jueves, 31 de julio de 2025

"LA CORRUPCIÓN Y SUS TIPOS". Daniel Innerarity, El País 25 JUL 2025

El entonces ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro,
en una foto de 2018
Hacer distinciones está mal visto, pero es imprescindible para entender las distintas causas, consecuencias y soluciones

Los tipos que se corrompen son igualmente impresentables, aunque los tipos de corrupción pueden ser diferentes. Ya sé que hacer distinciones suele ser duramente castigado con la descalificación que merecen quienes intentan justificar una de ellas, pero mi oficio me obliga a entender antes de juzgar y a que, si hay que condenar, la condena no se lleve por delante los matices que son necesarios. No para librar a alguien, sino para juzgar a cada uno con la dureza que se merezca, sin caer en esa condena generalizada (a todos, a la clase política, al bipartidismo o al sistema), un tipo de condena que beneficia, por cierto, a los culpables.

Columnistas airados y dirigentes investidos de superioridad moral pero escasos de cultura democrática calificaron el caso Cerdán como “corrupción sistémica” o como una amenaza estructural a la legitimidad del sistema democrático, quemaron las palabras antes de que pudiéramos usarlas para lo que realmente significan.

Ese tipo de corrupción —muy grave, sin duda— no constituye por sí mismo una captura del Estado ni una quiebra institucional del interés general. La exageración retórica les deja, ahora, sin espacio semántico y político para calificar con precisión algo mucho más grave: un caso como el de Cristóbal Montoro, donde no se trata simplemente de personas que se corrompen ante la ley, sino de personas que, desde el poder, corrompen la ley.

El primer caso necesita de una solución penal: la justicia puede restituir el equilibrio. El segundo necesita también de una intervención política: para restituir el equilibrio no basta con el poder de los jueces, hace falta también el poder del Parlamento para cambiar las leyes que han sido corrompidas. La paradoja es que han querido construir un problema político a partir de un asunto penal (el caso Cerdán), pero ahora se enfrentan a un caso (el de Montoro), que, además de la penal, sí tiene una dimensión política profunda. Porque cuando se legisla al dictado de intereses privados, no hablamos ya de moral privada, sino de colonización institucional.

Tratándose de corrupción, hay quien no distingue por incapacidad y quien no lo hace por interés. Como estamos acostumbrados al nada creíble “y tú, más”, la gente se pone en guardia cuando alguien trata de establecer alguna distinción, como si estuviera tratando así de restarle importancia o distribuirla en cada uno de los casos según su conveniencia. La cuestión es si queremos exagerar la corrupción ajena para salvar a los nuestros, si queremos condenar indistintamente a todos para disfrutar de una atalaya moral personal o si queremos entender lo que pasa y juzgarlo con la severidad que se merece.

Distinguir no es relativizar, sino analizar las diferentes situaciones para impedir las relativizaciones. Que un asesinato no sea lo mismo que un genocidio no le quita gravedad a ninguno de los dos hechos, pero quien los confundiera estaría cometiendo un error —por exceso o por defecto— que debilita su argumentación y puede tener graves consecuencias políticas. La democracia exige no solo condenar la corrupción, sino pensarla con rigor y nombrarla con precisión. Porque si no distinguimos acabamos creyendo que todo está podrido, que no hay salida, que da igual quién gobierne. Y eso es tanto como rendirse al cinismo, que es la antesala del autoritarismo.

Que haya distintos tipos de corrupción no redime a los infames tipos que la practican; tener en cuenta estas distinciones nos libera de la confusión que desean quienes se benefician de la confusión. Condenemos, pues, toda corrupción, sin corromper de paso ninguna de nuestras capacidades analíticas. La pereza intelectual es también una forma de corrupción. Distinguir es más difícil que confundir, pero esto último suele ser moralmente reprobable y muy dañino políticamente.

miércoles, 30 de julio de 2025

"CARTA PARA LOS QUE VUELVEN CREYENDO QUE YA NO SON DE AQUÍ". En 'Merindades y valles de la Cantabria burgalesa'

A vosotros, los que regresáis en verano con el maletero lleno y la cabeza en otra parte:

Sé que nacisteis aquí, o que vuestros padres lo hicieron. Que os criasteis corriendo por las mismas calles de tierra y sombra, que bebisteis del mismo pilón que ahora os parece sucio. Algunos os fuisteis de jóvenes, en busca de trabajo, de estudios, de otra vida. Y está bien, nadie os culpa por marcharos. Marcharse también es parte de vivir en esta tierra.
Pero cada año, cuando el calor aprieta y Bilbao, Vitoria o Madrid se os vuelven insoportables, volvéis. Volvéis a Quincoces, Quintanilla, Cadiñanos, Torme, Sedano, a Pedrosa, a Valdelucio. Decís que venís "al pueblo", pero lo hacéis como quien visita un decorado antiguo. Y a veces —aunque os duela o no lo veáis— volvéis con una actitud que ya no es la del que pertenece, sino la del que exige.

Os molesta que no haya cobertura, que el pan no llegue hasta tarde, que la misa sea a las ocho “como siempre”, o que no haya bar. Pedís que se abran piscinas, que se limpien caminos, que se iluminen plazas que en enero están vacías. Queréis pueblo, pero a la carta. Queréis raíces, pero sin polvo.

Y mientras tanto, los que estamos aquí todo el año —los pocos que quedamos— os vemos llegar con cariño… y con cierto cansancio. Porque durante meses, nuestro pueblo resiste en silencio. Con pocos, con mayores, con frío, con hospitales lejos y bancos cerrados. Y en agosto, el pueblo se llena. Se llena de risas, sí. Pero también de voces que dan órdenes, de quejas que suenan a desprecio, de actitudes que olvidan que esto sigue siendo hogar, aunque haya menos gente.

Vosotros sois de aquí. Nadie os lo niega. Pero ser de aquí también implica cuidar, no solo venir a disfrutar. No se trata de traer regalos ni dinero. Se trata de venir con respeto, con humildad, con ganas de escuchar a quien se quedó. Porque quien se queda, a veces sin querer, os sostiene el recuerdo. Y sin ese recuerdo, ya no habría pueblo al que volver.

No somos empleados de vuestra nostalgia. Somos vecinos. Y aunque nos alegra ver las calles con vida unos días, también duele ver cómo a veces os alejáis más cuanto más cerca estáis.

Así que, si vais a venir —que ojalá sigáis viniendo—, volved con el alma abierta. No como turistas en su tierra, sino como parte de ella.

Porque tu pueblo no necesita que le traigas modernidad. Lo que necesita es que lo mires de frente, sin vergüenza. Que lo entiendas.

Que lo abracéis como es. Y que no os olvidéis que, aunque viváis lejos, nunca habéis dejado de ser de aquí. Solo hace falta que os lo creáis de nuevo.

Con respeto, Uno que regresó y se quedó.

Texto (adaptado a nuestra área) de Comarca de Aliste.

martes, 29 de julio de 2025

"LA REALIDAD DE UNA MUJER JOVEN Y SIN ESTUDIOS DE FUENLABRADA". Antonio Maestre, elDiario.es 27/07/2025

Noelia Nuñez interviene durante un pleno en el Congreso

Noelia Núñez cobraba 85.000 euros al año. Llevaba más de 10 años viviendo de la política con sueldos que ningún joven con su formación podría soñar jamás acudiendo al mercado laboral privado, ese que como ardiente seguidora de Margaret Thatcher defendía para los demás como modo de salir adelante. Su dimisión por haber mentido arrogándose una formación que no tenía es un buen ejemplo de cómo quieren para los demás lo que no podrían soportar en carne propia. ¿Imaginan a Noelia Núñez saliendo al mercado laboral con su formación siendo una mujer joven de Fuenlabrada? En tres semanas está viendo películas de Ken Loach con camisetas del EZLN y afiliándose a la CNT.

No va a necesitarlo porque gente como ella siempre cae de pie. Para eso tiene al partido que la ha vapuleado usándola como arma arrojadiza por todos los medios contra el PSOE con la condición de no dejarla tirada y acudir a su salvación cuando pase la tormenta. Porque no tengan ninguna duda que acabará en algún buen puesto remunerado de la misma manera generosa que hasta ahora venía engordando sus cuentas corrientes. Hasta que ese momento se produzca ya tiene para ir tirando con su fichaje por Mediaset, que la ha premiado por ser una mentirosa compulsiva, se ve que eso es un valor para sus programas. Todo acto lleva acarreado un mensaje.

