[...] La ruptura de Vox con el PP en los gobiernos regionales es una instrumentalización más de la extrema derecha para tratar de acaparar atención y votos a su discurso abiertamente xenófobo y racista, pero también le está sirviendo al PP para aparentar hacer lo que no está haciendo, que es ser solidario con las infancias que migran solas. Los datos lo dicen en las CCAA donde gobierna; es más, sus políticas hacia estos jóvenes (especialmente en la comunidad de Madrid) son las que ahondan en el estigma y les empujan a la exclusión social, obviando toda normativa de derechos humanos y de derechos de infancia y de adolescencia.
La inmigración no es un problema, el problema son los que señalan la inmigración como problema con la única finalidad de alcanzar, mantener y monopolizar el poder ejecutivo pasando por encima de valores de convivencia, humanización y pluralidad, queriendo embrutecer a la ciudadanía para que piense y actúe de forma simplista y visceral. De eso va la ruptura de Vox con el PP, de poder. Los niños, niñas y adolescentes que migran solos son su chivo expiatorio. Mientras, quieren instalar el odio y la mentira. Esa gente sobre la que siembran sospecha es la que sale todos los días a trabajar a sus casas, sus campos, sus restaurantes, sus bares, sus jardines, sus salones de belleza... Gente digna que quiero y tengo como vecina porque la sociedad es nuestra, de todos, como exactamente lo son las y los niños, las y los adolescentes que necesiten apoyo, acompañamiento, que busca oportunidades, vengan de donde vengan. Son nuestros, de todos.
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