboada en elDiario.es, 11/IX/2022

El odio hacia la clase política es una forma socialmente aceptable de intolerancia en España, además del odio al seleccionador nacional de turno. No aparece en la Constitución, pero debería

Desde hace tiempo, pongamos como fecha de partida la crisis del 2008, los gobiernos pierden legitimidad, en un tapón que no se cierra. Las instituciones se sienten lejanas, ajenas a los problemas reales. Los políticos acumulan los índices de aprobación más bajos de la historia. Los desafíos globales, como el cambio climático, parecen pedirnos soluciones más generalizadas que liderazgos cínicos y sin carisma. Así que la desafección lleva tiempo extendiéndose como una molécula de gas en un globo a punto de estallar. Una desafección que conduce irremediablemente a la abstención. No es solo que algunos votantes no se sientan interpelados por la política, es que piensan que no es útil y, por tanto, dejan de votar. Ocurre, por ejemplo, en los barrios humildes donde el divorcio ciudadano-político es notable.

El otro día Pablo Motos presentaba sus credenciales en la nueva temporada de El Hormiguero. Será una temporada que “aporte la alegría que necesita la gente”, decía. Seguramente este sea el objetivo más loable de cualquier programa de entretenimiento, provocar sonrisas en tiempos grises, generar carcajadas después de días mustios. Pero en su discurso añadía también otro mensaje generalizado, después de mentar a los niveles de inflación: “No parece que nuestros políticos nos vayan a salvar. Yo no confío en los políticos, pero confío mucho en la gente”.

El discurso provocó una sonada ovación en plató. Era previsible. El odio hacia la clase política es una forma socialmente aceptable de intolerancia en España, además del odio al seleccionador nacional de turno. No aparece en la Constitución, pero debería. Solo hay una cosa que gusta más a un público hastiado que la frase “todos los políticos son iguales” (sentencia rara vez exenta de ideología) y es un “a mí no me gustan los políticos, me gusta la gente”. Porque nosotros, la gente, no nos queremos mezclar con la clase política, otra clase de gente, gente en entredicho, gente entre comillas, a veces gentuza. Es un fenómeno similar al que ocurre cuando paseamos por el centro de una ciudad turística y farfullamos “joder, cuánta gente”, como si nosotros no formásemos parte de esa masa. En el puente de la Constitución, paseando por Gran Vía de Madrid, la gente es otra, no tú. En hora punta en una playa cualquiera del levante, la gente es otra, no tú. Tratando de pedir cerveza en la barra de un concierto, la gente es otra, no tú. Cuando embarcas en un avión entre colas enmarañadas y caos grupal, la gente es otra, no tú.

El individualismo, el encogimiento de hombros y una actitud escéptica hacia la política son saludables hasta cierto punto. Hay higiene democrática en la desazón, en la crítica. Pero, bienvenida la obviedad, es la gente la que elige a sus representantes. O, como diría uno de esos representantes elegidos por la gente, es el alcalde el que elige al vecino. Un mal político no suele provocar el caos por sí solo, como un espasmo temporal transitorio; normalmente un mal político es consecuencia del propio caos ya instaurado.

El discurso de “deja de creer en los políticos, solo nos podemos salvar nosotros mismos” rara vez conduce a una salvación. Como mucho conduce a que se salven de los de siempre (los que pueden) o al encumbramiento de nuevas voces que se envisten de salvadoras con ideas de sobra conocidas por todos.


martes, 13 de septiembre de 2022

Waleed Saleh: “Los partidos de izquierda deberían saber que el hiyab no es una prenda cualquiera, sino el símbolo patriarcal por excelencia”

Nacido en Iraq en 1951, Waleed Saleh es doctor en Estudios Árabes e Islámicos y se ha destacado en los últimos años por sus análisis del islam político. Conocido también por ser traductor de Gabriel García Márquez al árabe, en su última obra, Feminismo e islam. Una ecuación imposible (El Paseo), impugna el llamado feminismo islámico como un oxímoron: a lo largo de 170 páginas, Saleh pone de manifiesto el modo en que la influencia del Corán en las leyes aleja la posibilidad de alcanzar sociedades igualitarias, revela la misoginia de algunas fetuas y advierte de los peligros que entraña el relativismo cultural. El autor encontró un momento en sus vacaciones para atender por teléfono las preguntas de elDiario.es Andalucía.