En Fuenlabrada una mujer con el curriculum de Noelia Núñez no puede aspirar a un sueldo de ese porte. El código postal pesa mucho, ser mujer también, y ser joven añade una carga. Cuando todo eso se junta solo te queda precariedad. Pero vamos más lejos, de hecho es probable que en Fuenlabrada una mujer con un curriculum como el que se inventó no pueda aspirar a cobrar un salario de ese porte. De hecho es muy probable que una mujer joven con un curriculum el doble de bueno que el que Noelia Núñez se inventó no pueda aspirar ni soñar con un sueldo como el que Noelia Núñez se fraguó mintiendo a todos los fuenlabreños y haciéndose pasar por quien no era. Lo más normal es que esas mujeres tengan que conformarse con puestos precarios en el comercio o la hostelería esperando que algún día un golpe de suerte les haga poder encontrar un puesto mejor remunerado al cabo de muchos años o prepararse para unas duras oposiciones en las que compitan, estas sí, con sus méritos, con muchas otras mujeres igual de preparadas, para poder vivir con un sueldo decente en esas administraciones públicas que Noelia Núñez y su partido quieren adelgazar hasta dejarlas exhaustas y así solo poder vivir de ellas los de su clase dejando sin posibilidades a quien no tiene enchufes ni relaciones.

En Fuenlabrada el salario bruto por declarante es de 25.291 €, solo Parla tiene una renta inferior en la Comunidad de Madrid, es lo que tiene ser del sur olvidado por la Comunidad de Madrid de Ayuso y su representante fake en la ciudad. Si tenemos en cuenta que a nivel de la Comunidad de Madrid el salario cuando eres menor de 25 años es la mitad del que se tiene cuando se está por encima de los 45 años, e incluyendo la brecha de género, podemos deducir que una mujer joven en Fuenlabrada sin estudios a lo más que puede aspirar es a cobrar el salario mínimo interprofesional que el partido de Noelia Núñez siempre ha estado en contra de subirlo y que peleará siempre por congelarlo cuando esté en el poder. Esa es la realidad de una persona de Fuenlabrada con el perfil de Noelia Núñez que no se mete con 16 años en NNGG y que no miente con el curriculum. Esa es la aspiración real para Noelia Núñez sin medrar ni tener una red orgánica y clientelar que la proteja, un salario de 1500 euros brutos a jornada completa, que lo más normal es que fuera un salario de 800 o 1200 euros al mes con jornada parcial.

domingo, 27 de julio de 2025

"ARGUMENTOS DEMAGÓGICOS DE TRES PARTIDOS DE IZQUIERDAS PARA VOTAR CONTRA EL DECRETO ANTIAPAGONES". Alejandro Tena, El País 24 JUL 2025

El autor alerta del riesgo de que el retardismo y el negacionismo climático se instale en las formaciones progresistas

Lo que ocurrió este martes en el Congreso de los Diputados no es nuevo, pero no por ello dejó de asombrar. La convalidación del Real Decreto-Ley Antiapagón saltó por los aires después de que Podemos, BNG y la Chunta Aragonesista votaran en contra, junto a Vox, PP y Junts. Los tres partidos, de mirada progresista, se instalaron en el “no” esgrimiendo argumentos demagógicos y dejando ver, de manera muy nítida, que había mucho tacticismo político tras su decisión.

Todo apuntó, desde el primer momento, a la falsa idea de una reforma a medida del oligopolio. Deslizar este planteamiento carece de sentido, sobre todo porque sus principales valedores votaron en contra de su aprobación y, también, por su contenido. El autoconsumo lleva años estancado y con este paquete de medidas se lanzaba un salvavidas para potenciar las comunidades energéticas y para crear la figura del gestor de autoconsumo, que protegiera y diera garantías a los ciudadanos a la hora de reclamar y luchar por sus derechos ante las distribuidoras. Nada que beneficiara a las grandes eléctricas a las que se les acusa de manejar a su antojo a un Gobierno con el que mantienen litigios abiertos.

Decir, por otro lado, como se manifestó desde la tribuna de oradores, que este proyecto legislativo no ataja ninguno de los problemas derivados del apagón es, directamente, una mentira que revela la falta de argumentos de quienes, desde la izquierda, se empeñaron en tumbarlo. Y es que con este decreto se daba un impulso necesario al despliegue de baterías de almacenamiento, tanto stand alone [independientes] como hibridadas con plantas fotovoltaicas.

Esto es fundamental para dar flexibilidad y robustez al sistema eléctrico, pero también para abaratar los costes de las facturas de millones de familias, ya que permite utilizar el excedente solar en momentos en los que el mercado se dispare, además de minimizar la dependencia de centrales de ciclo combinado de gas, que fijan un precio mucho más elevado en el mercado eléctrico. Decir “no” al almacenamiento, como dijo el diputado Mikel Otero de EH Bildu, no daña al Gobierno, sino a miles de españoles y pequeñas empresas que seguirán expuestos a un mercado eléctrico dominado por la volatilidad de precios.

Pero esta no es la única medida que daba robustez al sistema. El Gobierno incluyó una demanda histórica del sector renovable: esta tecnología podrá ser retribuida por operar para controlar la tensión de la red, haciendo que la estabilidad y la seguridad del sistema no quede en manos de centrales fósiles que, como se ha demostrado, no cumplieron su cometido el 28 de abril alegando fallos técnicos.

También se emplearon otros argumentos, por parte de BNG ―y posteriormente en rueda de prensa por el representante de la Chunta Aragonesista, Jorge Pueyo―, que no tenían razón de ser dentro de las reformas que se afrontaban con este Real Decreto-Ley. Hablamos aquí del discurso NIMBY [no en mi patio trasero, en inglés] que en nuestro país se resume en el eslogan “Renovables sí, pero así no”.

Está claro que la aceptación social a los proyectos renovables tiene mucho margen de mejora y que el Gobierno debe incorporar mecanismos de gobernanza para involucrar a todos los actores sociales y económicos en el despliegue de estas tecnologías. Pero, en este debate, aludir a este argumento y esgrimir que determinadas zonas de España no son “zonas de sacrificio” para justificar el rechazo al RDL no tiene ningún sentido.

Se mantiene la protección ambiental

El RDL no elimina ningún elemento de protección ambiental y territorial para el despliegue de renovables. De hecho, pone sobre la mesa soluciones que agilizarán la instalación de más potencia sin tener que ocupar más territorio. En el caso de la eólica, se fomenta la repotenciación de parques, de manera que se utilice el espacio de viejos parques para instalar una tecnología más moderna y eficiente.

Esto implica disponer de más capacidad energética en el mismo espacio e, incluso, con menor ocupación de terreno, puesto que con menos “molinos” se podría generar más energía de la que se genera en las instalaciones más desfasadas. Para ello, aun así, los promotores deberán cumplir la ley y presentar una declaración de impacto ambiental (DIA) diferencial, es decir, que analice las repercusiones que tiene la nueva central renovable frente a la antigua, sin tener que hacer una DIA desde cero, como si fuera un nuevo proyecto.

Algo similar ocurre con el despliegue del almacenamiento, para el que no desaparece la obligación de presentar una DIA, como se ha intentado argumentar. Solo quedarán exentas de realizar una nueva declaración aquellas baterías que se instalen junto a un parque fotovoltaico y que, además, su instalación no conlleve una ocupación de terreno mayor a la del parque solar al que se agrega. Es importante entender que el impulso del almacenamiento hibridado con plantas renovables permite subir las horas de operación, así como los excedentes, sin tener que instalar nuevas plantas y ocupar más territorio. Es decir, este punto del RDL vendría atajaría las preocupaciones paisajísticas de determinados sectores.

Los diputados progresistas han dicho “no” a adaptar nuestro sistema eléctrico a las necesidades de la transición energética y, por tanto, han apoyado no acelerar en la lucha contra el cambio climático. Se han opuesto a medidas que, más allá de lo técnico, benefician al conjunto de la sociedad; que facilitarán una reindustrialización basada en renovables; que generarán miles de puestos de trabajo y que permitirá democratizar el sistema gracias al desarrollo del autoconsumo. Y lo han hecho sin aportar argumentos sólidos, con la desgastada carta del “todo es oligopolio” y con la confusa premisa de “renovables sí, pero no así”. Esta negativa es una extensión sibilina del negacionismo, que no coloniza solo espacios liberales y conservadores, sino que confunde a sectores progresistas.

Necesitamos sacar el negacionismo y el discurso nimbysta de las formaciones de izquierdas. Es crucial que el progreso no diga que sí a todo, pero para ello es necesario que se lancen propuestas ambiciosas que mejoren nuestra transición. Las políticas y posturas maximalistas de todo o nada son un lastre en la urgencia actual, cuando cada avance, por mínimo que sea, es esencial.

No nos vale con reducir el debate a la nacionalización de las energéticas si no atendemos a los debates técnicos. La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, dijo, al finalizar la votación, que Podemos, al igual que el PP, rechazaron reunirse con el Gobierno para debatir cambios y propuestas que mejoren el texto legislativo mientras sí han incorporado medidas cruciales de la mano de EH Bildu, ERC o Sumar. No se entiende que haya formaciones que rechacen el diálogo en un tema trascendental como es la transición energética.

