sábado, 31 de mayo de 2025

"EL PUFO DE WEGOW Y LOS NIÑOS DE PAPÁ". Antonio Maestre, elDiario.es 25/05/2025

El de Wegow es otro ejemplo de éxito del relato de la meritocracia, una pantomima creada para que pijos como sus dueños puedan vivir del dinero de todos aquellos que se creen que algún día podrán crear una empresa, quebrarla y seguir viviendo como si no hubiera pasado nada

La plataforma de venta de entradas Wegow ha presentado un preconcurso de acreedores y ha dejado en una situación límite a muchas bandas españolas a las que debe el dinero de las entradas vendidas de sus conciertos. Al comunicado que envió esta semana anunciando su situación económica límite se vino una cascada de mensajes de bandas que sin nombrarla por motivos legales se referían a la empresa de ticketing que ha dejado en la ruina a muchas bandas, grupos y solistas que han gastado mucho dinero en sus conciertos y ahora se quedan sin el dinero de las entradas. Mientras lanzaba el comunicado seguía vendiendo entradas, por si podía recoger más dinero que no iba a dar a sus legítimos dueños.

Al leer la noticia la historia me sonaba a la de un niño de papá que jugaba a empresario y dejaba en la estacada a un montón de gente que no se puede permitir perder el fruto de su trabajo. No me equivocaba, porque este es otro de esos casos de niñatos de familia bien con padres millonarios que van dejando por el camino cadáveres y se gastan el dinero ajeno sin que su nivel de vida se vea afectado ni un ápice a pesar de su ineptitud, porque siempre tiene la red del papa millonario. Es muy fácil emprender cuando tu vida no depende de que la empresa genere recursos y pueda caer.

La empresa Wegow es de Gonzalo García-Miñaur Careaga y de José María Ozamiz Salazar. El abuelo de Gonzalo García-Miñaur, miembro de una de las familias conocidas de industriales vascos es Adolfo Careaga Fontecha. El abuelo de uno de los cofundadores de Wegow fue miembro de diversos consejos de la administración del País Vasco y presidente del Puerto de Bilbao. Su padre, emparentado con los Urquijo, fue alcalde de Bilbao y gastaba su tiempo jugando al golf en Neguri. No hay rama de la familia del emprendedor que ha dejado colgadas a decenas de familias con su pufo que no tenga presencia en Neguri. Están todos, los Careaga, los Rotaeche, Los Ybarra, los Urquijo. La endogamia de siempre. No podía faltar su presencia en el consejo de administración de Garibao, la empresa de papá, dedicada a la logística aduanera y de transporte internacional.

En el consejo de Administración de Wegow no faltaban apellidos como los Delclaux, emparentados con los de la Sota. No falta nadie de la burguesía vasca en la compañía, en la que luego entraron los creadores de Tuenti. Es uno de los ejemplos de manual de empresa creada por niños pijos que juegan con el dinero de los demás porque nunca les hará falta ganar dinero con las empresas. Son una casta de irresponsables que siempre pueden dejar caer una empresa y comenzar con otra porque no saben lo que es depender del dinero para poder vivir, porque les ha caído siempre del cielo y debajo tienen una red que nunca les dejará caer a ellos.

No falla la experiencia de negocio. En una de esas entrevistas que nos encantan a los que creemos que la meritocracia es un camelo, decían que se les ocurrió crear la empresa porque les molaba ir de conciertos y se perdían algunos y, claro, montaron una empresa. Con el dinero de papa, por supuesto. El de Wegow es otro ejemplo de éxito del relato de la meritocracia, una pantomima creada para que pijos como sus dueños puedan vivir del dinero de todos aquellos que se creen que algún día podrán crear una empresa, quebrarla y seguir viviendo como si no hubiera pasado nada. Un nuevo caso del talento de los hijos de millonarios que se dedican a engañar a incautos haciéndoles creer que sus familias perviven por un bien superior aprendido en los grandes colegios de élite.

No les quepa duda de que estos tipos caerán de pie, dentro de unos meses saldrán con una nueva empresa recogiendo pasta de Business Angels que invierten con el dinero de su padre para que todos puedan seguir retroalimentándose. En la próxima entrevista cuando estos vendehumos creen su nueva startup venderán que para crear una empresa de éxito antes es necesario caer y levantarse. Esta quiebra que ha dejado a muchas bandas en la ruina la usarán como marketing de su próximo pufo. Muchos de los músicos a los que dejarán sin blanca no podrán levantarse porque no tienen a nadie que los levante y tendrán que buscarse la vida como asalariados allá donde puedan. Recuerden, esos que arruinan a gente humilde son los que instauran el relato de la cultura del esfuerzo.

miércoles, 28 de mayo de 2025

"ÉRAMOS ELLOS". Paco Cerdá El País 25 MAY 2025

Varios temporeros dormían el pasado verano en la estación
de autobuses de Fraga (Huesca), en una foto tomada por CC OO

Hace décadas, nosotros fuimos los peones, los temporeros, los exiliados, los emigrantes. Pero no lo recordamos

La mujer llora. Se llama Rosa. Tiene el pelo gris. Llega con la mirada gacha, retraído el mentón. Ha esperado hasta el final de la cola para contarme en susurros que su padre y su tío viajaron en el Stanbrook, el barco de la derrota y las esperanzas, aquel buque mercante que cargó desde el puerto de Alicante hasta Orán al último reducto de la resistencia republicana en la primavera amarga del 39. Le gustaría que en la dedicatoria figurasen sus nombres. Los nombres de dos de aquellos 2.638 hombres, mujeres, niños, mutilados de guerra evacuados de los hospitales, soldados llegados desde el frente, andrajos humanos revestidos de dignidad; toda aquella gente cargada con fardos, bolsas, líos, pañuelos y maletas, todos ellos envueltos por los gritos y el hambre y el miedo que tiñen el final de una guerra.

Para mí eran Historia; para Rosa son su vida. Su padre, su tío.

La mujer se excusa por la emoción. Sus ojos cuentan más que mil páginas de libro. Son la herencia de aquel exilio español que desembarcó en el norte de África al acabar la Guerra Civil. Más de 13.000 personas que escapaban de un paredón posible o de una celda probable y que terminaron en campos de concentración, de trabajo forzado o de castigo en remotos lugares de Argelia, Marruecos o Túnez. El mundo de ayer.

Dice Juan Valbuena que la gente pobre no deja apenas rastro. Un nombre en un listado, una carta familiar, una fotografía desleída, unos dibujos en el reverso de un calendario, un juguete de madera del niño; una bandera roja amarilla y morada bien plegada hasta el siguiente 14 de abril. Lo cuenta en la exposición Del éxodo y del viento, una narración visual y sentimental sobre el exilio español en el Magreb entre 1939 y 1962.

Entonces íbamos nosotros.