Usted menciona en su libro a los partidos que llevan en sus listas a candidatas con hiyab para ganarse el voto de los musulmanes. En el caso de las formaciones de izquierda, ¿no es atentar contra sus propios principios, colaborando con el patriarcado?

Es una actitud inaceptable. Ellos lo justifican en nombre de la interculturalidad, la pluralidad, el relativismo cultural, la idea de que son sus costumbres y hay que respetarlas. Pero eso es una gran equivocación, y como dices está en contra de sus propios ideales. No se atreven a llegar al fondo de las cosas. Porque el hiyab no es una vestimenta cualquiera, es el signo patriarcal por excelencia. Se alude a que es un signo de identidad. ¿Por qué se lo quitan cuando las mujeres están solas? ¿Deja entonces de ser necesario un signo de identidad? ¿Y por qué tiene la mujer que llevar un signo de identidad, y no el varón? Porque cuando vienen, los vemos vestidos como occidentales, ultramodernos, con sus pantalones cortos y sus gafas de sol, y la mujer al lado metida en un saco negro, ¿por qué esa condena? Sería razonable que los partidos de izquierda lo pensaran y actuaran de otra manera. Yo no estoy en contra de que una mujer madura y consciente lleve el hiyab por su propia voluntad, pero sabiendo siempre lo que significa. Y tiene que saberlo todo el mundo: las sociedades, los partidos, las comunidades y la propia mujer que lo usa.

¿Tiene esperanza de que los partidos tomen esa conciencia?

[risas] Simplemente es importante hacerles ver esta actitud incorrecta. A lo mejor en algún momento reaccionan y actúan de otra manera. Incluso mucha gente académica, profesores, intelectuales, se equivocan al defender el hiyab o las tradiciones que hemos comentado. Por ejemplo, hay cantidad de profesores y profesoras, ¡sobre todo mujeres!, en defensa total del feminismo islámico, apoyándose en libros escritos en España, Inglaterra, Francia, EEUU… No se paran a pensar: ellas son modernísimas pero defienden el hiyab, el tema del divorcio, etc. Me choca muchísimo, me pregunto si saben realmente qué están defendiendo, si han mirado un poco los códigos de familia, los textos fundacionales del islam. El error de la academia para mí es todavía más grave que el de los partidos.

¿No es una forma de racismo defender unas normas para otras que yo jamás aceptaría?

Exacto. Para mí quiero una vida con libertades, puedo fumar en la calle o teñirme el pelo como quiera, ponerme un pantalón corto, una minifalda o un bikini, pero defiendo el pañuelo y el burkini para las mujeres musulmanas, y que el divorcio esté en manos del hombre. Es una actitud selectiva, racista, machista. Y es inaceptable desde el punto de vista de las libertades y los derechos.

lunes, 12 de septiembre de 2022

"ELIMINAR LO ESTEREOTIPOS PARA REIVINDICAR LA VEJEZ". Por Raquel Medina Bañón, publicado en elDiario.es el 27 de agosto de 2022

La crisis sanitaria provocada por la COVID-19 ha hecho que las personas mayores se convirtieran en foco mediático, revelando así la existencia no solamente de los estereotipos, sino de un lenguaje edadista que se ha naturalizado y normalizada

El diccionario de la Real Academia Española define “vejez” de la siguiente manera:

1. f. Cualidad de viejo. 2. f. Edad senil, senectud. 3. f. Achaques, manías, actitudes propias de la edad de los viejos. 4. f. Dicho o narración de algo muy sabido y vulgar.

Claramente, esta definición determina una concepción negativa de la vejez, la cual ha penetrado en los discursos sociales y culturales. Si este concepto negativo se repite una y otra vez en el ámbito público, lo que se produce y perpetúa es la discriminación por edad. De hecho, la edad es la tercera causa de discriminación en España, únicamente superada por la discriminación de género y la racial.

A la discriminación por edad se la denomina ‘edadismo’, un término que fue acuñado por Robert Butler en 1969, quien lo definió como “un proceso de estereotipos y discriminación sistemático contra las personas por ser mayores”. El edadismo se considera parte del sistema social cuyos miembros desarrollan desde una edad temprana un concepto negativo del envejecimiento; es decir, un edadismo interiorizado. Asimismo, los discursos sociales hegemónicos han retratado la vida tras la jubilación como un tiempo de decrepitud, fragilidad, dependencia, pérdida de vigor sexual, aislamiento social, pasividad, falta de atractivo físico e improductividad. Esta homogeneización negativa del envejecimiento es la que resulta necesario eliminar para evitar la discriminación de las personas mayores.