Está claro que el RDL no era perfecto ―ninguno lo ha sido ni lo será― pero sí era un buen primer paso para avanzar y seguir trabajando en nuevas reformas ambiciosas que garanticen que España puede dejar atrás, para siempre, su dependencia fósil. El rechazo permanente no puede ser una táctica electoralista, máxime cuando, como consecuencia, se deja en el aire la conquista de derechos y avances en la lucha contra el cambio climático.

sábado, 26 de julio de 2025

"EL JUEZ CARCELERO DE LA SUIZA". José Antonio Martín Pallín, elDiario.es 22 JUL 2025

Manifestación de apoyo en Gijón a 'las seis de La Suiza'
Señor juez, seguramente estará orgulloso de su resolución. Me preocupa que cuente con el apoyo de las asociaciones judiciales que se autoproclaman profesionales e independientes. Ha hecho temblar los pilares de la justicia y la credibilidad de los demócratas en la recta e imparcial función judicial.

Todo lo sucedido a partir del 15 de junio de 2015, en la pastelería La Suiza de Gijón ha tenido una gran trascendencia mediática debido a la decisión, injustificada e injustificable, del Juzgado de lo Penal n.º 1 de Gijón que ha decidido el ingreso en prisión de seis sindicalistas (cinco mujeres y un hombre) condenados por haber cometido un delito continuado de coacciones graves y otro contra la Administración de Justicia, a las penas de dos años de prisión por el primero y un año y seis meses por el segundo. El relato de hechos de la sentencia, desmesuradamente extenso que más se parece a una crónica que se podría titular “Relato de un despido injustificado”. A lo largo de varios folios describe toda una serie de acontecimientos con profusión de detalles, aunque omite algunos aspectos que considero fundamentales para explicar lo sucedido y tergiversa otros que son relevantes para la valoración jurídica de todo lo acontecido.

El día mencionado una trabajadora de la pastelería que estaba embarazada comenzó a sentirse mal y pidió irse a casa, pero el dueño no se lo permitió. Llamó a su pareja contándole lo que había pasado y este, naturalmente indignado, acudió a la pastelería, discutiendo con el propietario y propinando un manotazo a uno de los frigoríficos causando leves desperfectos. La causa del incidente se omite en el relato de hechos de la sentencia que trasmite la impresión de que la pareja era una persona violenta. El resto del relato se ajusta, más o menos, a la realidad. Lo cierto es que cuando terminó la baja por maternidad se intentó solucionar el conflicto solicitando una indemnización a través de los cauces legales iniciándose conversaciones a través de los representantes legales de la empleada y del empresario. Los contactos fracasaron por lo que las empleadas y el sindicato CNT decidieron convocar concentraciones ante la pastelería, la mayoría de las cuales fueron autorizadas por la Delegación del Gobierno. Lo sucedido ha sido considerado como una coacción continuada grave y un delito contra la Administración de justicia. El material fáctico justificaba la aplicación de una atenuante analógica. Se puso en marcha el sistema de recursos, primero ante la Audiencia Provincial, después el Tribunal Supremo y finalmente ante el Tribunal constitucional.

Pero no vamos a dedicar estas líneas a su valoración sino a la incomprensible y vindicativa actuación del Juez respecto de la suspensión de la condena, cuando ya todo se había consumado. Concurrían todas las circunstancias contempladas en el artículo 80 del Código Penal para la suspensión de la condena, incluida la satisfacción de las responsabilidades civiles. Las circunstancias personales de las condenadas y su conducta posterior al hecho abonaban la posibilidad de que cualquier juez que no haya perdido su sentido de la imparcialidad y del respeto a la legalidad constitucional y penal, hubiera tomado una decisión favorable a esta medida. En el momento de acordar la prisión habían transcurrido más de ocho años desde la finalización de los acontecimientos. Las personas afectadas desempeñan, en estos momentos, actividades profesionales (Profesores, cuidadores sociales, veterinarios, una de ellas era cantante de una orquesta y dos padres de un hijo menor de edad) lo que acredita, con creces, su inserción en la sociedad por lo que no tenía sentido el cumplimiento de la condena al haberse cumplido una de las previsiones de la finalidad de la pena prevista en el artículo 25 de la Constitución.

Legalmente disponía de la posibilidad de conceder la suspensión del cumplimiento de la condena, teniendo en cuenta que la pena máxima no superaba los dos años y la otra tenía una duración de año y medio. Lo autoriza el apartado 3 del artículo 80. ¿Puede el juez mirándose en el espejo, sostener que es razonable y justo acordar la entrada en prisión sabiendo que se estaba tramitando una petición de indulto? El artículo 4 del Código Penal ha legalizado la doctrina jurisprudencial que establecía la posibilidad de que el órgano sentenciador pueda suspender la ejecución de la pena, mientras se resuelva la petición de indulto, cuando la finalidad de este sea ilusoria si se ordena el cumplimiento de la pena impuesta en sentencia.

El apoyo a la medida de gracia ha sido masivo y ha calado en la sensibilidad social, lo que aconseja su urgente y preferente tramitación. Mientras esta decisión se materializa (en mi opinión el indulto tiene que ser total), la entrada en prisión ha puesto en marcha los paliativos que contempla la legislación penitenciaria. Una interpretación flexible y adecuada a las circunstancias del caso, de las normas recogidas en la ley general penitenciaria y en el reglamento que desarrolla su aplicación, posibilita una clasificación inmediata en el tercer grado que se aplica a los internos que, por sus circunstancias personales y penitenciarias, estén capacitados para llevar a cabo un régimen de vida en semilibertad. Permite cumplir la condena fuera del centro penitenciario, con salidas diurnas y regresando al centro para pernoctar.

Uno de los hijos de los dueños de la pastelería que se presenta en las redes sociales como un “falso Asesor de Seguridad del Presidente Donald Trump” y anticomunista, esto es sin duda cierto, ha manifestado rencorosamente que “Haremos lo posible para que cumplan entera su condena, para mí no son sindicalistas: son delincuentes”. Desconozco, en este momento, si ha tomado alguna iniciativa. El juez ha manifestado, en otras resoluciones, su rechazo al sindicalismo y un sesgo ideológico inequívocamente reaccionario. No sé si le acompañará en esta deriva o tendrá el propósito de oponerse a la medida.

Señor juez, seguramente estará orgulloso de su resolución. Me preocupa que cuente con el apoyo de las asociaciones judiciales que se autoproclaman profesionales e independientes. Ha hecho temblar los pilares de la justicia y la credibilidad de los demócratas en la recta e imparcial función judicial.

viernes, 25 de julio de 2025

"EL PUEBLO". José Luis Sastre, El País 16 JUL 2025

Una terraza en la localidad murciana de Torre Pacheco
A veces los datos no cuadran, o no cuadran con lo que uno quiere, y entonces hay que restarles valor a los datos y hacer ver que tampoco importan tanto y que son menos que las emociones, maleables y efectivas. La emoción suele estar peor vista porque parece que vaya directa a la entraña, pero qué va: con la emoción se llega sin atajos a la cabeza, que es donde se instalan el raciocinio y el miedo y la rabia y el odio. La emoción es clave, porque precede al estado de ánimo y condiciona la acción y la voluntad, y a menudo pasa que lo que pasa en un país puede explicarse en un desasosiego que no se va de la boca del estómago, aunque en realidad esté en la cabeza.

Pasa también que todo el lenguaje, o casi todo, ya es emocional, en especial el político, y el efecto de la emoción se diluye porque hay más ruido que otra cosa, y quienes se quieren adueñar de un sentimiento y no pueden acaban yendo a por las palabras, para quedárselas. Por ejemplo: la palabra pueblo.

El pueblo es la identidad y es la infancia, más aún en verano, cuando el pueblo se vuelve un ideal. El pueblo son las tardes en bicicleta y el bocadillo y las noches a la fresca. El pueblo es nostalgia y raíz. Es una idea muy amplia que remite a un sitio muy pequeño y muy concreto: el lugar de donde somos. O sea, el origen. Quizá es casualidad que sea una de las palabras tan pretendidas estos días, pero las casualidades ya no existen. Las mataron los relatos.