Aquella otra mujer, hace menos tiempo, no lloraba. Solo apretaba los dientes. El viaje era otro: el de los temporeros españoles por media Europa. Ya casi no había miedo ni hambre, pero sí incertidumbre y apreturas entre las clases trabajadoras de la España franquista. Era una noche con luna de los años sesenta, y su tren cruzaba los Pirineos. En el vagón no sonaban los Beatles. Si acaso ya se oía lo que vendría: las órdenes del capataz en un campo de Francia para hacer la larga vendimia. A obedecer, a cumplir, a ganarse la vida a destajo. A eso iba Carmen con su familia. Me lo cuenta mi tía y lo completa la exposición Huir de la miseria, una radiografía sobre los temporeros españoles que migraban para trabajar cuando el franco podía más que Franco. Más de cien mil temporeros españoles salían cada año de pueblos como el mío. Una historia olvidada por nuestra amnesia colectiva, tan propia de los nuevos ricos. Una historia, rescatada por el profesor Sergio Molina, que estaba llena de engaños, penurias, noches al raso, jergones en almacenes, soledades de domingo, fincas grandes, idioma desconocido y toda la explotación laboral que era capaz de soportar la necesidad cuando la palabra ahorro era más común que préstamo o hipoteca. Una historia —¿hay otra?— de patronos y peones.

Hace unas semanas, liberaron en Sagunt a nueve temporeros de distintas nacionalidades y una misma patria —la miseria— que eran obligados a trabajar en jornadas interminables por un salario insultante y que eran mantenidos en condiciones infrahumanas en un hotel abandonado.

No hace mucho, los peones éramos nosotros. Pero no lo recordamos. Quizá porque hay un punto ciego en nuestra memoria colectiva. Punto ciego: la metáfora es de Santi Donaire, un fotógrafo andaluz que se ha pasado más de siete años documentando con su cámara las exhumaciones del cementerio de Paterna, paredón de la España de posguerra. En su tétrico muro siguen los agujeros de las balas. Donaire se ha dedicado a mirar la dureza y la emoción del proceso de localizar, exhumar, identificar, entregar a las familias y enterrar los restos de tantos represaliados engullidos por el olvido oficial. Ese silencio —ese punto ciego de nuestra historia, ese baúl de silencios y miedo— fue rellenado con olvido para intentar taponar una herida que aún chorrea. Una ausencia en nuestro relato. Un punto ciego. Fuimos nosotros, aunque no lo queramos ver.También éramos nosotros los temporeros, los exiliados, los emigrantes. Ahora que el Congreso va a debatir la regularización de casi medio millón de personas extranjeras que viven en España sin papeles, personas que trabajan y que nos hacen la vendimia en los campos y en las casas, con nuestros mayores y con nuestros paquetes de reparto, en las cocinas de los bares y en las habitaciones de hotel, estaría bien recordar que hace poco éramos ellos. Y que el tren era oscuro y hacía frío al llegar. O que el barco iba hacinado y solo había viento al llegar.

lunes, 26 de mayo de 2025

Iñaki Gabilondo: "Feijóo debe temer más a Ayuso que a Vox". Entrevista de Henrique Mariño, publico.es 21/05/2025

El histórico presentador de 'Hoy por hoy' reflexiona sobre el periodismo, la ultraderecha, el capitalismo, el futuro de la izquierda o la crisis del pensamiento utópico progresista.

Iñaki Gabilondo (San Sebastián, 1942) es un grande de la radio. No el más grande, porque Luis del Olmo mide uno noventa. El histórico presentador de Hoy por hoy, el programa de la SER que logró desbancar a Protagonistas como líder de audiencia, se reencuentra con su antaño competidor y siempre amigo en la Biblioteca Nacional, donde han inaugurado el ciclo Periodismo. La profesión va por dentro. Iñaki no echa de menos la emisora, pero Gabilondo se enzarza imaginariamente con los tertulianos cuando sintoniza la cadena.

¿Cuándo fue la última vez que sintió que le gustaría estar en el estudio?

No he tenido esa nostalgia. Yo me fui casi convencido de que ya hubiéramos debido quitarnos de en medio mucho antes, porque tenía una cierta sensación de pelmazo [risas]. En cambio, muchas veces he tenido la sensación de participar: a menudo me veo a mí mismo de pronto discutiendo con los contertulios o con los presentadores de los programas. Vamos, que ya era muy mayor cuando me quité de la radio por última vez y estaba un poquito harto de mí.

En cambio, se fue de la radio, pero se metió en la tele.

Eso fue un regalo de la vida que no puedes rechazar. Que te permitan hacer entrevistas con cuatro cámaras a científicos por todo el mundo (Singapur, China, Stanford, Harvard...) es un premio enorme.

En Cuando ya no esté (Movistar) pretendía explorar el futuro. ¿Qué se ha adelantado en este mundo antes del horizonte que fijó en 25 años?

Yo estaba queriendo ver qué se estaba moviendo por ahí. Y cuando regresaba, algunas veces descubrí algo muy importante: había ido buscando una respuesta a la pregunta de “qué va a pasar” y me encontré con que la pregunta era equivocada. No es qué va a pasar, sino qué vamos a hacer.

Todos los científicos que me hablaban de las novedades con las que trabajaban y que anunciaban un futuro muy especial, cuando yo les preguntaba "¿qué va a pasar?" se sentían un poquito molestos y venían a decir: "Nosotros vamos a colocar sobre la mesa de la sociedad un montón de posibilidades, pero a vosotros os toca [aportar las] reflexiones de corte jurídico, político, ético, etcétera, y de ahí se derivará una cosa u otra".

O sea, "no os sacudáis el bulto de esta forma tan alegre", como vemos que ocurre cuando la gente mira al futuro como si fuera un hecho que va a ser una particularidad geológica que se va a producir al margen de nosotros, o como si la ciencia fuese a dejar resueltas las cosas. No, la ciencia va a dejar una montaña de posibilidades y de interrogantes que el ser humano tendrá que responder.

El periodismo ha cambiado y estamos asistiendo al fin de una época. Quizás también al ocaso de su público tradicional, cada vez de mayor edad en algunos soportes, lo que podría darnos alguna pista sobre el futuro del sector y hacernos reflexionar sobre los ingresos por las ventas o las suscripciones, entre otras cuestiones.

Se ha perdido mucho la esperanza. Es decir, si vamos viendo el ciclo de mi vida, el recorrido de la gente de mi edad y de mi generación, de la ilusión enorme que tuvo cuando llega la democracia, el encuentro con la realidad ha resultado en ocasiones llenos de altibajos, pero siempre con una especie de inclinación declinante que en los últimos últimos tiempos ha producido un "esto es lo que hay y no hay manera humana de soñar con otra cosa".

Es la primera vez que no existe un pensamiento utópico progresista. El único pensamiento utópico que hay es regresivo. O sea, los únicos que sueñan con algún futuro son los que sueñan con el pasado. Quieren que el pasado regrese. Ese es el único futuro que ahora calienta los corazones de la sociedad. El pensamiento que anteriormente alimentaba un "otro mundo es posible" ha dado por imposible cualquier otro mundo.

Mucha gente no lo dice, a lo mejor tampoco lo ha llegado ni siquiera a interiorizar, pero tiene la sensación de que se ha construido un juego de poderes de tal magnitud que está fuera del alcance de las posibilidades de la sociedad, y de que estamos inexorablemente arrastrados por una corriente que impone su ley con autoridad. El pensamiento ha perdido gas, ilusión o esperanza.