Sin embargo, es necesario también indicar que existe un edadismo interiorizado, el cual se produce cuando los estereotipos por edad contribuyen a una discriminación tanto hacia uno mismo como hacia los demás.

Este edadismo también es intergeneracional y afecta a la percepción que las personas mayores tienen de los/las jóvenes y niños/as y viceversa. Por ejemplo, a los jóvenes también se los homogeneiza con características tales como que son irresponsables, incultos, conflictivos o vagos, entre otras. De la misma manera, las personas jóvenes interiorizan los estereotipos sobre la vejez de tal modo que cuando llegan a ser mayores suelen tener una percepción negativa de aquellas personas que son más mayores, de más edad. En vez de avivar el conflicto generacional (por ejemplo, el que resulta de culpar a los ‘baby boomers’ de la precariedad laboral que sufren los jóvenes y de la hucha de pensiones, o a los jóvenes de los repuntes en contagios durante las últimas olas de la COVID-19), se debería fomentar la solidaridad entre las distintas generaciones y así ayudar a eliminar este edadismo interiorizado y resolver el conflicto intergeneracional que crea.

Como la definición de la RAE pone de manifiesto, el lenguaje tanto escrito como visual tiene el poder de fijar los estereotipos, los prejuicios y la discriminación de las personas mayores. Este edadismo emerge en el ámbito social de muchas maneras; por ejemplo, en la forma en que nos dirigimos a las personas mayores: llamarles viejos/viejas, ancianos/ancianas, abuelos/abuelas o yayos/yayas es edadismo. Hablar de residencias de ancianos o asilos es también edadismo; como también lo es dirigirnos a las personas mayores usando diminutivos o infantilizándoles. Dar por hecho que las personas mayores no entienden de lo que hablamos es edadismo, así como pensar que no pueden aprender cosas nuevas ni enfrentarse a las nuevas tecnologías.

La crisis sanitaria provocada por la COVID-19 ha hecho que las personas mayores se convirtieran en foco mediático, revelando así la existencia no solamente de los estereotipos, sino de un lenguaje edadista que se ha naturalizado y normalizado. Es más, a pesar de que existe una guía, ‘El uso del lenguaje frente al edadismo y los estereotipos’, respaldada por el Imserso, durante la pandemia no hemos dejado de oír y leer una y mil veces palabras como viejos/viejas, ancianos/ancianas, abuelos/abuelas, yayos/yayas, dependientes, jubilados/jubiladas, pensionistas, nuestros mayores, etcétera. Incluso las fotografías que acompañaban a las noticias revelan la deshumanización a la que se ven sometidas las personas mayores al mostrar una parte de su cuerpo, generalmente las manos (y normalmente de mujer), sosteniendo en muchas ocasiones un bastón. ¿Por qué las manos para mostrar a las personas mayores? ¿Es que la vejez no es digna de ser mirada? ¿Solamente lo joven puede ser retratado? ¿Es que todas las personas mayores necesitan un bastón?

Las agendas neoliberales de austeridad han puesto de relieve una política de envejecimiento activo o exitoso con el objetivo de, por una parte, retrasar los costes médicos que para las arcas estatales pueda suponer el envejecimiento de la población, y de, por otra, abrir un sinnúmero de espacios de mercado para el consumo de las personas mayores. En este sentido, la actividad física (gimnasios), la actividad sexual (Viagra), el turismo, el ocio, los cosméticos, las cirugías estéticas... se convierten en productos de consumo que favorecen y apoyan tanto un envejecimiento saludable como la concepción de la vejez como un espacio de consumo. Sin embargo, este envejecimiento activo lo que hace es enfatizar que envejecer de manera positiva se circunscribe a las clases con poder adquisitivo medianamente alto.