En nombre del pueblo se ha oído decir que salen algunos a cazar personas o a justificar que otros lo hagan, porque dicen que el pueblo se ha hartado y dicen también que al pueblo lo representan ellos, como si el pueblo no supiera expresarse. Es una idea excluyente y cerrada, que niega su condición al que es distinto y al que piensa distinto y al que siente distinto. Es lo contrario al pueblo, tan diverso, donde este verano, y como siempre, se reencontrarán bajo el calor de agosto las familias que un día emigraron a otros lugares en busca de una vida mejor.

miércoles, 23 de julio de 2025

"LENGUAS PODRIDAS". Antonio Muñoz Molina, El País 19 JUL 2025

Estamos viviendo el desbordamiento del más inmundo de todos los lenguajes, el del odio puro

Varias razones explican el hedor irrespirable de la vida pública española. Una de ellas es que han reventado las cañerías del idioma. La fetidez que antes circulaba por la oscuridad subterránea a la que solo se puede descender con mascarillas de oxígeno y equipos adecuados de protección ahora ha salido a cielo abierto. Palabras, insultos, expresiones que parecían confinadas a las barras de bares con televisores y tragaperras a todo volumen, suelos sucios de colillas y cáscaras de gambas, ahora emergen con abundancia amazónica de los colectores inmundos de las redes sociales y llegan a infectar el espacio hasta ahora seguro y aséptico de los telediarios. En su segundo mandato, impulsado por una creciente paranoia, y por ese peculiar resentimiento no del fracasado, sino del que lo ha conseguido todo, el presidente Richard Nixon instaló en su despacho de la Casa Blanca un sistema de grabación en cintas magnetofónicas que se activaba automáticamente con la voz. Nixon era uno de esos hombres temibles que están obsesionados con el lugar que ocuparán en los libros de Historia. Gracias a su obsesión por grabarlo todo, se aseguró desde luego la preeminencia que buscaba, aunque no como un héroe, sino como lo que en realidad era, un canalla, un cínico, un criminal dispuesto a bombardear a centenares de miles de inocentes, un tramposo, un racista obsesivo, tan grosero en su odio contra los judíos y los negros como contra los homosexuales y los disidentes políticos. Con un murmullo sombrío de canalla en una película en blanco y negro, Nixon mostraba en los miles de horas de sus cintas el reverso del personaje que con tanto esfuerzo representaba en público. Que él mismo maquinara tan obsesivamente los medios de su propia caída parece uno de esos efectos de justicia poética que son más frecuentes en la literatura que en la realidad.

La retórica publicitaria y patriótica de la política americana, con su optimismo maniático del éxito individual y sus apelaciones a la protección de la divina providencia, serían difícilmente imaginables en una Europa donde la religión no tiene ninguna influencia, y donde la palabrería de los sueños cumplidos no se la creen ni los concursantes en Eurovisión. Los excesos de elocuencia no despiertan el entusiasmo, sino la desconfianza y la risa, más aún en un país como el nuestro, en el que una de las razones más poderosas para liberarse de la dictadura de Franco era no seguir aguantando la oratoria de sus jerifaltes, aquellas proclamas de “inquebrantable adhesión” recitadas con el trémolo épico de los locutores del NO-DO, o de los entonces llamados “procuradores en Cortes”.

Un idioma limpio, preciso y expresivo es tan esencial para la vida democrática como un buen suministro de agua potable para la salud pública. Antes de que casi acabaran con ellas la polución química de los desechos industriales, colonias de millones de ostras depuraban las aguas de la bahía del Hudson, y habían dado alimento durante siglos a los pobladores nativos de sus orillas. El habla vívida y correcta, la poesía, el periodismo bien escrito, las novelas, las canciones, depuran tan naturalmente el idioma como las ostras suculentas, y por fortuna recuperadas, depuran las aguas del Hudson, pero su eficacia puede ser muy frágil. Cada vez que se publican nuevas grabaciones, la evidencia de las corruptelas y de esa turbia picaresca en la que se mezclan policías mercenarios, empresarios tahúres, parásitos y aprovechados de la política, no sería tan desoladora si no viniera expresada en un idioma bajo y degradado, rufianesco, de timba y puticlub. Valle-Inclán quiso ejercer en sus esperpentos una “estética sistemáticamente degradada” que mostrara en la deformidad de los personajes y en lo paródico y chabacano de la lengua la degradación de la vida política y social española en los años tardíos del reinado de Alfonso XIII. El esperpento más corrosivo sobre nuestro tiempo será el que ponga sobre un escenario las voces literales y las palabras íntegras de nuestros corruptos en las grabaciones. CONTINUAR LEYENDO

martes, 22 de julio de 2025

"LA NEUROCIENCIA DE LA DESINFORMACIÓN". Clara Pretus (Universitat Autònoma de Barcelona), theconversation.com 23 abril 2025

En 2025, la desinformación sigue siendo un gran reto social con graves consecuencias para la salud, el bienestar y los derechos democráticos de las personas. Desde la interferencia electoral en Estados Unidos hasta el negacionismo científico durante la pandemia, o la búsqueda de culpables tras la dana en España, las campañas de desinformación son utilizadas continuamente para sesgar la opinión pública, polarizar al electorado y destruir cualquier noción de realidad compartida.
No todo el mundo se ve afectado por igual, Por ejemplo, según estudios llevados a cabo en Estados Unidos, los votantes de extrema derecha son los más susceptibles a la desinformación: están varias veces más expuestos a ella y son más propensos a compartirla en sus redes sociales que los votantes de centro o de izquierdas.

Ante este panorama, urge entender por qué compartimos desinformación. Solo así podemos encontrar soluciones a un fenómeno que sigue en alza.

Incapaces de analizar la veracidad de la información

En el ámbito psicológico, se han propuesto varias teorías para tratar de entender nuestra susceptibilidad a la desinformación. Por un lado, el modelo cognitivo defiende que las personas nos creemos la desinformación porque no tenemos la capacidad o la motivación suficientes para analizar si una información es cierta. Esta perspectiva implica que concienciar a la población sobre la importancia de contrastar o evaluar la veracidad de la información puede ser suficiente para mitigar sus efectos.

Por otro lado, el modelo socio-cognitivo propone que las personas tendemos a creernos a pies juntillas cualquier información que reafirma nuestras posiciones ideológicas, sobre todo cuando beneficia a los grupos con los que nos sentimos identificados. De ser así, cultivar el espíritu crítico puede no ser suficiente para aplacar los efectos de la desinformación.

Un experimento con mensajes políticos

Para examinar estas dos propuestas teóricas, mi equipo de investigación y yo decidimos estudiar las bases psicológicas y neurobiológicas de nuestra susceptibilidad a la desinformación. Lo hicimos enfocándonos en la población que actualmente parece más susceptible a ella: los votantes de extrema derecha en España y Estados Unidos. Para ello, diseñamos una colección de publicaciones para la red social X (antes Twitter) falsas, donde diferentes líderes políticos lanzaban críticas al gobierno en base a varios temas de actualidad como la inmigración, los derechos de las mujeres y la unidad nacional. Las publicaciones incluían datos falsos sobre todos estos temas.

Por ejemplo, en una de las publicaciones un líder de extrema derecha afirmaba: “Sólo este año, más de 100 000 inmigrantes han asaltado nuestras costas por culpa del gobierno”.

Nuestra intención era ver si el hecho de mencionar valores identitarios para el grupo –como las actitudes relacionadas con la inmigración– hacía que los votantes tuvieran mayor disposición a compartir las publicaciones, además de comprobar qué mecanismos cerebrales subyacían a la decisión de compartir la publicación con otras personas a través de sus redes sociales.

Para ello, realizamos un experimento online con 400 votantes de extrema derecha y 400 votantes de centro-derecha (que usamos como grupo control) en España, y 800 votantes republicanos en Estados Unidos, de los cuales más de 100 se sentían plenamente identificados con Donald Trump.

Este primer estudio comparativo entre España y Estados Unidos nos permitió comprobar que la mención de valores identitarios en las publicaciones de Twitter que habíamos diseñado aumentaba la disposición a compartir la desinformación en todas las muestras, independientemente de si se usaba un lenguaje más o menos incendiario.

Por otro lado, los republicanos que se identificaban plenamente con Trump, así como los votantes de extrema derecha en España, eran más propensos a compartir las publicaciones que el resto de los individuos. CONTINUAR LEYENDO

lunes, 21 de julio de 2025

"CARLOS HERRERA, EL EVASOR FISCAL". Spanish Revolution

Carlos Herrera, locutor estrella de la COPE, dijo textualmente:

“Se podía hablar de los negocios del novio de Ayuso, pero los negocios de prostitución del suegro de Sánchez eran una cuestión privada.”

Así, sin pestañear, acusó públicamente de proxenetismo a la familia del presidente del Gobierno. Sin pruebas. Sin consecuencias. Sin más fuente que su propio vómito ideológico.

Y lo hizo desde el púlpito radiofónico de la Conferencia Episcopal, con el tono de quien se sabe intocable, protegido y rentable. Lo hizo como hacen los cobardes poderosos: sembrando el bulo sin miedo a que alguien se lo cobre.