Insisto, es la primera vez que no veo en el horizonte un pensamiento que sueñe. Lo único que veo en el horizonte es el sueño de los que quieren regresar al pasado. CONTINUAR LEYENDO

domingo, 25 de mayo de 2025

"CARTA ABIERTA A ISABEL DÍAZ AYUSO: SE ACERCA LA HORA DE LA VERDAD". Jesús Maraña (Director de Infolibre). infolibre.es 23 de mayo de 2025

Señora Presidenta de la Comunidad de Madrid:

Han tenido que pasar exactamente cinco años para que una jueza madrileña, Isabel Durántez, titular del juzgado de instrucción número 3, decida sentar en el banquillo a los autores del Protocolo de la Vergüenza que prohibió trasladar a miles de mayores de las residencias a los hospitales de Madrid en lo peor de la pandemia con criterios de exclusión discriminatorios (ver aquí). Carlos Mur y Francisco Javier Martínez Peromingo, responsables en aquellas fechas de Coordinación Sociosanitaria de la Comunidad que usted preside, están citados a declarar como imputados este lunes, 26 de mayo, como consecuencia de la macrodenuncia presentada en octubre por 109 familiares. Hoy, señora Ayuso, es un día de esperanza para las familias de las 7.291 personas mayores que murieron abandonadas en geriátricos de Madrid entre marzo y abril de 2020, y un día aciago para usted, para su mano derecha, MAR, y para tantas voces –políticas y mediáticas– que arroparon sus mentiras con un desparpajo indigno.

Fue precisamente el 26 de mayo de 2020 cuando infoLibre desveló la existencia de un Protocolo dictado el 20 de marzo anterior que establecía “CRITERIOS DE EXCLUSIÓN” (así, todo en mayúsculas) que prohibían expresamente el traslado de residentes a hospitales –tuvieran o no covid– si sufrían problemas de movilidad o de discapacidad física o mental (ver aquí). Lo primero que usted y sus secuaces hicieron fue calumniar a este periódico, a mí mismo y a Manuel Rico, entonces responsable de investigación. Sí, así de claro. Dijeron que ese documento no existía, que era “un invento de la izquierda radical”. El único patrimonio de un periodista o un medio de información que merezca tal nombre es su credibilidad, su esfuerzo permanente de veracidad y su compromiso de rectificar cuando se equivoca.

Mintió usted, mintió su consejero de Sanidad, Enrique Martínez Osorio, y mintió toda su amplia nómina de lacayos acostumbrados al éxito de esa estrategia de la mentira que tan hábilmente despliega su jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez. Cuando publicamos el documento con firma (de Carlos Mur) y sello oficial, entonces dijeron que se trataba de “un borrador”. Recuerdo perfectamente el ruido de tantos altavoces mediáticos que repicaron la tesis del “borrador”, como recuerdo la llamada que recibí esa misma noche de la directora de una residencia privada del norte de Madrid. “¿Cómo se atreven a decir que era un borrador? Yo misma lo consulté para cerciorarme de esa orden. Porque fue una orden, y yo, como tantas directoras o directores de residencias, pedí al hospital de referencia traslados que se me negaron, y de ancianos que ni siquiera tenían covid”. Estaba completamente indignada, y nos envió correos que demostraban lo que decía: geriatras que se escudaban en el Protocolo para negar los traslados. Fueron añadiéndose testimonios y pruebas que demostraban el abandono en el que murieron miles de residentes en Madrid.

Ha tenido usted la indigna desvergüenza de instalar durante cinco años otra enorme falsedad: “en Madrid ocurrió lo mismo que en tantas otras comunidades autónomas”. Sabe perfectamente que es mentira: hubo también protocolos que impedían traslados en las fechas de mayor saturación hospitalaria, pero ninguno que estableciera esos CRITERIOS DE EXCLUSIÓN (así, con mayúsculas) que sus altos cargos ahora imputados firmaron. Y esa falsedad han seguido y siguen sosteniéndola sus secuaces, y también conocidos periodistas en debates televisivos y en medios que, cómo no, reciben inyecciones de dinero público de los madrileños gracias a la opacidad con la que usted, MAR y el alcalde Almeida manejan el reparto “digital” de la publicidad institucional (ver aquí). Puestos a hacer comparaciones, le recuerdo que la mortalidad en residencias de mayores en Madrid “duplicó la media de otras comunidades autónomas y otros países de la UE” (ver página 129 del informe de la Comisión Ciudadana de juristas y expert@s que investigó lo ocurrido). Entre marzo y abril murieron en Madrid uno de cada cinco residentes.

Después de toda la cadena de bulos distribuidos por usted y su fábrica de “realidades alternativas”, hace poco más de un año se atrevió a lanzar en la Asamblea de Madrid una sentencia tan lapidaria como osada: se hizo lo que se pudo. Y añadió que “había muertos en todas partes (…). Mucha gente mayor cuando iba a los hospitales también fallecía (…). No se salvaba en ningún sitio”. Otro infundio, que desmontamos con datos oficiales de la propia Comunidad madrileña: el 65% de los residentes derivados a hospitales en marzo y abril de 2020 se salvaron (ver aquí).

Usted sabe perfectamente que no se hizo lo que se pudo. Al “hospital milagro” del Ifema (más bien “un plató de televisión”, en palabras de su exconsejero Alberto Reyero, el único que tuvo la dignidad de denunciar públicamente el desastre y de dimitir del cargo) solo fueron trasladados pacientes con síntomas leves (garantía del “milagro”), y en las seis semanas que se mantuvo abierto fueron atendidas 3.811 personas, de ellas sólo ¡23 residentes! No medicalizaron las residencias como dijeron que harían, ni siquiera llevaron a los mayores a alguno de los 14 hoteles medicalizados, con 1.036 camas de las que solo se llegaron a ocupar a la vez 837. ¿Cómo se atreve a decir que se hizo todo lo que se pudo? La verdad es que solo quienes disponían de seguro fueron trasladados a alguno de los 68 hospitales privados de la región.

Usted, señora Ayuso, tenía el “mando único” en Madrid para afrontar la covid, con autoridad para utilizar todos los medios, públicos y privados, para salvar vidas. Pero su gestión, y la de sus cargos sanitarios, dejó abandonadas a su suerte a 7.291 personas mayores que fallecieron y de las que podrían haberse salvado hasta 4.000, según el informe de la citada Comisión Ciudadana (ver aquí).

Este lunes, 26 de mayo, se abre una nueva etapa de esperanza para las familias que perdieron a un ser querido. Marea de Residencias o la asociación 7291 Verdad y Justicia ven al fin una luz en su exigencia de justicia después de cinco años de impotencia ante el rechazo a sus múltiples demandas por parte de la fiscalía y de los tribunales. La macrodenuncia de octubre pasado, por la que se acusa a una veintena de cargos de la Comunidad, centra su argumentación en el artículo 511 del Código Penal, que castiga la “denegación de la prestación sanitaria por motivos discriminatorios”. Cualquiera que lea la detalladísima denuncia sin ojos sectarios (o financiados de parte), observará que la discriminación fue clara como el agua clara. Y así lo han visto por fin algunos fiscales madrileños que han planteado su acusación ante la titular del juzgado de instrucción número 3.

Confieso que respecto a usted nunca he albergado la menor esperanza. Inició su carrera política aplicando al caso Avalmadrid (ver aquí) nuestro dosier de investigación) el mismo desparpajo en la falsificación de la realidad que más tarde aplicó al caso de las comisiones que su hermano cobró en plena pandemia por contratos de mascarillas con la Administración que usted preside, una osadía que ha elevado hasta límites insospechados en el caso por fraude fiscal que afecta a su pareja, Alberto González Amador, que pretende llevarse por delante –con la ayuda inestimable de algún magistrado “creativo”– nada menos que al Fiscal General del Estado (ver aquí). Su carrera política es la historia de una sucesión de mentiras. Un fraude completo.