La importancia dada al envejecimiento positivo ha llevado a una distinción entre la tercera edad y la cuarta edad. La tercera edad del neoliberalismo se caracteriza como la edad de la jubilación en la que destacan el ocio, la autorrealización, la salud y el compromiso social. En la tercera edad somos mayores, pero no ‘viejos’, con lo que la independencia se mantiene. Por el contrario, la cuarta edad implica la falta de autonomía e individualidad y la presencia de una muerte inminente. En la cuarta edad las personas mayores son despojadas del capital social y cultural y desplazadas a las residencias de mayores o relegadas a la reclusión en el espacio de la casa. Obviamente, este énfasis que se pone en la productividad y en el envejecimiento exitoso deja a los enfermos crónicos, a las personas discapacitadas o a las que prefieren no ser activas o no pueden serlo por cuestiones económicas como un problema para la sociedad, debido a su complacencia con ser ‘viejos’; de ahí que se les aparte y discrimine.

La soledad no deseada de las personas mayores es un gran problema social en España. Según el INE, en 2020 2.131.400 personas mayores de 65 años vivían solas, de las cuales 1.511.000 eran mujeres. Por edad, el 44,1% de las mujeres mayores de 85 años vivían solas, frente al 24,2% de los hombres. La soledad no deseada se produce cuando no se escoge, sino que se impone, pudiendo afectar a nuestro bienestar y estado de salud. La discriminación, los prejuicios y los estereotipos son factores determinantes de la soledad no deseada, de ahí la urgencia en cambiar la percepción de la vejez y del envejecimiento. La labor que diversas ONG (Amigos de los Mayores, Fundación Pilares, Envejecimiento en Red o Matia Fundazioa) están llevando a cabo para acompañar a personas mayores, desarrollar su capacidad creativa y propiciar su participación social es fundamental. Tal y como reivindican estas ONG, es necesario un nuevo modelo de acompañamiento y de cuidados en el que se reconozcan y se prioricen el empoderamiento, la identidad individual y la autonomía.

En definitiva, las personas mayores tienen derecho a tomar decisiones por sí mismas, a potenciar sus relaciones sociales y a obtener prestaciones médicas no discriminatorias que afirmen su dignidad como seres humanos. Por esos motivos, lograr que los derechos humanos de las personas mayores sean respetados debe ser un objetivo primordial de cualquier política social.

domingo, 11 de septiembre de 2022

"EL DÍA EN QUE LA VIDA HUMANA DEJÓ DE IMPORTAR". Por Rosa María Artal en elDiario.es, 6 de septiembre de 2022

Tal vez todo empezó el día en el que se dejó morir a miles de personas y los ciudadanos lo aplaudieron. Pidieron más de restar derechos. Más bombas y menos sanidad pública. Más de Meloni, Truss y Feijóo. Más engaños, más delincuencia mediática. Más crujidos cuando el acordeón se comprime y asfixia

En apenas tres años hemos vivido dos grandes convulsiones, dañinas en sí mismas, que nos han embarcado en un acordeón emocional. Del golpe de la pandemia al profundo brote belicista y de la clara involución democrática. La música no suena al ritmo de la gente que, desconcertada, anda presionando las teclas más chirriantes. En apenas tres años nos ha ocurrido de todo y el ruido turba la razón para encontrar el camino.

Ha habido un cambio de paradigma trascendental. El coronavirus, propagado por todo el mundo con un balance sobrecogedor de víctimas en número y extensión, supuso otra enmienda a la totalidad al capitalismo desbocado, al sistema que despreció cuanto era valioso y hasta indispensable para el bien común, en aras del lucro de unos pocos. Pero, sorprendentemente, no se aprendió la lección. Al desatar la primera cuarentena global, la primera paralización casi total de la Historia, políticos sin escrúpulos lanzaron la idea de que era asumible un cierto número de muertos para mantener “el sistema de vida que teníamos”. La misma frase que usan para apuntarnos a la guerra que no se quiso evitar. Ahora la píldora que tragar son las consecuencias de la confrontación que se sufren en el vivir cotidiano.