Pero si hay algo que sí está documentado sobre Carlos Herrera es esto:
usó un entramado empresarial para eludir el pago de más de 2 millones de euros a Hacienda. El Tribunal Supremo lo dejó claro: creó una sociedad instrumental para tributar menos, facturando a través de ella sus ingresos personales. No fue un error. Fue una estrategia.

Así que el hombre que difama al suegro de Sánchez no es periodista. Es un evasor fiscal con micrófono.
Y el medio que lo amplifica, la COPE, no es prensa libre. Es propaganda clerical al servicio de una derecha sin ética ni límites.

La operación es vieja:
-Se lanza una acusación infame sin base.
-Se presenta como equidistante, comparando con un caso real.
-Se esconde tras la libertad de expresión mientras se dinamita la dignidad del adversario.

Carlos Herrera no quiere informar. Quiere manchar. Quiere erosionar, desgastar, destruir. Y lo hace sabiendo que nadie en su mundo le exigirá rigor ni decencia. Porque forma parte del ecosistema que sobrevive gracias al bulo, la impunidad y el privilegio fiscal.

El problema no es solo Herrera. Es que este país lo ha convertido en referente moral.

domingo, 20 de julio de 2025

¿Y SI DEPORTAMOS A 100 MILLONES DE TURISTAS?". Berna González Harbour, El Paìs 19 JUL 2025

Colonias de extranjeros están transformando España y expulsando a los autóctonos de la ciudad y no son precisamente inmigrantes

Me aterra lo siguiente: si Vox quiere deportar a 8 millones de extranjeros por amenazar el modo de vida español, ¿qué hará con los 100 millones de turistas que se nos vienen encima este año y que de verdad lo están amenazando? Si la ultraderecha llama a la cacería de inmigrantes, ¿qué ocurrirá con los guiris de barriga cervecera y calva roja quemada por el sol que inundan nuestras plazas, con los british que jalean al Manchester en las teles de las terrazas de Benidorm mientras agotan litros de alcohol o los estadounidenses que nos preguntan cualquier cosa en inglés como si todos debiéramos hablarlo? Porque, reconozcámoslo, estos sí que están cambiando el panorama.

Todo depende de lo que consideremos “modo de vida español”. Si entendemos por ello perseguir toros, pasear vírgenes y comer paella, tranquilos. Ningún problema. Los turistas se han sumado al carro y, por el contrario, tendremos que agradecerles la cantidad de menús plastificados con fotos de croquetas, rabas y arroces amarillos que pueblan las calles más ardientes de Madrid.

Pero si entendemos por ello vivir tranquilamente en la ciudad, alquilar un piso, comprarlo, pasear sin empujones y ver a nuestros hijos hacer planes de emancipación con sus primeros sueldos, apaga y vámonos. Son los turistas los posibles enemigos y no la silenciosa china que nos repasa las uñas, el camarero marroquí que tira la caña o el médico colombiano que nos atiende en la consulta.

Colonias de extranjeros están transformando España y expulsando a los autóctonos de la ciudad y no son precisamente inmigrantes, sino turistas. Las estaciones, aeropuertos, el Casco Viejo de Bilbao, Palma, Tenerife, Madrid, Málaga o Cádiz están tomados por extranjeros y no por ello son los enemigos. El enemigo es la turistificación masiva, no la persona. El enemigo será la falta de recursos en la escuela pública, la sanidad o los empresarios que pagan miserias a africanos para recoger unas verduras que un español jamás iba a recoger por el mismo dinero. Y no los “moros”.

Ninguna de las 13 violaciones cometidas en Alcalá de Henares en 2024 ni las cinco de 2025 desataron movilizaciones en esta ciudad madrileña, hasta que un maliense perpetró supuestamente una que disparó disturbios y duros pronunciamientos del PP y de Vox. Las víctimas anteriores no debían contar. ¿O tal vez las agresiones formaban parte del modo de vida español? Pues también.

Hablando en serio: aterra cómo se señala a las personas, no a los problemas. Y la turistificación es uno muy verdadero.

sábado, 19 de julio de 2025

"DUELE EL ODIO". Najat El Hachmi, El País 18 JUL 2025

Manifestación ultraderechista en

Torre Pacheco (Murcia)

El foco no debería ponerse en las víctimas del racismo sino en los verdugos. ¿Quién los ha convertido en antisistema? ¿Por qué no están integrados?

Quiero indignación y rabia, aullar contra los que vienen a linchar a mis hijos; pero, en vez de eso, me embarga un profundo dolor, una tristeza que viene de lejos y que intento apartar de mi memoria y mi conciencia. Es la tristeza de ser rechazados no por lo que hacemos sino por lo que somos, por nuestra piel, nuestras facciones, por haber nacido de nuestros padres. Uno puede ser juzgado por un delito y cumplir la sentencia correspondiente, pero ¿cómo se paga el delito de “ser”, de tener unos genes equivocados? Los inmigrantes y sus descendientes somos los nuevos bastardos por impuros e ilícitos, aunque nos sintamos ciudadanos españoles y no tengamos ningún lugar al que volver. Nuestros hijos son “de aquí de toda la vida”, no han vivido ni quieren vivir en ningún otro sitio, pero eso no les ahorra ni los insultos racistas ni la discriminación en sus muy diversas formas. Cualquiera que se ponga en la piel de un joven “moro” y lo acompañe en su transitar diario por la vida se dará cuenta de que España no solo no es una excepción, sino que tiene una especial inquina hacia ese “otro” tan bien articulado en el imaginario colectivo que es “el moro”. No es simple xenofobia ni rechazo al ilegal; es morofobia pura y dura.

Para ese odio visceral y primitivo no hay argumento racional que sirva. Dejen de decir que la inmigración es necesaria o que nosotros nos vamos a ocupar de los trabajos que los españoles no quieren hacer; dejen de humillarnos de ese modo o de poner de manifiesto que esos chavales a los que los ultras quieren linchar son de segunda o de tropecientosmil generación. El foco no debería ponerse en las víctimas sino en los verdugos, cobardes que en manada se abalanzan sobre chicos a los que doblan en tamaño y edad. ¿Quiénes son esos y de dónde salen? ¿Quién les ha educado para que desprecien el Estado de derecho y las leyes de su propio país? ¿Quién les ha convertido en antisistema sin el más mínimo respeto por la labor de la justicia o los cuerpos de seguridad del Estado? ¿Por qué no están integrados? Es la ultraderecha, claro está, la que organiza ese odio y lo inocula entre vecinos que deberán seguir conviviendo cuando los encapuchados se hayan ido de Torre Pacheco. A los de Abascal no les puedo pedir nada porque no son demócratas, pero sí quiero interpelar a esa derecha que se alía con Vox. ¿De verdad esto es lo que quieren para España? ¿Que se anime a nuestros hijos a matarse entre ellos? ¿Le vale la pena al PP sacrificarnos, sacrificar a mis hijos, por disputarle un puñado de votos a esos fascistas?

viernes, 18 de julio de 2025

"LENGUA Y PATRIA EN TORRE PACHECO". Manuel Jabois, El País 16 JUL 2025

Veo a esos patriotas armados para pegar palizas y pienso: qué patria más pobre si apenas consigue unir en el amor a los suyos, y siempre en el odio a los otros


La ausencia de sujeto solo augura desastres: al no querer nombrar algo, se nombra aquello que los prejuicios sugieren. La inmigración: ese “fenómeno”, como la meteorología. Primero se deshumaniza: se produce, cuando llegan inmigrantes, “una oleada” o “avalancha”, ya en tierra es “una invasión”, incluso herramienta de un delirante “reemplazo”. Ocurre entonces algo que tiene que ver con la elección perversa del artículo determinado en lugar del indeterminado, decisión que sirve para condicionar una moral. En lugar de “un grupo de inmigrantes” o “algunos inmigrantes”, el discurso de odio dicta: “los inmigrantes”, “los marroquíes”, “los subsaharianos”. Todos ellos, responsables de lo que haga uno. El artículo no es inocente. Cuando empiezan a agotarse los recursos, aparece el viejo fantasma: la patria. O sea, el “nosotros”. La primera consecuencia política del “nosotros” es el “ellos”. Eso, y la desaparición de la responsabilidad individual: nadie se declara racista, sino que hay un “nosotros” que reclama orden y seguridad, un “nosotros” que asume perversas adversativas y que produce una frontera difícil de superar; un pronombre personal cuya finalidad no es lo que dice, sino lo que impide decir. Frente al “nosotros”, cualquier gris es traición. Esta cita en El origen deportivo del Estado, de Ortega: “[El muchacho] no quiere y siente como individuo, sino que se halla absorbido por la personalidad anónima del grupo”. Y Ferlosio, sobre el deportivo espíritu del compañerismo ciego: “Todos para uno y uno para todos esconde una terrible férula de coacción mutua y permanente, de amenaza anónima y ubicua, prefigurando ya el traidor del opresivo sistema de coacción social universal del patriotismo”. Veo a esos patriotas armados organizándose bajo el lenguaje prostituido de sus fascistillas parlanchines para pegar palizas a quien su piel o su lengua no se homologue con la suya, y pienso qué patria más pobre cuando apenas consigue unir en el amor a los suyos, y siempre en el odio a los otros.

jueves, 17 de julio de 2025

"¿PUEDE SER ALBERTO NÚÑEZ FEIJÓO PARTÍCIPE A TÍTULO LUCRATIVO DE UN ASESINATO FRANQUISTA? Antonio Maestre, elDiario.es 13 JUL 2025

Santiago Botas Blanco y Cristina Prego García son, además de los protagonistas de una de esas historias de enriquecimiento durante la Guerra Civil, los abuelos de Eva María de Cárdenas Botas, la esposa de Feijóo y una de las herederas de la fortuna familiar que se nutrió de una manera tan trágica. ¿Cómo era? ¿Partícipe a título lucrativo?