Así que no espero ningún cambio en su estrategia política ni en lo que susurra en su oído el inefable MAR. Sigue convencida de que las urnas “lavarán” de nuevo su gestión con una mayoría abrumadora. Es posible, aunque los nervios que va mostrando cada semana en la Asamblea cuando la oposición de PSOE y Más Madrid le recuerdan las numerosas zonas oscuras de su gestión indican que la vía judicial abierta le incomoda (como mínimo). Si alguien se toma la molestia de repasar el dosier completo de infoLibre sobre lo ocurrido en las residencias (ver aquí), comprobará que hay esperanza, o yo al menos la mantengo siempre que existan medios independientes comprometidos con causas justas y siempre que queden jueces y fiscales dispuest@s a perseguir la verdad, cueste lo que cueste.

Atentamente, Jesús Maraña

sábado, 24 de mayo de 2025

"QUE NO DESARMEN A MUJICA". El blogero Curb

Ayer murió José Mujica, con 89 años. Se nos murió un compañero, y pocas veces a uno de los nuestros lo despiden así, tantos y tan distintos. Hay que alegrarse de ello, de que conmoviese a gente más allá de su cultura política, de que se convierta en un referente tan amplio. Y hay que pensar en por qué conmovía.

Ahora, la mejor manera de despedirle, es reivindicar a Mujica. Enterrarlo y despedirlo de nosotros, no dejar que nos lo entierren con otros nombres. Mujica no era sólo un viejito entrañable, un franciscano que vivía en una granjita a las afueras de Montevideo. Mujica tuvo una historia y formó parte de una generación.


viernes, 23 de mayo de 2025

"DEBEMOS HABLAR DE RIQUEZA EXTREMA". Dhananjayan Sriskandarajah, elDiario.es 20/05/2025

Hace décadas, los economistas del Banco Mundial formularon un umbral de pobreza extrema.Hoy necesitamos una línea equivalente para el otro extremo del espectro: el punto por encima del cual una sociedad no debe permitir que ningún hogar acumule riqueza

Una vez más, es la familia Hinduja. Gopi Hinduja y su familia, que dirigen el Grupo Hinduja, aparecen citados como la familia más rica de Gran Bretaña en la última lista de ricos del Sunday Times. La gran noticia hasta ahora parece ser que su riqueza ha descendido a 35.300 millones de libras, frente a los 37.200 millones del año anterior. Pero esa noticia, y gran parte del debate que habrá este fin de semana, corre el riesgo de pasar por alto la verdadera historia. “Lista de ricos” apenas es la descripción adecuada para la riqueza extrema de la que deberíamos estar hablando.

En 1989, cuando el Sunday Times publicó por primera vez su lista anual de ricos, para ser incluido en ella alguien tendría que tener 6.000 veces la riqueza de la persona media en el Reino Unido. Eso ya es una brecha bastante grande, pero ahora se ha triplicado hasta más de 18.000 veces la media, según un estudio de la Universidad de Greenwich.

El problema es que la riqueza engendra riqueza. Quienes poseen tierras, propiedades y acciones han obtenido enormes beneficios de estas inversiones y han podido acumular más activos con el tiempo, generando aún más beneficios. Para empeorar las cosas, mientras que la desigualdad de ingresos puede atenuarse con medidas como un salario mínimo o impuestos progresivos, los responsables políticos parecen incapaces o poco dispuestos a hacer algo con respecto a la acumulación de riqueza.

Los sucesivos gobiernos han afirmado estar a favor de los “trabajadores”, pero han hecho la vista gorda ante el hecho de que la mayor parte de la acumulación de riqueza en las últimas décadas se ha producido a través de la recaudación pasiva de los rendimientos de la riqueza existente, en lugar de obtenerse mediante el trabajo duro o la brillantez empresarial. Lo peor de todo es que no existe un límite máximo para la riqueza que puede adquirir un individuo o una familia. En lugar de ello, se nos pide que celebremos las grandes fortunas de los superricos y observemos pasivamente cómo nos precipitamos hacia los primeros trillonarios del mundo. Algo que podría ayudar a frenar los excesos de la desigualdad de la riqueza es una “línea de riqueza extrema”, una idea que está empezando a ganar adeptos entre los activistas y los expertos políticos.

Hace décadas, los economistas del Banco Mundial formularon un umbral de pobreza extrema calculando cuánto dinero necesitaría una persona para comprar alimentos y productos básicos suficientes para sobrevivir cada día. Esa innovación nos ayudó a comparar la pobreza entre países y épocas, y ayudó a los responsables políticos a priorizar las intervenciones para reducir la pobreza. También era una declaración ética: el punto por debajo del cual una sociedad no debe permitir que caiga ningún hogar.

Hoy en día, creo que necesitamos una línea equivalente para el otro extremo del espectro: el punto por encima del cual una sociedad no debe permitir que ningún hogar acumule riqueza, y por encima del cual los responsables políticos deben actuar de forma proactiva para frenar la acumulación de riqueza.

Hay un punto a partir del cual la riqueza da demasiado poder para influir en la política a través de grupos de presión, donaciones a partidos o regalos, del mismo modo que hay un punto a partir del cual los impactos medioambientales de los estilos de vida de los superricos causan un daño extremo al medio ambiente. Y un punto a partir del cual la concentración de riqueza socava la competencia económica y reduce la inversión productiva. Mientras tanto, el aumento de la desigualdad desgarra el tejido social que nos une. Corremos el riesgo de convertirnos en una isla de ricos y pobres, en lugar de una isla de extraños.

Aquí es donde la cosa se complica. Si preguntamos cuál es ese punto, obtendremos respuestas muy diversas. ¿Es cuando alguien se convierte en multimillonario? ¿Es el 1% de los más ricos? ¿Son 10 millones de euros, como sugiere la escritora holandesa Ingrid Robeyns en su excelente libro 'Limitarianism: The Case Against Extreme Wealth?'.

Aquí es donde el trabajo realizado por los compiladores de la lista de ricos para sumar el valor de la tierra, la propiedad, las acciones y “otros activos como el arte y los caballos de carreras” de los súper ricos podría ser útil. Resulta que se necesita un patrimonio neto de 350 millones de libras para figurar en la lista de este año. No sé si era su intención, pero esta cifra es unas 1.000 veces la riqueza media de los hogares británicos. Curiosamente, una encuesta reciente reveló que casi dos tercios de los millonarios de los países del G20 creen que la riqueza supone un riesgo para la sociedad cuando alguien tiene 1.000 veces la media social. Incluso los ricos creen que hay un límite.

Me encantaría someter estas opciones a una asamblea ciudadana y pedir a una muestra representativa de británicos que consideraran las pruebas, escucharan los argumentos y llegaran a un punto por encima del cual la riqueza debería considerarse extrema. Sin algún tipo de comprensión independiente de cuándo la riqueza se convierte en perjudicial, existirá la opción de ofuscar, impedir y anular los intentos de frenar los perjuicios de la riqueza extrema.

