domingo, 25 de mayo de 2025

"CARTA ABIERTA A ISABEL DÍAZ AYUSO: SE ACERCA LA HORA DE LA VERDAD". Jesús Maraña (Director de Infolibre). infolibre.es 23 de mayo de 2025

Señora Presidenta de la Comunidad de Madrid:

Han tenido que pasar exactamente cinco años para que una jueza madrileña, Isabel Durántez, titular del juzgado de instrucción número 3, decida sentar en el banquillo a los autores del Protocolo de la Vergüenza que prohibió trasladar a miles de mayores de las residencias a los hospitales de Madrid en lo peor de la pandemia con criterios de exclusión discriminatorios (ver aquí). Carlos Mur y Francisco Javier Martínez Peromingo, responsables en aquellas fechas de Coordinación Sociosanitaria de la Comunidad que usted preside, están citados a declarar como imputados este lunes, 26 de mayo, como consecuencia de la macrodenuncia presentada en octubre por 109 familiares. Hoy, señora Ayuso, es un día de esperanza para las familias de las 7.291 personas mayores que murieron abandonadas en geriátricos de Madrid entre marzo y abril de 2020, y un día aciago para usted, para su mano derecha, MAR, y para tantas voces –políticas y mediáticas– que arroparon sus mentiras con un desparpajo indigno.

Fue precisamente el 26 de mayo de 2020 cuando infoLibre desveló la existencia de un Protocolo dictado el 20 de marzo anterior que establecía “CRITERIOS DE EXCLUSIÓN” (así, todo en mayúsculas) que prohibían expresamente el traslado de residentes a hospitales –tuvieran o no covid– si sufrían problemas de movilidad o de discapacidad física o mental (ver aquí). Lo primero que usted y sus secuaces hicieron fue calumniar a este periódico, a mí mismo y a Manuel Rico, entonces responsable de investigación. Sí, así de claro. Dijeron que ese documento no existía, que era “un invento de la izquierda radical”. El único patrimonio de un periodista o un medio de información que merezca tal nombre es su credibilidad, su esfuerzo permanente de veracidad y su compromiso de rectificar cuando se equivoca.

Mintió usted, mintió su consejero de Sanidad, Enrique Martínez Osorio, y mintió toda su amplia nómina de lacayos acostumbrados al éxito de esa estrategia de la mentira que tan hábilmente despliega su jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez. Cuando publicamos el documento con firma (de Carlos Mur) y sello oficial, entonces dijeron que se trataba de “un borrador”. Recuerdo perfectamente el ruido de tantos altavoces mediáticos que repicaron la tesis del “borrador”, como recuerdo la llamada que recibí esa misma noche de la directora de una residencia privada del norte de Madrid. “¿Cómo se atreven a decir que era un borrador? Yo misma lo consulté para cerciorarme de esa orden. Porque fue una orden, y yo, como tantas directoras o directores de residencias, pedí al hospital de referencia traslados que se me negaron, y de ancianos que ni siquiera tenían covid”. Estaba completamente indignada, y nos envió correos que demostraban lo que decía: geriatras que se escudaban en el Protocolo para negar los traslados. Fueron añadiéndose testimonios y pruebas que demostraban el abandono en el que murieron miles de residentes en Madrid.

Ha tenido usted la indigna desvergüenza de instalar durante cinco años otra enorme falsedad: “en Madrid ocurrió lo mismo que en tantas otras comunidades autónomas”. Sabe perfectamente que es mentira: hubo también protocolos que impedían traslados en las fechas de mayor saturación hospitalaria, pero ninguno que estableciera esos CRITERIOS DE EXCLUSIÓN (así, con mayúsculas) que sus altos cargos ahora imputados firmaron. Y esa falsedad han seguido y siguen sosteniéndola sus secuaces, y también conocidos periodistas en debates televisivos y en medios que, cómo no, reciben inyecciones de dinero público de los madrileños gracias a la opacidad con la que usted, MAR y el alcalde Almeida manejan el reparto “digital” de la publicidad institucional (ver aquí). Puestos a hacer comparaciones, le recuerdo que la mortalidad en residencias de mayores en Madrid “duplicó la media de otras comunidades autónomas y otros países de la UE” (ver página 129 del informe de la Comisión Ciudadana de juristas y expert@s que investigó lo ocurrido). Entre marzo y abril murieron en Madrid uno de cada cinco residentes.