Les voy a contar una historia sin trazar paralelismos de ningún tipo con ningún otro caso. Una más de la Guerra Civil y de cómo se fraguaron algunas fortunas en el franquismo, como muchas otras de las que hubo pero que por cuestiones del destino acabó favoreciendo al que aspira a ocupar la presidencia del gobierno. La Voz de Galicia publicó en el año 2003 un relato recogido en un libro del juez José Luis Aulet Barros sobre las boticas en Galicia que iba a tener trascendencia años después en la familia de Alberto Núñez Feijóo. Se trataba de la trágica historia de una botica de Pontedeume y los farmacéuticos del pueblo. Uno de izquierdas, otro de derechas.

Santiago Botas Blanco era un famoso terrateniente y farmacéutico de Pontedeume. Su historia en el negocio, con ventajas, comenzó en el año 1937, una fecha que siempre llama la atención en aquellos lugares donde el golpe de Estado triunfó rápido y que en otros sitios comienza en 1939. Algunos tenemos ya el olfato afinado al ver cuándo empiezan a hacer fortuna algunas familias solo con ver el año de fundación de sus negocios. Pocas veces juega la casualidad y la mayoría la filiación política. Esta es una historia de caciques locales en Galicia. De la represión franquista. De asesinatos y de familias afines al régimen que hicieron fortuna con esos crímenes. Una historia que habría incluido sin dudar en Franquismo S.A.

En Pontedeume, el farmacéutico Antonio Díaz Zamorano fue arrestado por los fascistas porque su yerno realizaba tertulias izquierdistas en el local y la farmacia llegó a ser la oficina del Frente Popular. Después de un juicio sumarísimo fue asesinado por Antonio López Deus, “El peón”, un marino mercante falangista que acabó trabajando para los nazis y que se encargaba de los paseos en la zona. Fueron asesinados también Leonardo Díaz Rosado y Rodrigo Álvarez Pardo, sin que quedara vivo ningún heredero del legítimo dueño de la botica. Ya estaba vacante el negocio. Aquella farmacia acabó de forma interina en manos de Santiago Botas Blanco por decisión del consistorio fascista del momento.

¿Por qué en manos de Santiago Botas Blanco? Porque estaba casado con Cristina Prego y los Prego eran los dueños de otra botica en Pontedeume. La botica de los Zamorano siempre se llamó “la de los pobres” porque siempre que podía ayudaba a los más necesitados, algo que no gustaba demasiado a los conservadores de la familia Prego, los de la botica “de arriba”. Una competencia empresarial que tuvo mucho que ver en el devenir funesto de los Zamorano. Los Botas Blanco y los Prego García eran dos de las familias más importantes del poder durante el franquismo. Santiago Botas Blanco era un eminente miembro de Falange en Pontedeume, Román Prego García fue voluntario falangista y Gaspar Prego García el juez instructor de la zona, nombrado en diciembre de 1936 tras el triunfo del golpe de Estado. Toda esta información mucho más ampliada la pueden encontrar en el trabajo del historiador local David Castro Pérez y en la información recogida en la revista Cátedra de Pontedeume. Pero no se quedó en eso, Santiago Botas Blanco fue nombrado en octubre de 1936 por el Gobernador Civil como uno de los miembros del Comité Civil de Defensa de los fascistas junto al jefe de las milicias y al delegado militar.

¿Y qué tiene que ver todo esto con Alberto Núñez Feijóo? ¿Dónde está la relación y la vinculación con la frase del partícipe a título lucrativo que el líder del PP arrojó sobre Pedro Sánchez acerca de los negocios de su familia política? Santiago Botas Blanco y Cristina Prego García son, además de los protagonistas de una de esas historias de enriquecimiento durante la Guerra Civil, los abuelos de Eva María de Cárdenas Botas, la esposa de Alberto Núñez Feijóo y una de las herederas de la fortuna familiar que se nutrió de una manera tan trágica. ¿Cómo era? ¿Partícipe a título lucrativo? Algo así sonó estos días en el Congreso. Alberto Núñez Feijóo vive cuando van a Galicia, por cuestiones lógicas de parentesco, en una casa en Moaña con Eva María Cárdenas Botas por la que aún litigan con el Estado para quedarse con parte del dominio público y tener acceso a la playa de forma privada. Les parece que se han quedado con poco todavía. Lo dicho. Una simple historia. Ahora ya pueden jugar todos a las familias políticas.

"CARTA ABIERTA A SANTIAGO ABASCAL, PORTAVOZ DEL MIEDO Y GERENTE DEL ODIO". Spanish Revolution, 11 JUL 2025

Dice usted, señor Abascal, que si gobiernan, expulsarán a las personas migrantes “ilegales”. Que lo harán “en masa”, que para eso hay “millones de españoles dispuestos a colaborar”. Su lenguaje ya no es político. Es policial, punitivo, paramilitar. Es el idioma de las purgas, de las redadas, de los trenes que no vuelven.´

Cada palabra suya se acerca más al léxico de Vichy, de los dictadores balcánicos, de los carniceros del siglo XX. “Expulsar”, “limpiar”, “defender nuestras fronteras”… ¿Lo próximo qué será? ¿Marcar casas? ¿Uniformar a los voluntarios? ¿Abrir campos?
Porque eso es lo que usted propone: una caza masiva del pobre, del racializado, del diferente. No va contra la ilegalidad, va contra la humanidad. No va contra los delitos, va contra las personas. Y para que nadie se confunda, agita las cifras, los bulos, las excepciones convertidas en norma. El “efecto llamada” de su discurso no es a los migrantes. Es a los fascistas.

UN HOMBRE BLANCO EN UN MUNDO DE SANGRE

Usted no habla desde la autoridad moral. Habla desde la arrogancia del heredero, del que no ha tenido que cruzar fronteras ni jugarse la vida en el Estrecho para que su hija coma. Habla desde el palco de quien nació donde ya había hospitales, escuelas, calefacción y papeles.

Y habla como si los millones de personas migrantes que sostienen los campos, las obras, los cuidados y las cocinas de este país no existieran. Como si no pagaran impuestos, como si no cotizaran, como si no murieran explotadas en invernaderos, como si no fueran el único colchón que impide que el sistema de pensiones reviente.

Pero usted no lo ignora. Usted lo sabe. Y lo que le molesta no es la “ilegalidad”, es la dignidad. Lo que le ofende es que haya quienes, incluso sin derechos reconocidos, se atrevan a exigirlos. A protestar. A organizarse. A vivir sin pedir permiso.

Por eso su cruzada no es contra la pobreza, sino contra la resistencia.

CUANDO DICE “EXPULSAR”, PIENSA “BORRAR”

Expulsar “en masa”, dice usted. Pero no hay policía suficiente para perseguir a millones sin convertir este país en una dictadura. No hay presupuesto para vuelos forzosos si no se recorta en hospitales, en escuelas, en pensiones. No hay forma de hacer lo que usted promete sin romper todas las leyes, los tratados y los principios de los que tanto presume.

Y aún así, insiste. Porque lo suyo no es un plan. Es una amenaza. Una campaña del miedo. Un experimento para ver hasta dónde traga la sociedad. Hasta qué punto está dispuesta a aceptar el discurso de la deshumanización. Cuánto tiempo más seguirá funcionando la mentira de que el problema son los de abajo y no los de arriba.

Sabe perfectamente que los grandes defraudadores no van en patera. Que los violadores de derechos no cruzan el desierto, sino que firman contratos desde sus despachos. Que el verdadero crimen organizado viste traje y firma acuerdos con su partido.

Pero usted prefiere apuntar al eslabón más débil, porque es más fácil y más rentable. Porque su partido vive del odio, como las hienas de la carroña. Porque en el fondo no quiere proteger a nadie: quiere asustar a todos.