Encontrar una forma democrática de definir una línea de riqueza extrema podría dar por fin a los políticos el mandato y un marco para abordar la desigualdad antes de que sea demasiado tarde. Daría a la canciller una justificación sólida para aumentar los tipos impositivos a aquellos cuya riqueza supere la línea. Si no está dispuesta a ir tan lejos, podrían modificarse las normas fiscales y de sucesión para obligar a los ricos a donar a obras benéficas el patrimonio que supere la línea. Si incluso eso le parece demasiado audaz, el gobierno podría limitar la herencia que podría recibir cualquier neonato por debajo de la línea de riqueza extrema.

La semana pasada, Bill Gates se comprometió a donar el 99% de su fortuna, citando un ensayo de 1889 ('El Evangelio de la Riqueza') del magnate Andrew Carnegie, que escribió: “El hombre que muere así de rico muere deshonrado”. Esto es admirable, pero es ingenuo y peligroso que la sociedad confíe en el filántropo ilustrado para frenar la desigualdad. Tenemos que dejar de glorificar la riqueza mediante listas de ricos y empezar a poner coto a la riqueza extrema.

miércoles, 21 de mayo de 2025

"CONTRA EL ANTIWOKISMO". Daniel Innerarity, El País 25 FEB 2025

RAQUEL MARÍN
La idea de que por todas partes nos acecha el poder de una minoría sirve para justificar ideológicamente el poder de la mayoría, o sea, el de siempre

El organizador de los Juegos Olímpicos de Tokio en 2021 afirmó que no se debía aumentar el número de mujeres en el comité organizador porque “las mujeres hablan mucho en las reuniones”. ¿Estamos ante una constatación sociológica o ante un modo de hablar ofensivo? El hecho de que exista un nuevo consenso social acerca de la igualdad de hombres y mujeres que implica un modo de referirse a ellas, ¿es una imposición injustificada o un valor que hay que proteger también evitando las formas de hablar que implican una falta de respeto y con las que se justifican ciertas exclusiones? Aquel varón habría sido hoy criticado y seguro que se defendería denunciando una persecución woke.

En ocasiones se critica el wokismo, no para impugnar alguna de sus exageraciones, sino con la intención de deslegitimar el cuidado a la hora de referirse a los demás y cuestionar la voluntad de inclusión. No hace falta estar de acuerdo con algunas de sus manifestaciones más exageradas para compartir el objetivo que anima la exigencia de respeto e igualdad. Comencemos analizando la maniobra: el antiwokismo exagera los peligros que para la libertad tiene una determinada cancelación y así minusvalora la falta de libertad estructural para las minorías que el wokismo quiere denunciar. De la anécdota se concluye en la categoría, con un par de exageraciones se pasa a ridiculizar todo un movimiento y, lo que es más importante, a minusvalorar el tipo de discriminaciones sobre las que trata de llamar la atención y combatir. En ocasiones la libertad de expresión que se reclama es selectiva y uno desea gozar del derecho a decir cualquier cosa, también en defensa de quienes sostenían un estado de cosas en el que ciertas personas no podían ejercer ese derecho. Por supuesto que silenciar a quienes sostienen ciertas opiniones ofensivas o excluyentes puede no ser la mejor medida para combatirlas, pero debe haber una posibilidad de impugnarlas, algo que cierto antiwokismo pretende impedir; quiere que no se cancele a quien ha gozado inveteradamente de la potestad de cancelar.

La crítica a la corrección política y a la cultura de la cancelación son solo marcos de combate estratégicos para la agenda conservadora de las nuevas derechas, cuya repetición ha conseguido que se instale incluso en buena parte del mainstream liberal. Se trata del típico conservadurismo que presenta como defensa de la libertad el mantenimiento de un statu quo que discrimina a tantas personas y grupos enteros. Se habla de la cultura de la cancelación para no tener que hablar de aquello que ese movimiento, con mayor o menor acierto, pretende superar. Los conservadores se escandalizan de que se haya cancelado a un autor que utilizaba en el pasado expresiones racistas sin que les escandalice la persistencia del racismo; critican lo que interpretan como una censura (en ocasiones lo es y sin ninguna justificación), pero parecen desconocer que ese arte cuya libertad ahora dicen defender ha estado siempre estructurado por normas que excluían por principio a muchas personas del mundo de la cultura. No se trata, por supuesto, de sustituir las cancelaciones de antes por otras, sino de que sea posible la crítica a cualquier intento de exclusión, incluido el que se esconde bajo la apariencia de normalidad. CONTINUAR LEYENDO

martes, 20 de mayo de 2025

"TODOS TENEMOS DERECHO A SER PLUMA". Luis García Montero, El País 19 MAY 2025

Los emisarios del bulo acusan a los demás de falsificadores o enemigos de la libertad de expresión

Tomando ora la espada, ora la pluma. Así vivió Garcilaso de la Vega, un maestro de la poesía condenado a sufrir entre las armas del sangriento Marte. La vida despierta una curiosidad elocuente y, con puro ingenio y lengua casi muda, llegamos a descubrir en algunos rostros belicosos la presencia secreta de la pluma. Nos lo enseña la Égloga Tercera, escrita con voluntad honesta y pura. También nos lo enseña la triste experiencia de algunos amigos, condenados a utilizar la espada, la apariencia feroz, el grito, para ocultar en su cuerpo el amaneramiento de la pluma sigilosa, una pluma que el mundo cruel invita a convertir en secreto. Hay realidades que obligan a vivir en las mentiras y mentiras que se justifican a sí mismas bajo un disfraz guerrero contra la vida. Los emisarios del bulo acusan a los demás de falsificadores o enemigos de la libertad de expresión. Los corruptos de la Justicia acusan a sus víctimas de atentar contra la independencia judicial. Los que no aceptan los latidos de su pluma, porque la consideran fruto de una debilidad muy íntima, pretenden ocultar su solitaria blandura con una crispación automática. El desprecio, la soflama, los gruñidos, asaltan las discusiones para esconder la flojedad.

Pero si uno se fija bien en el rostro, aparece la pluma, sobre todo cuando una cosmética presumida quiere quitar arrugas y embellecer la mirada o la sonrisa. Hay falsificaciones que sólo sirven para descubrir la verdad. Todos tenemos derecho a ser pluma. Nos lo enseñó Luis Cernuda en otro poema famoso: estar cansado tiene plumas, plumas graciosas como un loro, plumas que desde luego nunca vuelan. Así que resulta muy cruel mentirse a sí mismo y a los demás, esconder el agotamiento y las debilidades con un vocabulario de Generalísimo, una retórica ofensiva contra la buena convivencia. A la larga aparece la pluma, la fragilidad, la condena de ser un opositor ante el propio espejo.


ESTOY CANSADO. Luis Cernuda

Estar cansado tiene plumas,
tiene plumas graciosas como un loro,
plumas que desde luego nunca vuelan,
mas balbucean igual que loro.

Estoy cansado de las casas,
prontamente en ruinas sin un gesto;
estoy cansado de las cosas,
con un latir de seda vueltas luego de espaldas.