Después de toda la cadena de bulos distribuidos por usted y su fábrica de “realidades alternativas”, hace poco más de un año se atrevió a lanzar en la Asamblea de Madrid una sentencia tan lapidaria como osada: se hizo lo que se pudo. Y añadió que “había muertos en todas partes (…). Mucha gente mayor cuando iba a los hospitales también fallecía (…). No se salvaba en ningún sitio”. Otro infundio, que desmontamos con datos oficiales de la propia Comunidad madrileña: el 65% de los residentes derivados a hospitales en marzo y abril de 2020 se salvaron (ver aquí).

Usted sabe perfectamente que no se hizo lo que se pudo. Al “hospital milagro” del Ifema (más bien “un plató de televisión”, en palabras de su exconsejero Alberto Reyero, el único que tuvo la dignidad de denunciar públicamente el desastre y de dimitir del cargo) solo fueron trasladados pacientes con síntomas leves (garantía del “milagro”), y en las seis semanas que se mantuvo abierto fueron atendidas 3.811 personas, de ellas sólo ¡23 residentes! No medicalizaron las residencias como dijeron que harían, ni siquiera llevaron a los mayores a alguno de los 14 hoteles medicalizados, con 1.036 camas de las que solo se llegaron a ocupar a la vez 837. ¿Cómo se atreve a decir que se hizo todo lo que se pudo? La verdad es que solo quienes disponían de seguro fueron trasladados a alguno de los 68 hospitales privados de la región.

Usted, señora Ayuso, tenía el “mando único” en Madrid para afrontar la covid, con autoridad para utilizar todos los medios, públicos y privados, para salvar vidas. Pero su gestión, y la de sus cargos sanitarios, dejó abandonadas a su suerte a 7.291 personas mayores que fallecieron y de las que podrían haberse salvado hasta 4.000, según el informe de la citada Comisión Ciudadana (ver aquí).

Este lunes, 26 de mayo, se abre una nueva etapa de esperanza para las familias que perdieron a un ser querido. Marea de Residencias o la asociación 7291 Verdad y Justicia ven al fin una luz en su exigencia de justicia después de cinco años de impotencia ante el rechazo a sus múltiples demandas por parte de la fiscalía y de los tribunales. La macrodenuncia de octubre pasado, por la que se acusa a una veintena de cargos de la Comunidad, centra su argumentación en el artículo 511 del Código Penal, que castiga la “denegación de la prestación sanitaria por motivos discriminatorios”. Cualquiera que lea la detalladísima denuncia sin ojos sectarios (o financiados de parte), observará que la discriminación fue clara como el agua clara. Y así lo han visto por fin algunos fiscales madrileños que han planteado su acusación ante la titular del juzgado de instrucción número 3.

Confieso que respecto a usted nunca he albergado la menor esperanza. Inició su carrera política aplicando al caso Avalmadrid (ver aquí) nuestro dosier de investigación) el mismo desparpajo en la falsificación de la realidad que más tarde aplicó al caso de las comisiones que su hermano cobró en plena pandemia por contratos de mascarillas con la Administración que usted preside, una osadía que ha elevado hasta límites insospechados en el caso por fraude fiscal que afecta a su pareja, Alberto González Amador, que pretende llevarse por delante –con la ayuda inestimable de algún magistrado “creativo”– nada menos que al Fiscal General del Estado (ver aquí). Su carrera política es la historia de una sucesión de mentiras. Un fraude completo.

Así que no espero ningún cambio en su estrategia política ni en lo que susurra en su oído el inefable MAR. Sigue convencida de que las urnas “lavarán” de nuevo su gestión con una mayoría abrumadora. Es posible, aunque los nervios que va mostrando cada semana en la Asamblea cuando la oposición de PSOE y Más Madrid le recuerdan las numerosas zonas oscuras de su gestión indican que la vía judicial abierta le incomoda (como mínimo). Si alguien se toma la molestia de repasar el dosier completo de infoLibre sobre lo ocurrido en las residencias (ver aquí), comprobará que hay esperanza, o yo al menos la mantengo siempre que existan medios independientes comprometidos con causas justas y siempre que queden jueces y fiscales dispuest@s a perseguir la verdad, cueste lo que cueste.

Atentamente, Jesús Maraña

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