lunes, 29 de julio de 2024

"TIEMPOS DE VIOLENCIA". Rosa María Artal, elDiario.es

 

[...] La utilización política de la violencia está llamando la atención de los investigadores. Un artículo en El País aportaba varios argumentos como, por ejemplo, el de la profesora estadounidense Rachel Kleinfeld: “El uso de la violencia para defender a un grupo estrecha los lazos entre los miembros de ese grupo. Por eso, la violencia es una forma especialmente eficaz de reforzar la pasión de los votantes”. En doble dirección, entiendo. Los que se sienten agredidos en su líder y los que quieren agredir en venganza.

Lo que está ocurriendo en España es igual de alarmante. El odio que han inoculado con sus bulos e insidias las derechas, sus medios y redes en cerebros bastante despoblados tiene ya fuertes rasgos patológicos. Impredecibles en su desarrollo. Lo que oyes y lees del presidente del Gobierno no se ha dicho jamás –salvo de José Luis Rodriguez Zapatero, con el que se ensayó la táctica– de los peores dirigentes de este país, que tan terribles ha tenido. Y no es normal que hayan convertido a Begoña Gómez, su mujer, en la enemiga pública número 1, como si fuera el ser más corrupto de la tierra. Y así vienen a diario en las portadas de la pocilga mediática. Este viernes estaba citada en el juzgado por el juez Peinado en su pintoresca investigación y ha hecho uso de su derecho a no declarar. La aguardaba toda la artillería mediática, que se ha quedado notablemente frustrada por verse obligados a prescindir de buena parte del circo que habían montado. Se han tenido que limitar a imágenes, críticas y especulaciones. Igual pasó antes con miembros de Podemos o con cualquiera a quien elijan para sus cacerías. Hay ya un reguero de víctimas zarandeadas, aplastadas incluso. Y los idiotas continúan aplaudiendo.

Cuando el clan de la derecha corrupta quiere aniquilar a alguien lo hace a conciencia, lo mismo que libera de toda culpa a esas máquinas de saltarse la ley troceando, insultando, agrediendo, usando la justicia y todos los medios en su provecho.

Un pico en la ola de violencia se dispara –textualmente– cuando el futbolista de la selección –cuyo nombre irrelevante para mí ya he olvidado– desprecia al presidente del Gobierno de España y sigue y sigue y se expande en mil comentarios injuriosos verdaderamente espeluznantes en las redes. Es el sello ultraderechista. Ya no se detienen ante ningún respeto: insultan y menosprecian al gran historiador Ángel Viñas por escribir la verdad sobre Franco o al profesor y escritor Rafael Narbona como si fueran los rivales del chiringuito más cutre de la playa.

Porque toda esa violencia la alientan las mentiras inmisericordes que lanzan los Tellado, Sémper y Gamarra de turno, y los Feijóo y Ayuso por supuesto: los más tiznados y más soberbios. Todo el campo es orégano porque, como explica la profesora Kleinfeld, esa violencia “refuerza la pasión de los votantes”. Tienen en los medios su gran altavoz e incluso promotor: trabajan en equipo. Con total impunidad.


No hay comentarios:

Publicar un comentario