Estoy cansado de estar vivo,
aunque más cansado sería el estar muerto;
estoy cansado del estar cansado
entre plumas ligeras sagazmente,
plumas del loro aquel tan familiar o triste,
el loro aquel del siempre estar cansado.

domingo, 18 de mayo de 2025

El pensamiento de Régis Debray salta a la gran pantalla: “En el siglo pasado el tabú era el sexo, hoy es la muerte”. Raquel Villaécija, El País - 25 ABR 2025

Régis Debray, retratado en su casa en Houdan el pasado 15 de abri

El cineasta Costa-Gavras estrena en España ‘El último suspiro’, una adaptación del libro del filósofo y escritor francés sobre el final de la vida

Él miró a la muerte de frente una vez. Fue en 1967, cuando, tras combatir con el Che Guevara, fue capturado y torturado. Pasó cuatro años en una cárcel de Bolivia y fue condenado a la máxima pena. Relata esos instantes, cuando pensaba que eran los últimos: “Es curioso porque primero empiezas a entrar en pánico y, al final, cuando crees que llega el momento, te conviertes casi en un espectador. Estaba en el pelotón y en realidad era una simulación, pero yo no lo sabía. Hay un momento donde todo se vuelve ligero. Te resignas”, explica Régis Debray.

El filósofo (París, 84 años) publicó hace dos años El último suspiro, una obra a dos voces en la que, junto con Claude Granje, jefe de unidad de cuidados paliativos, aborda la importancia del acompañamiento en los últimos momentos de la vida. En esa vivencia se ha inspirado el cineasta francogriego Konstantin Costa-Gavras (Iraia, 92 años) para su último filme, que lleva el mismo título y que se estrena ahora en España.

Un “trabajo valiente” en el que se aborda “el tabú de este siglo”, explica Debray en su casa de Houdan, un pueblo a 70 kilómetros de París, un templo lleno de libros, clasificados por géneros, rodeado de prados verdes y amarillos. “No podemos aprender a morir, claro que no. Podemos aprender a ver morir, pero aprender a morir es absurdo, casi algo cómico”, analiza.

A sus 84 años, Debray se refugia en este espacio tras una vida llena de riesgo y épica: fue amigo de Fidel Castro y luego se unió al Che Guevara para extender su revolución hasta Bolivia. Aunque no quiere profundizar mucho en este episodio, “en realidad solo estuve a punto de morir aquella vez”. “Hay que hacerse a la idea de que el hombre es mortal. Por eso, en el marco de los cuidados paliativos, el problema es ver morir”, ahonda.

Sin embargo, en sus visitas a estos centros, las que realizó para escribir El último suspiro, se dio cuenta de una realidad: “Los médicos que trabajan allí no están tristes. No hay nada de fúnebre en los centros paliativos, los sanitarios están de buen humor, eso me sorprendió”, señala. En Francia mueren al año 600.000 personas y “solo hay 200 centros paliativos. Se habla de multiplicarlos, sí, pero hay pocos voluntarios”. Las mujeres, dice, “son más valientes frente a la muerte, igual porque han dado a luz y tienen más resistencia al dolor, creo que ellas tienen menos miedo a la muerte”.

En El último suspiro, la vida y la muerte, o su aproximación, se reconcilian a través de una conversación: la que mantienen un doctor encargado de un hospital de cuidados paliativos y un escritor, que interpretan los actores Denis Podalydès y Kad Merad (Debray y Granje). También participan en el reparto Ángela Molina y Charlotte Rampling.

“Yo quería hacer una película más divertida”, dice Debray, pero Costa-Gavras “ha preferido hacer una película no sobre la muerte, sino sobre la prevención, una oda a la vida. Es muy valiente en un momento en el que hacemos todo lo posible para borrar la muerte, porque él plantea el debate, no lo esquiva y hace una película sobre un tema tabú”.

La muerte la rechazamos, la ocultamos, la negamos y la hemos convertido en algo “casi clandestino”. “Durante el siglo XX el tabú era el sexo, en el siglo XXI esto ya no es un tabú y en eso Freud ha contribuido mucho. Hoy es la muerte, un tabú más difícil de superar que el del sexo”.

Aunque fue un firme defensor de la laicidad en Francia, la separación de la iglesia del Estado (fue uno de los primeros miembros del comité por la laicidad de la República francesa), Debray ha analizado el papel de la religión y de la fe dentro de los grupos sociales. Considera que el declive del cristianismo ha influido mucho en este rechazo a la idea de irnos. “Antes era una etapa más, no era una marcha definitiva, pero la relativa desaparición de la fe y la creencia en el paraíso, y sin la idea de resurrección, lo ha convertido cada vez más en tabú”.

La muestra, defiende, es cómo la cubrimos de eufemismos: hoy no se habla de muerte, sino del fin de la vida, el cáncer es “una larga enfermedad”, un “viejo es un senior” y la eutanasia es “una ayuda a morir”. “Todo muy políticamente correcto. Hacemos todo para evitar la muerte física y moral y hay pudor para hablar de ella”, denuncia.

También ha perdido su lugar en los rituales, fruto de esa decadencia de la fe, y en ese intento por borrarla del mapa, “ya no hay cortejos fúnebres, esos que antes atravesaban los pueblos para que la gente despidiese al difunto, el luto ha desaparecido, el espectáculo de la muerte está prohibido, se ha convertido en algo clandestino y se hace todo lo posible para que no sea un problema. Se ha convertido en una obscenidad”. Casi, denuncia, está desapareciendo el velatorio: antes se velaba a los muertos en casa, y “hoy se ha convertido en algo molesto”.

En los días posteriores a la entrevista, Debray tenía que someterse a una intervención, pero le pide un cigarrillo a su esposa. Se pasea por el salón rodeado de libros mientras reflexiona. La muerte es un tabú, pero ¿tenemos menos miedo a la muerte de los otros que a la propia? “También ahí, cada vez la aceptamos menos. Antes se podía hacer una foto de alguien que había fallecido, ahora está prohibido”.

Recuerda que una de las últimas fotos de difuntos célebres que se publicaron en la prensa fue la de la cantante francesa Edith Piaf, que falleció el 10 de octubre de 1963. Fue el mismo día que el poeta Jean Cocteau, pero “ella acaparó las portadas de la prensa y él, las páginas interiores”. Este último “tuvo la mala idea de morirse el mismo día que una figura tan popular como ella. Hay hasta que elegir bien qué día morirse”.

jueves, 15 de mayo de 2025

"El pensamiento indígena señala las causas de nuestras crisis. E interesa cada vez más". Mar Padilla - El País 25 ABR 2025

Dos yanomamis en la selva del sur de Venezuela
Si observamos nuestra sociedad ultraliberal desde fuera —como si fuéramos etnólogos investigando nuestra propia forma de vida—, descubrimos un sistema que nos está llevando a una crisis existencial
Demasiadas veces creemos que nuestro modo de vida es el único válido, el “verdadero”. Pero la gran enseñanza de la antropología es que hay muchísimas maneras de interpretar y habitar el mundo. Hasta hace una década, cuando Gemma Orobitg, profesora de Antropología en la Universidad de Barcelona, explicaba en clase el pensamiento de la comunidad pumé, de Venezuela, muchos estudiantes no lograban conectar. “Les sonaba a chino”, dice.

Ahora no tanto. De un tiempo a esta parte percibe mayor interés por el pensamiento indígena. “En general, nuestra forma de pensar es cerrada. Pero hay que salir de nuestras respectivas cajas de resonancia. Y ahora noto más ganas de cambiar de perspectiva”, afirma al teléfono Orobitg, doctora en Antropología por la École des Hautes Études en Sciences Sociales.

