Manifestación en Pamplona por la puesta en libertad de la manada |
Educados en la sumisión, todavía tiene mayor mérito plantar cara y ser libre y autónomo. Cada vez más mujeres en el mundo crecen en la dignidad de ser y no acatar normas atávicas. Es un logro importante el de España esta ley de derechos
Hace unos días, la escritora Marina Perezagua publicó en El País una columna a la que he vuelto varias veces: Permitan que el amor rompa el alma de mi hija, lo tituló. Hablaba de cómo hemos sido educados en la sumisión al punto de –algunos- no notarlo. Son los domadores de animales salvajes quienes llaman “romper el alma” el proceso por el que se “domestica” y somete a las bestias.
En el proyecto de ser educados en la sumisión estamos la mayor parte de los humanos. Y, sin embargo, no por casualidad, pienso, los ejemplos que citaba Marina Perezagua eran los de una hembra orangutana en el Zoológico de Viena y de ella misma, ambas con sus bebés –dice- en los brazos apenas separadas por un cristal. La madre simia se acercó como a mostrarle orgullosa a su cría. Le iba a ir peor con toda probabilidad.
Si la tribuna me enganchó fue por el final en rebeldía de la madre humana, de Marina: “Mi hija aún no entiende, pero yo pronuncio para ella paria, insurrecta, desobediente. Yo escupo vino a las órdenes y guerras de mi patrón. (…) Intentaré que el amor sea lo único que te rompa el alma”. Hasta eso asumimos. A ellos también se les rompe sin duda, pero, en general, menos. Se recompone antes, quizás. Suele recomponerse en la mayoría de los casos.
El Ministerio de Igualdad que dirige Irene Montero ha sacado adelante la conocida como Ley del 'solo sí es sí' (Ley de Garantía Integral de Libertad Sexual) que cambia radicalmente el concepto de juzgar la violencia sexual. El consentimiento pasa a ser reforzado e imprescindible y desaparece la figura del abuso, que se cambia por agresión. Los últimos años se han recrudecido este tipo de delitos al ritmo que lo hacía el machismo y las ideologías ultras. Las violaciones “en manada” y algunas sentencias escandalosas mostraron la imperiosa necesidad de actuar.
Irene Montero es atacada sistemáticamente. La delincuencia mediática la expuso hasta con las ecografías de su embarazo en una foto robada por un sicario cualquiera de estos medios, y las embestidas casi diarias en redes y publicaciones no han cesado. Parece la Enemiga número 1 del machismo en sus diversas modalidades y de ciertos sectores del feminismo. Nunca se amilana, no es un producto del adiestramiento en la sumisión. CONTINUAR LEYENDO
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