La Reserva Federal es la autoridad monetaria de Estados Unidos y a ella se le encomienda que controle y supervise el sistema financiero y que ejecute la política monetaria con un doble objetivo: la estabilidad de los precios y alcanzar el pleno empleo.
Otros bancos centrales, como el europeo, solo tienen como objetivo controlar la subida de precios.
Sin embargo, estamos viviendo la inflación más alta de los últimos cuarenta años y, hasta ahora, prácticamente no han tomado ninguna medida.
Primero dijeron que ere muy pasajera y cuando comenzó a alargarse, no hicieron nada.
¿Cómo es posible que, teniendo todo el poder y estando siempre tan seguros de lo que dicen, no han evitado esta subida de precios tan grande?
Muy sencillo.
Su comprensión de la inflación está equivocada. Se sostiene sobre presupuestos falsos.
Creen que los precios suben porque hay demasiado dinero en circulación y que, por tanto, lo que hay que hacer para frenarla es retirar dinero. Algo que básicamente se supone que pueden conseguir subiendo su precio, es decir, los tipos de interés.
¿Por qué no los han subido ahora?
Pues justamente porque saben perfectamente, sin ningún lugar a dudas, que la inflación se debe a otras causas y no a las que ellos han defendido siempre.
Concretamente, los precios están subiendo debido a la escasez en la oferta de bienes después de la pandemia, a problemas de suministro tras la invasión de Ucrania y al gran poder de grandes empresas que suben injustificadamente sus márgenes.
Los bancos centrales saben perfectamente que, si suben los tipos de interés, no van a resolver esas causas de la subida de precios.
Lo único que se conseguiría subiéndolos sería encarecer la inversión y el consumo a crédito, es decir, frenar las ventas, el empleo y la actividad económica en general: hundir a las economías.
Lo saben y por eso no han hecho nada.
Ahora bien. Lo malo es que, si no hacen nada, los sujetos económicos pensarán que, sin medidas contra la inflación, la inflación va a ser inevitable. Y eso hará, curiosamente, que efectivamente haya inflación.
¿Qué podrían hacer los bancos centrales y el resto de las autoridades económicas?
Reconocer que están equivocados.
Que tienen una idea sobre la inflación equivocada y que, en estos momentos, no sirve de nada subir los tipos de interés porque el roto que van a provocar será peor que el descosido que quieren arreglar.
Lo que hay que hacer es llevar a cabo inversiones urgentes para ampliar la oferta, intervenir sobre los mercados energéticos y de materias primas en donde la concentración de capitales está aumentando los márgenes y haciendo que suban los precios innecesariamente, acabar con las burbujas especulativas que están provocando subidas de precios que se trasladan al resto de la economía.
En lugar de eso, la Reserva Federal, y luego vendrán los demás grandes bancos centrales, ha optado por comenzar a subir los tipos de interés, a pesar de que los estudios que se están haciendo señalan (aquí) que, aunque los subieran hasta el 3% a finales de este año, los precios solo bajarían 0,4 puntos: ¡nada!
Han puesto en marcha el brazo tonto de la política monetaria. La Reserva Federal va a provocar una recesión en Estados Unidos y detrás de ella irá la del resto de los países.
Tiempo al tiempo.
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