martes, 22 de agosto de 2023

“LAS ÉLITES NO ESTÁN INTERESADAS EN CAMBIAR LA SOCIEDAD". Rob Riemen. Un artículo de INÉS SANTAEULALIA publicado en El País el 18 de junio de 2018

El ensayista Rob Riemen advierte de los peligros contemporáneos y propone algunas recetas para superarlos: la cultura y la nobleza de espíritu

Rob Riemen (Países Bajos, 1962) arroja en el ensayo Para combatir esta era (Taurus, 2018) un mensaje desalentador pero no lo da todo por perdido. El fascismo está de vuelta, anuncia el director del Instituto Nexus, que promueve la discusión en torno a temas globales. En su libro, presentado en la Fundación Carlos de Amberes de Madrid, el autor analiza con crudeza la sociedad occidental y se muestra convencido de que no hemos aprendido de los errores del pasado. Pero Riemen aún cree que hay tiempo de virar este destino maldito y recuperar la verdadera democracia que iluminó el origen de la Unión Europea. El abrazo a la cultura y la búsqueda personal de la nobleza de espíritu son sus recetas para nuestro futuro incierto.

Pregunta. En los albores del fascismo, Ortega y Gasset alertó en 1930 de que Europa había perdido la moral. ¿Ha vuelto a pasar?

Respuesta. Sí, y está en nuestra mano recuperarla. Nietzsche fue uno de los primeros en advertir que la democracia siempre viene con unas condiciones. Una democracia se basa siempre en la idea central de la dignidad de los hombres, que significa cultivar valores morales y universales: vivir en la verdad, tener compasión, entender el significado de la belleza. Pero una democracia de masas no está interesada en esos valores; es una sociedad kitsch, completamente vacía, basada en el cultivo de nuestros instintos más básicos. La cultura kitsch se resiente cuando llega una crisis porque las personas se sienten traicionadas. Y el ejemplo más famoso de esto es Trump. Hay que entender que el fascismo es una religión laica, y que Trump se presenta como un nuevo mesías que promete resolver todos los males sociales y, cuando no puede curarlos, busca culpables. Los fascistas necesitan la crisis, el miedo, el odio y los chivos expiatorios. Esta sociedad tendrá un hijo bastardo que será el fascismo.

P. ¿Trump es un fascista?

R. Tiene una mente completamente fascista. Detrás del fascismo no están las ideas, solo hay personas que quieren poder y poder y poder. Odian la democracia, el debate político. Trump reduce todo a Twitter, a eslóganes, a la propaganda. Un líder fascista es un mentiroso patológico, no está interesado en la democracia, en la educación o en la filosofía. Estados Unidos no es aún un país fascista, pero ese hombre sí lo es. El problema es que la élite estadounidense sigue negando la realidad. Hablan de populismo, no de fascismo. The Washington Post o The New York Times se niegan a utilizar la palabra fascismo para referirse a Trump, porque les da vergüenza, miedo.


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