Más allá del tópico exótico y esencialista, se diría que últimamente hay hambre de conocer formas de pensar de culturas para las que los occidentales somos, precisamente, los otros. Por eso se están publicando libros como El pensamiento indígena contemporáneo (Colegio de San Luis), coordinado por el mixteco Francisco López Bárcenas; La caída del cielo, de Davi Kopenawa, líder yanomami de Brasil (Capitán Swing); Escrito en la arena. Cómo el pensamiento indígena puede salvar al mundo y Relato correcto, relato incorrecto. Una travesía por el pensamiento indígena, de Tyson Yunkaporta, de los apalech, de Australia (Herder), o Ideas para postergar el fin del mundo (Prometeo) y Futuro ancestral (Taurus), de Ailton Krenak, filósofo indígena brasileño.

No es tan extraño. Si intentamos observar nuestra sociedad ultraliberal desde fuera —como sesudos etnólogos investigando nuestra propia forma de vida—, descubrimos un sistema que nos está llevando a una crisis existencial. “El mundo se está infectando de simplicidad artificial, enfangado en esa simplicidad. En realidad, la guerra entre el bien y el mal es una imposición de la estupidez y la simplicidad sobre la sabiduría y la complejidad”, advierte Yunkaporta por videoconferencia desde Melbourne.

No es tan extraño. Si intentamos observar nuestra sociedad ultraliberal desde fuera —como sesudos etnólogos investigando nuestra propia forma de vida—, descubrimos un sistema que nos está llevando a una crisis existencial. “El mundo se está infectando de simplicidad artificial, enfangado en esa simplicidad. En realidad, la guerra entre el bien y el mal es una imposición de la estupidez y la simplicidad sobre la sabiduría y la complejidad”, advierte Yunkaporta por videoconferencia desde Melbourne.

Según el autor australiano, el pensamiento occidental arrastra un defecto de origen: la idea de “yo soy más que tú, tú eres menos que yo”. Bajo un manto de corrección cultural, cuesta la mera posibilidad de escuchar y valorar otras formas de cultura. Pero no todo está perdido: el conocimiento está vivo, y el tiempo de la creación sigue desplegándose ahora, según los apalech. Otras personas en otros territorios también piensan así. CONTINUAR LEYENDO

lunes, 12 de mayo de 2025

"EL NUEVO PAPA SERÁ ANACRÓNICO O NO SERÁ". Nuria Labari El País 10 MAY 2025

Se habla muy poco de que la ideología vaticana choca frontalmente con valores democráticos como la igualdad, la diversidad y la protección a la infancia

Cómo me alegro de tener papa nuevo. Al fin los diarios vaticanos en que se han convertido todos los medios de comunicación de mi país dejarán de contarme todos los días lo mismo. No me quejo de que la información sobre el Estado de la Ciudad del Vaticano esté sobrerrepresentada frente a otros (que también), sino de que carezca del contexto ideológico e institucional en el que se desenvuelven sus actividades. Entiendo y comparto la importancia histórica de los hechos, pero creo que la avalancha acrítica de información ha creado un estado de opinión donde casi nos convencen de que la mayor preocupación contemporánea es quién o cómo será el nuevo papa. ¿Será progresista? ¿Será continuista? ¿Será conservador? Cuando todos (sobre todo todas) sabemos que da igual: será anacrónico.

Hoy en día, la Iglesia es una institución contracultural, por cuanto rechaza los valores y modelos de vida dominantes. Y sin embargo, creo que se informa, opina y piensa muy poco sobre este hecho crucial, incluso cuando el Vaticano monopoliza la información durante semanas. Entiendo que la fumata blanca es importante, pero a mí me parece que la fumata rosa que prendieron un grupo de mujeres en el Vaticano para reclamar la igualdad en la Iglesia debería serlo más. Porque, de otro modo, podría formarse un estado de opinión que justificara los anacronismos ultraconservadores de la Iglesia. Más allá de las figuras individuales, como Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo II, Francisco o León XIV, la Iglesia es una institución política además de religiosa, tiene un Estado y una ideología que afecta a la convivencia política en democracia (dado el poder político de la institución) y no solo a la espiritualidad o conducta de sus fieles. Me sorprende lo poco que se habla sobre el hecho de que la ideología vaticana choca frontalmente con las constituciones democráticas, basadas en la igualdad, la diversidad, la protección a la infancia y donde, por supuesto, ninguna aceptaría que se proclame la infalibilidad del jefe.

Las últimas semanas hemos recibido un curso acelerado de teología. Todos sabemos cuánto dura un cónclave, donde vive el papa o por qué hay cardenales que no visten de rojo. Poco hemos reflexionado sobre cuánto tiempo más puede silenciarse y sostenerse el anacronismo y la impunidad que rodea a la Iglesia católica. Hablamos de una institución política con tantos casos de pederastia que no pueden considerarse hechos aislados, sino una pauta de comportamiento que debe erradicar de forma urgente. Una institución machista que sigue sin reconocer la igualdad de las mujeres dentro de la Iglesia (año 2025) y que se opone con toda su fuerza política al derecho de las mujeres a decidir sobre nuestro cuerpo fuera de ella (aborto, anticonceptivos, determinación de género). Una institución homófoba que no reconoce el matrimonio homosexual y condena la identidad de millones de fieles. Que cuestiona el derecho a morir dignamente, largamente defendido por quienes desean poner fin a un sufrimiento sostenido sin que la religiosidad o creencias de otros se interpongan en ello. Pues bien, con todo y con eso, llevo semanas leyendo sobre la suerte que tuvimos de que el papa Francisco tuviera conciencia climática o fuera pacifista, como si se pudiera ser otra cosa en el nombre de Dios. Lo que clama al cielo es lo poco que se habla sobre todo lo demás.

domingo, 11 de mayo de 2025

"EL ORDEN DEL DÍA". Un libro de

PREMIO GONCOURT 2017Un relato inquietante acerca de los entresijos del inicio de la Segunda Guerra Mundial y la implicación de los empresarios en el ascenso de Hitler al poder.

En febrero de 1933, en el Reichstag tuvo lugar una reunión secreta, que no estaba en el orden del día, en la que los industriales alemanes—entre los que se contaban los dueños de Opel, Krupp, Siemens, IG Farben, Bayer, Telefunken, Agfa y Varta—donaron ingentes cantidades a Hitler para conseguir la estabilidad que él prometía. Desde ese año, Hitler ideó una estrategia de cara a la comunidad internacional para anexionarse Austria «pacíficamente»; para ello, mientras se ganaba la aquiescencia o el silencio de primeros ministros europeos, mantuvo una guerra psicológica con Schuschnigg, el canciller austriaco, hasta que la invasión (un alarde del legendario ejército alemán, que ocultaba graves problemas técnicos) fue un hecho.Esta novela desvela los mercadeos y vulgares intereses comunes, las falsedades y posverdades, que hicieron posible el ascenso del nazismo y su dominio en Europa hasta la Segunda Guerra Mundial, con las consecuencias de todos conocidas. El orden del día narra de un modo trepidante y muy novedoso, en escenas memorables, las bambalinas del ascenso de Hitler al poder, en una lección de literatura, historia y moral política.

sábado, 10 de mayo de 2025

"POR EUROPA". Luis García Montero. El País 05 MAY 2025

Un momento de la manifestación celebrada el 15 de marzo
en la plaza del Popolo de Roma en defensa de la UE y sus valores.
¿Es posible mantenerse neutral cuando desde dentro y desde fuera se quieren liquidar los derechos de la democracia social conquistados en nuestro continente?
Esta columna es un llamamiento, lo confieso desde la primera frase. Buena parte de mi formación como escritor consistió en aprender a distinguir entre un poema y un panfleto, o entre una columna de periódico y una llamada a la acción. Los columnistas ejercemos el derecho a interpretar de manera propia las noticias que ofrece el periodismo. Pero esta columna no es solo una interpretación. Es también un llamamiento a tomar partido. Después de oír a Putin y a Trump, después de asistir al genocidio promovido por Netanyahu en Palestina y al desmantelamiento del derecho internacional, me rondan en el corazón los versos que Gabriel Celaya escribió para defender la poesía como un arma cargada de futuro: “Maldigo la poesía concebida como un lujo / cultural por los neutrales / que, lavándose las manos, / se desentienden y evaden”.