Lo que ha cambiado trágicamente es el valor de la vida humana. Antes escaso en muchos países, ahora casi generalizado aunque no en todos por igual. Si dejar morir sin siquiera asistencia médica a miles de ancianos enfermos y secuestrados en las residencias –como hizo fríamente la Comunidad de Madrid de forma más drástica y cruel que la mayoría- no pasaba factura y se premiaba en las urnas ¿para qué buscarse complicaciones? Si lo que importa es detentar el poder y se encuentran cómplices ¿para qué desgastarse? Aun así, gobernantes honestos lo siguieron haciendo. CONTINUAR LEYENDO




martes, 6 de septiembre de 2022

"BUENAS NOCHES". Por Juan José Millás

Es un error pensar que lo que no existe no existe. Te lo digo yo, el monstruo de debajo de la cama

Soy el monstruo de debajo de la cama. Nunca me has visto porque cuando te asomas me escondo en tu cabeza. Estoy dentro de tu cabeza cuando miras y debajo de la cama cuando no miras. Jamás te he agarrado de los tobillos cuando cambias las sábanas porque no tengo manos. Jamás te he mordido porque no tengo boca. Jamás me has olido porque no tengo olor. Jamás me atraparás porque no existo. Ahora bien, ten en cuenta que las cosas que no existen, paradójicamente, existen y son las que mayores desarreglos nos provocan. Dios, sin necesidad de existir, ha producido y produce aún, más muertes que las sequías prolongadas. Dios, sin existir, obliga a millones de mujeres a ir con la cabeza y el rostro cubiertos. Sin existir, estuvo a punto de matar hace poco a Salman Rushdie. Sin existir, apoya y mantiene las dictaduras más crueles del universo mundo. Sin existir, manda a miles de inocentes a la horca cada día. Sin existir, tiene representantes en la Tierra a través de los cuales informa acerca de lo que está bien y de lo que está mal.

Es un error pensar que lo que no existe no existe. Te lo digo yo, el monstruo de debajo de la cama. Millones de críos lloran antes de caer rendidos cada noche porque, pese a lo que les aseguran sus padres, notan mi presencia a tan solo unos centímetros de sus frágiles cuerpos. Saben que puedo devorarlos cuando me venga en gana. Su tuviera nariz, olería su pánico, porque el pánico, creo, huele a flores muertas y podridas. ¿Queréis saber por qué vuestros zapatos nunca aparecen por la mañana en el mismo lugar en el que los dejasteis al meteros en la cama? Porque los cambio yo con el pensamiento, aunque tampoco tengo pensamiento.

Todo esto era para deciros que llevéis cuidado con lo irreal porque, aunque os empeñéis en ignorarlo, influye más en vuestras vidas que lo auténtico. Buenas noches.

domingo, 4 de septiembre de 2022

"ODIO Y VERACIDAD. SOBRE EL ATENTADO A CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER". Por Miguel Mazzeo

"Hay una contrarrevolución en ciernes. Una rara contrarrevolución, sin revolución pasada y sin amenaza de revolución futura. Anticomunismo sin amenaza comunista”.

¿Cuáles son las usinas de las que surgen los discursos de odio en nuestro país? Sin duda, son los “poderes fácticos”, corporativos, empresariales, judiciales y mediáticos que buscan imponerle a la sociedad argentina una “nueva normalidad”.

Los discursos de odio son el ariete del proyecto que a
spira a una manipulación irrestricta de la fuerza de trabajo, que pretende eliminar los pocos reductos de soberanía nacional que nos quedan y que impulsa unos formatos depredadores de la vida.

Los discursos de odio son la expresión de un devenir fascista del mando del capital y de un tiempo en el que este ya no necesita encubrir su violencia en formas legales. La crisis del sistema judicial, en buena medida, se relaciona con esta circunstancia. Estos discursos son signos de un capitalismo en descomposición. Una civilización agoniza y todo indica que en su larga despedida no ahorrará odio y muerte.

Hay una contrarrevolución en ciernes. Una rara contrarrevolución, sin revolución pasada y sin amenaza de revolución futura. Anticomunismo sin amenaza comunista. No hay contendientes sistémicos de fuste a la vista, por lo cual todo hace pensar que la inestabilidad de la sociedad burguesa responde a sus propias contradicciones. La sociedad burguesa parece haber asumido que su subsistencia exige la profundización de sus propias aberraciones. No quedan resquicios para la filantropía burguesa.

Los discursos de odio tienen efectos de verdad e influyen directamente en los aparatos represivos del Estado, pero también en las personas “comunes” que suelen ser las más peligrosas. Pueden alentar el desprecio a la pobreza y las fantasías paranoides. Pueden proponer un libre mercado de órganos humanos. Pueden reivindicar repúblicas abstractas mientras defienden la dictadura orgánica y concreta del mercado.