SU NACIÓN ES UNA CARCEL SIN VENTANAS

Usted habla de patria, pero la suya es una patria tan pequeña que no caben los derechos humanos. Una patria que se define por quién queda fuera, no por quién se cuida dentro. Una nación fortaleza, hecha de alambradas y banderas, donde la compasión es sospechosa y la solidaridad es delito.

Usted no ama a España. Usted la usa. Como un chulo usa a quien explota. Como un patrón usa al jornalero hasta que revienta. Usted necesita una patria a la que parasitar, a la que culpar, a la que manipular. Por eso siempre está en guerra. Porque la paz se le acabaría con usted mismo.

Así que no se engañe, señor Abascal. Usted no es un defensor de la ley. Usted es un vendedor de miedo. Y lo que vende no es orden, es crueldad. Lo que siembra no es orgullo, es xenofobia. Lo que proyecta no es fortaleza, es cobardía de clase alta disfrazada de épica popular.

Le quedan millones de personas a las que señalar. Pero también le sobran millones de conciencias que ya no se tragan su mierda. Y cuando la historia vuelva a escribirse —que lo hará—, usted no saldrá como patriota. Saldrá como carcelero. Como censor. Como delator.

Y no habrá frontera que le salve del olvido.

miércoles, 16 de julio de 2025

La Universitat de Barcelona abre una investigación al catedrático señalado y le suspende temporalmente como profesor emérito. Ana Requena Aguilar, elDiario.es 16 JUL 2025

Lo hace después de que los servicios jurídicos de la UB se hayan reunido con las abogadas de un grupo de 14 personas que han abandonado el grupo de investigación CREA en el último año y de que las letradas hayan aportado más información a la universidad

La Universitat de Barcelona (UB) abre una investigación a Ramón Flecha, catedrático emérito de Sociología y creador del grupo de investigación CREA, señalado por varias mujeres por pedirles masajes, sexo y su participación en tareas domésticas mientras él mantenía una clara relación de superioridad jerárquica sobre ellas. También le suspende cautelarmente las funciones como profesor emérito.

El anuncio llega después de que las abogadas de un grupo de 14 personas que han abandonado CREA en el último año se reunieran la semana pasada con los servicios jurídicos de la universidad y les comunicaran lo que le habían trasladado por carta al rector hace un mes: la “gravedad de las situaciones vividas” por sus clientas mientras pertenecían al equipo de Flecha. Durante esta semana, las letradas han aportado al equipo jurídico de la universidad más información que ha servido para formalizar una queja.

“Once personas describen conductas de tipo sexual, vejatorias y intimidatorias que no sólo son intolerables y contrarias al Código Ético de la Universidad, sino que, si se confirman, podrían ser delictivas. La consternación de la universidad es absoluta. Desde el rechazo frontal a cualquier caso de violencia, acoso o maltrato, la Universidad se compromete a actuar sin demora, con plenas garantías y con toda la contundencia para aclarar esta situación”, dice el comunicado que ha hecho público la UB.

La Universidad anuncia que pone todos sus recursos a disposición de las personas denunciantes. Además del procedimiento de “información previa” que ha puesto en marcha, el centro creará una comisión de expertos, formada por personal interno y externo especializado en la material, para que realice la investigación. Al menos dos de sus integrantes serán mujeres.

A esto se añaden otras acciones que la UB había puesto en marcha, como desvincular su dominio de la página web y de correo de CREA, no enviar representación a ninguna actividad relacionada con CREA, y “monitorizar” mensajes en redes publicados en perfiles vinculados a la universidad y que puedan vulnerar su código ético. “La Universidad de Barcelona apoyará siempre a cualquier persona que haya vivido situaciones de abuso o violencia del tipo que sea, con el compromiso firme de saber la verdad y dirimir responsabilidades”, concluyen.

La reunión entre las abogadas y el rector tuvo lugar una semana después de que elDiario.es, junto a otros tres medios, publicara una investigación en la que revelaba varios testimonios de mujeres que relataban este patrón de comportamiento por parte de Flecha durante más de dos décadas.

Entonces, tras la publicación de la investigación de elDiario.es, RTVE Noticias, Infolibre y Ràdio 4-RNE, la UB comunicaba a CREA que no permitiría el uso de sus instalaciones para la 'Conferencia Europea sobre Violencia Doméstica' que tendrá lugar en Barcelona del 3 al 5 de septiembre y que organiza, entre otros, Ramón Flecha, ni para ninguna otra de sus actividades. Los Comuns reclamaron la comparecencia en el Parlament de la consellera de Universidades, Núria Montserrat, y del rector de la Universidad de Barcelona. Por su parte, la Asamblea Feminista de la UB pedía al rector en un comunicado que ya han suscrito decenas de colectivos de todo el país que interviniera para apartar a Ramon Flecha y a la dirección del grupo CREA de cualquier responsabilidad. La Facultad de Educación también había exigido una investigación.

Por su parte, la Generalitat suspendía de forma cautelar una distinción otorgada la semana pasada a la académica Marta Soler, directora del grupo de investigación CREA al que pertenece Ramón Flecha, menos de 48 horas después del acto en el que se le otorgó el reconocimiento a una Trayectoria de Excelencia dentro del programa de profesorado universitario Serra Húnter. La Administración catalana justificó la suspensión cautelar por las informaciones desveladas por elDiario.es junto con Infolibre, RTVE Noticias y Ràdio4-RNE. Según Universidades, estos casos ponen en cuestión la “solidez” de la propuesta que hizo la Universitat de Barcelona (UB) para que se premiara a Soler.
Los testimonios

“Yo era becaria de su grupo de investigación, él se me tiró encima y solo recuerdo que acabamos en su habitación”. “Entiendes que o pasas por esto o abandonas tu carrera en la academia”. “Él insistía en que nadie podía saberlo”. “Sabías que si ibas a un viaje con él eras su chacha, le hacías la maleta, el power point, le planchabas las camisetas… Cada día le tocaba a una y era algo que normalizabas. Sabías que si ibas con él estabas a su servicio”. “Llegué a pensar que la única forma de sobrevivir en la academia era seguir enrollándome con él”. “Controlaba con quién podías quedar y si podías enrollarte con él o no”. “A veces, en su casa, pedía masajes, llegó un momento en que se quitó los pantalones y en un par de ocasiones, también los calzoncillos”.

Son frases que pertenecen a los testimonios de ocho mujeres publicados por elDiario.es y que comparten el mismo patrón: casi todas conocieron a Ramón Flecha durante la carrera, cuando él fue su profesor en la Universitat de Barcelona, y empezaron a colaborar con CREA; y todas relatan un comportamiento envolvente que termina en sexo, masajes y/o estar a su servicio para todo tipo de tareas. El catedrático las introduce en su equipo cuando son muy jóvenes, les ofrece participación en investigaciones y proyectos, e inicia una relación personal -a solas y con otros miembros del grupo- por la que obtiene información íntima de ellas, que después utiliza. Despliega, según relatan ellas, una conducta de premios y castigos.

En el último año, al menos 24 personas han abandonado CREA. Varias de ellas han buscado asesoramiento legal ante el temor de que su salida supusiera algún tipo de represalia. En una carta fechada el 17 de junio y dirigida al rector de la Universitat de Barcelona, Joan Guàrdiá Olmos, la representación legal de un grupo de 14 exmiembros de CREA advertía de “la gravedad de las situaciones vividas” por sus representadas “durante su pertenencia a la red CREA”, y pedía un canal seguro para abordar la situación que garantizara “la seguridad” de las mujeres.

En la misiva, las abogadas señalaban que algunas de sus clientas “relatan haber mantenido relaciones sexuales con el Sr. Ramón Flecha en un contexto de clara desigualdad jerárquica —en calidad de alumnas, becarias, doctorandas o subordinadas— y bajo un patrón reiterado de conducta que encaja con una lógica de coerción sexual, abuso de poder, acoso sexual, violencia psicológica y explotación laboral”.
Quejas desde 2004

Ramón Flecha (Bilbao, 1952) es catedrático emérito de Sociología de la Universitat de Barcelona (UB). Especializado en educación, es conocido por su proyecto Comunidades de Aprendizaje, basadas en su teoría del aprendizaje dialógico. Fue en 1991 cuando creó lo que hoy se conoce como CREA -Community of Research on Excellence for All-, un equipo de investigación ligado a la UB. La universidad asegura que CREA no pertenece a la UB desde 2020, pero tanto su directora, Marta Soler, como la propia web del grupo utilizan dominios y correos electrónicos de esta universidad. La UB aclara que fue a raíz de esta investigación periodística que tuvo conocimiento de ese uso e inició los trámites para desvincular a CREA del dominio de la universidad.