Las palabras estigmatizantes, punitivistas, discriminatorias, lanzadas desde tarimas poderosas y replicadas hasta el hartazgo, las ráfagas de vaticinios, tarde o temprano se convierten en balas. Pueden matar, apelando a distintos agentes, a una mujer en su casa del conurbano, a un pibe en el barrio de Barracas o intentar matar a una vicepresidenta de la Nación en el barrio de la Recoleta, en todos los casos, como una forma de imponer la jerarquía y la autoridad que requiere la dictadura orgánica y concreta del mercado.

Los grandes medios de comunicación no son idiotas útiles. Son idiotas morales. Son absolutamente conscientes de la violencia que generan, de la muerte que trafican. Están para eso. El problema es la intangibilidad de la manipulación simbólica a la que se suele adjudicar una cuota de responsabilidad menor que a la acción directa. El problema es la impunidad total de las y los que emiten (o amplifican) símbolos e imágenes. El problema es el enorme poder de las usinas generadoras de los discursos de odio.

Una parte importante de la sociedad argentina identifica a Cristina como un medio resistente, posible y concreto, capaz de contrarrestar el poder de esas usinas. El intento de asesinarla, y el momento de intensidad política que produjo, ratificó esa condición. Le confirió a su figura más veracidad como símbolo de autodefensa. ¿Podrá asumir esa responsabilidad y traducirla en política?

El intento de asesinar a Cristina también nos recordó el comportamiento político-empresarial de las clases dominantes argentinas y el peso del modelo trágico que signa nuestra historia. Para las clases dominantes todo aquello que representa un límite a su poder (o la amenaza de un límite) es una declaración de guerra. Toda función reparadora del universo popular es una declaración de guerra. Y aunque Cristina nunca se corrió de la férrea objetividad burguesa (jamás dijo aspirar a otra cosa), aunque los límites que propuso y propone no alimentan ninguna “enemistad estructural”, las clases dominantes la repelen, como a la misericordia y a la piedad.


jueves, 1 de septiembre de 2022

"EL LEGADO DE LAS ABUELAS CONTRA LA DROGA, UNA VIDA EN PIE". Por Fabiola Barranco en elDiario.es (29 de agosto de 2022)

En los 80 y 90 lucharon con uñas y dientes para salvar a sus hijos de la heroína y el sida. Hoy, ayudan a inmigrantes, protestan contra las casas de apuestas y tienden la mano a los más desprotegidos de la sociedad. Activistas desde antes de que existiera la palabra ‘activista’, abrazan la madurez vital desde la solidaridad. Es, dicen, el único camino

Ni Manuela Ramajo, ni Emiliana García, ni Paquita Sanjuán aparecen en los libros de historia de nuestro país, pero deberían. Estas tres mujeres, que ya han superado los 80 años, son memoria viva de nuestra historia reciente. Tres madres, hoy abuelas, unidas contra la droga, el veneno que inundó barrios y ciudades de toda la geografía española, que dejó la puerta abierta a otra pandemia, la del sida, y que generó una importante alarma social.

“En mi casa entró de lleno esta problemática. Mi hermano pequeño, mi hija y mi hijo acabaron en la droga”, rompe el hielo Manuela, sentada junto a sus compañeras para empezar a recordar esos años oscuros de dolor, pero también de lucha contra esta lacra. “Estábamos muy unidas y organizadas”, destaca, orgullosa, para dejar siempre patente ese espíritu de grupo en el que colectivizan sus problemas y comparten sus éxitos, y que tanto las caracteriza. [...] 
En todos estos años no han bajado los brazos. Precisamente, en 2007 defendieron con fervor a la parroquia madrileña para evitar el cierre que había anunciado el arzobispo Antonio María Rouco Varela. Entre las luchas más recientes a las que se han sumado están las protestas contra las casas de apuestas desplegadas en los barrios más humildes y que tanto les recuerdan a los años en los que la droga se coló en sus hogares. Tampoco es extraño encontrarlas alzando la voz en las puertas de los centros de internamiento de extranjeros o recordando con dignidad a los muertos en el mar Mediterráneo, en su huida a una vida mejor, a las puertas de las instituciones cómplices de las políticas migratorias actuales.


"NECESITAMOS UN ÉXODO DEL SIONISMO". Naomi Klein (elDiario.es 3 MAY 2024)

Judíos y simpatizantes celebran un Séder de Pascua para protestar contra la guerra en Gaza, el pasado 23 de abril, en el distrito de Brookl...