Desde 2013, Flecha ha participado también en conferencias y publicaciones sobre violencia de género, como “Las nuevas masculinidades alternativas y la superación de la violencia de género” o “Acoso sexual de segundo orden: violencia contra los silenciadores que apoyan a las víctimas”. Él mismo asegura en su perfil de redes sociales ser el “Científico nº 1 (ranking mundial) en Gender Violence”.

Esta no es la primera vez que la UB recibe denuncias internas sobre Flecha y el CREA. Ya en 2004, y tras varias quejas, la Universitat abrió un expediente interno, al que ha tenido acceso elDiario.es. El instructor de ese informe recomendó abrir una investigación rigurosa y tomar medidas preventivas de manera inmediata. En ese expediente, entre otros hechos, aparecía el testimonio de una mujer que relataba haber sido alumna de Flecha y mantener sexo con él mientras el catedrático tenía la capacidad de decidir sobre becas y proyectos.

La UB afirma que “por personas que trabajaban entonces en el centro” sí se hizo seguimiento de ese expediente y sus recomendaciones, pero que, debido al tiempo discurrido, “trazar el detalle exhaustivo de las actuaciones realizadas en aquél momento no es nada sencillo”. En 2006 Ramón Flecha dejó la dirección de CREA, aunque todos los testimonios y pruebas recabadas muestran que nunca dejó de ser la persona que lideraba el equipo.

Doce años después, en 2016, la Universitat remitió a la Fiscalía tres denuncias que acusaban a CREA de funcionar como una secta y de practicar un alto grado de “manipulación psicológica”. Tiempo después, la Fiscalía archivó el caso porque no había, decía, elementos suficientes para considerar que los hechos pudieran calificarse como delito, pues las personas tenían la libertad de entrar y salir de CREA.

lunes, 14 de julio de 2025

"SIEMPRE ANTIRRACISTAS. Manifiesto mínimo para una conciencia que no se vende". Spanish Revolution

No es una etiqueta. No es una postura estética. No se reduce a un tuit indignado ni a una pancarta puntual. Ser antirracista es una forma de estar en el mundo, incómoda, constante, sin días libres ni alianzas convenientes.

Porque el racismo no es un accidente, es un dispositivo de orden. Está en las leyes que criminalizan la pobreza migrante pero amnistían la riqueza blanca. Está en los cuerpos identificados al azar, en las redadas selectivas, en las portadas sensacionalistas y en los silencios que deshumanizan.

También está, claro, en quienes aprovechan el dolor real para sembrar odio organizado. Ya lo hemos visto: basta un crimen, una desgracia, una chispa, para que algunos corran a señalar culpables colectivos. Los mismos que nunca lloran a las víctimas si no sirven para apuntalar su cruzada. Los que convierten pueblos enteros en jaulas mediáticas. Los que justifican lo injustificable con una retórica de “costumbres” y “seguridad”. Sí, sabemos leer entre líneas. También en Torre Pacheco.

Ser antirracistas es no caer en esa trampa. Es recordar que el odio siempre sube desde el poder, aunque se disfrace de “sentido común”. Que el miedo nunca justifica la injusticia. Que una sociedad que permite pogromos simbólicos —o reales— está condenada a repetir su historia más oscura.

Por eso lo decimos sin matices: antirracistas, siempre. Aunque incomodemos. Aunque nos quedemos solas.

Porque la dignidad no se vota. Porque ningún ser humano es ilegal. Porque la piel, el idioma o el origen no son delito. Porque ser antirracista no es un lujo: es un deber humano.

domingo, 13 de julio de 2025

"VOX RESUCITA LA LIMPIEZA DE SANGRE". Guillermo Altares, El País 11 JUL 2025

La diputada de Vox, Rocío de Meer,
Las declaraciones de portavoces del partido ultra sobre la expulsión de España de millones de migrantes tienen muchos y siniestros precedentes en la historia

Envalentonados tal vez por el clima de terror que Donald Trump ha desatado entre las comunidades inmigrantes de Estados Unidos, Vox ha prometido que aplicará una fórmula parecida en España si llega al Gobierno. Sus portavoces Rocío de Meer y Pepa Millán han defendido la deportación de millones de personas, inmigrantes con residencia legal, incluso de segunda generación, sin importar que sean ciudadanos españoles de pleno derecho, basándose en un concepto tan indefinido y volátil como la adaptación a las costumbres nacionales, como si tal cosa existiera. Se trata de un racismo apenas disimulado que tiene una larga tradición en España y se remonta a la Edad Media: es lo que durante siglos se llamó limpieza de sangre y ahora Rocío de Meer, portavoz de Emergencia Demográfica y Políticas Sociales del partido ultra, ha formulado como el “derecho a querer sobrevivir como pueblo”. Por lo menos, ha tenido el detalle de no hablar de raza.

El sociólogo español Alejandro Baer, investigador del CSIC, exdirector del centro de estudios del Holocausto y Genocidios de la Universidad de Minnesota, que acaba de publicar el libro Antisemitismo. El eterno retorno de la cuestión judía (Catarata), lo expresaba así este lunes en la red social X: “Tenemos el derecho a querer sobrevivir como pueblo’, dice la diputada Rocío de Meer (apellido castizo, como el mío). Delirios völkisch, de sangre y tierra, como los que te encuentras en Mein Kampf, el infame libro que cumple estos días 100 años”.

Cualquier comparación con los nazis es normalmente problemática y exagerada, pero Baer sabe de lo que habla, pues ha estudiado a fondo este oscuro periodo de la historia de Europa. Antes de la violencia hay palabras, estigmatizaciones, racismo, se marca la diferencia entre ellos y nosotros, se señala el peligro que representan para la convivencia y para la propia idea —inmutable y eterna— de pueblo. Cuando Hitler llegó al poder en 1933, tras liquidar la República de Weimar, uno de los periodos más analizados en los últimos años por los peligros que se ciernen sobre muchas democracias occidentales, instauró un certificado racial para poder trabajar en el sector público. El documento debía confirmar el pedigrí racial de la familia hasta 1800 (1750 para los miembros de las SS) y demostrar que no había ningún ancestro de “sangre judía o de color”.

Millones de alemanes tuvieron que recurrir a expertos en genealogía o detectives privados, primero para poder formar parte de la sociedad y, poco tiempo después, para poder sobrevivir. Me gustaría saber si los dirigentes de Vox tienen la intención de pedir un documento similar sobre las costumbres que se siguen como garantía para no ser expulsado de España y qué ocurrirá con aquellos que, a pesar de lucir ocho apellidos españoles, no se adaptan a sus propias costumbres.

Los nazis se habían inspirado en las leyes raciales que se aplicaron en el sur de Estados Unidos tras la guerra de Secesión —las llamadas leyes Jim Crow—; pero también en la limpieza de sangre de España durante la Edad Moderna. Tras los pogromos que asolaron las comunidades judías de Castilla y Aragón al final de la Edad Media y la expulsión en 1492 por los Reyes Católicos, que provocaron conversiones masivas, comenzó la separación profunda entre los cristianos viejos y los nuevos. Cualquier indicio de ser judaizante era muy peligroso. “Yo te untaré mis obras con tocino / porque no me las muerdas, Gongorilla”, insultaba Quevedo a Góngora, mientras que, en una de sus muchas burlas del fanatismo, Voltaire hablaba en Cándido de dos pobres que habían sido encarcelados en Lisboa por apartar el tocino en las lentejas. No bastaba con convertirse, como para Vox no basta con ser ciudadano español, para merecer formar parte del pueblo.

Dada la obsesión del partido ultra por las costumbres españolas, resulta muy interesante lo que explica Joseph Pérez en Los judíos en España (Marcial Pons). Muchos conversos que habían abrazado sinceramente el cristianismo conservaban costumbres que ni siquiera sabían de dónde venían —veneraban santas llamadas Raquel o Esther, no encendían la lumbre en sábado por viejas tradiciones familiares—. “Incluso entre aquellos conversos de buena fe cabe distinguir dos aspectos: el propiamente religioso y el sociocultural. En su fanatismo, varios detractores de los conversos confundieron los dos aspectos, la fe con las costumbres”. Cambiando unas pocas palabras, este relato del gran hispanista francés resulta muy contemporáneo.

El siempre lúcido Toni Martínez explicaba este martes en Todo por la radio, el espacio de humor de La Ventana de la Cadena SER —que sea divertido no significa que no sea serio—: “Haremos un tribunal que examinará si esas personas demuestran capacidad manifiesta de adaptación y que descubrirá quién está irremediablemente no integrado. Y este tribunal lo llamarán Santa Inquisición”. Modelos, desde luego, no les faltan.

"ARDE LO PÚBLICO". Juan José Millás, 14 Agosto 2025

Arde el país como una carta vieja de amor en la chimenea de la pereza Arde el monte abandonado, arde la encina centenaria dejada de la mano ...