¿Es posible mantenerse neutral cuando desde dentro y desde fuera se quieren liquidar los derechos de la democracia social conquistados en Europa? ¿Podemos evadirnos ante la responsabilidad de conseguir una mayor integración política que evite ser avasallados por las nuevas corrientes antidemocráticas? ¿Dejaremos de comprender que, bajo todo el debate plateado, hay un deseo de limitar la sanidad pública, la educación, las pensiones y el Estado del bienestar? ¿Olvidaremos que sin un diálogo honesto entre los valores de la igualdad y la libertad se nos van a imponer, ya sea por las dictaduras políticas o por los desmantelamientos neoliberales, las prepotencias económicas, el racismo y el machismo? ¿Dejaremos el clima de nuestro futuro en manos de las mascotas que ladran en favor de las grandes centrales eléctricas y de la bajada de impuestos?

Muchas ciudades españolas y europeas están convocando concentraciones para defender su compromiso con la democracia social. La de Madrid será el día 11 de mayo a las doce en la plaza de Callao. Esta columna es un llamamiento.

lunes, 5 de mayo de 2025

"PELIGRO: NOS ESTÁN REFORMULANDO LA DEMOCRACIA". Rosa María Artal, elDiario.es 2 MAY 2025

José María Aznar y Alberto Núñez Feijóo
en el Congreso del PPE en Valencia.

Aznar reescribe la democracia porque no cree en ella, al igual que el resto del PP. La “nueva” fórmula –vieja como el fascismo– recorta derechos y servicios. Y sus partidarios trabajan sin descanso, y sin apenas oposición. ¿De verdad no se puede hacer nada antes de llegar a lo de Argentina, a lo de EEUU, a lo que quieren y pagan para que se implante aquí?

Tras sus repetidas llamadas al golpismo saldadas con total impunidad, Aznar las lanza de nuevo con una audiencia mayor: la del Congreso del PPE en Valencia. Y extiende su famoso “el que pueda hacer que haga” a la Unión Europea, que tampoco es que le competa cargarse al presidente de un país miembro, y menos si es, como ocurre con España, la actual locomotora económica europea. El señor oscuro de las mil trampas les dijo a sus correligionarios conservadores, en realidad, que “actuaran” para sacar a España “del retroceso democrático” por un gobierno que “agoniza”. Así al menos titulaba uno de sus medios subvencionados con nuestros impuestos.

Hace falta mucha desfachatez para soltar esa soflama en la Valencia de Mazón, pero el PP tiene pocos complejos. Tan pocos como para seguir manteniendo la voz de un expresidente que lleva sobre sus espaldas tanta mugre. Desde la cumbre de las Azores y las mentiras del 11M al Yak42; desde haber invitado a gran parte de la corrupción española a la boda de su hija a tener a casi todo su gobierno encausado por lo mismo. La desvergüenza del PP y sus colaboradores mediáticos y la poca memoria de sus votantes obvia estos hechos.

Lo cierto es que el reelegido presidente del grupo popular europeo, Manfred Weber, es partidario de hacer pactos con la ultraderecha. Han perdido votos en su favor y no les incomoda en absoluto abrazar sus postulados. Como finura democrática conservadora hay poco en esa postura. Ha colocado a su amiga Dolors Monserrat como secretaria general del grupo tras su exitosa labor en pro del PP en Europa y en contra del Gobierno de España. No es, pues, descabellado por completo pedir a este personal del PPE afín, que “actúen” para tumbar al gobierno de España, dado que ni con todos los que “pudiendo hacer, hacen” han logrado que fenezca. Agoniza, dice. Diríamos, mejor, que se enfrenta a complicados problemas y que, por ahora, sale airoso.

No es solo el jefe Aznar quien incita a la desestabilización, se han lanzado todos detrás, Feijóo, Ayuso, todos sus portacoces y los medios a su servicio. Es como una borrachera conjunta en la que va creciendo su entusiasmo en el convencimiento de que España va muy mal y Sánchez es un desastre al que le quedan pocos días en el cargo. El ideario ya no disimula lo más mínimo: energía nuclear, no tocar para nada a las empresas eléctricas preservando todos sus beneficios, bajada de impuestos (restando evidentemente servicios públicos), no colaborar con el Gobierno en las medidas para contrarrestar los aranceles de Trump y, sobre todo, la mentira por bandera.

Cada vez que el PP está en la oposición despliega incontables esfuerzos para echar a quien gobierne y ponerse en su lugar. Tienen 11 de las 17 comunidades autónomas, más Ceuta y Melilla y el Senado, que usan como trinchera de ataque, pero no les basta: lo que mueve el gobierno del Estado les interesa en gran medida. Pero esta vez han sobrepasado todos los límites. A los continuos bulos e insultos, se añade la impresión, ¿verdad?, no sabemos por qué, de que sí ha habido jueces y otros estamentos de la judicatura que han sentido la llamada de Aznar y hacen. Y en los medios tanto o más. Y son dos sectores esenciales. Sin atemperar esta situación no va a ser posible salir de este agujero, sino que se entrará cada vez más en él hasta que ya falte el aire democrático. Porque, desde que el avance de esta acometida venía siendo notorio, se ha disparado de tal forma que no hacemos sino dar vueltas en ese pozo. Al PP y sus colaboradores no les importa que España funcione. Parafraseando a uno de ellos en el pasado, ya funcionará como debe ser, en su provecho, cuando alcancen La Moncloa. CONTINUAR LEYENDO

domingo, 4 de mayo de 2025

"PADRES EXPLOTADOS". Un artículo de Najat El Hachmi (El País 17 MAY 2024)

No es de extrañar que los niños crezcan sintiéndose siempre muy especiales, muy distintos a los demás, seres únicos que merecen tener todas las necesidades cubiertas

Anoto en la agenda el enésimo festival de fin de curso al que debo asistir en cumplimiento de mis obligaciones parentales. Unas obligaciones que han ido creciendo de modo exponencial en los últimos años y son inversamente proporcionales al número de hijos que tenemos. Aunque esto no importa porque el sistema escuela-familia-gurús de crianza funciona como si todos los hijos fueran únicos y nacieran con el derecho a disponer de atención y cuidados exclusivos. Antes, los alumnos podían darse con un canto en los dientes si sus progenitores aparecían por la escuela una vez al año en una cita excepcional, pero ahora no hay trabajador o profesional que no mueva citas y reuniones, cambie turnos o gaste días de asuntos propios para sentarse a ver desfilar todos los cursos cantando o actuando y aplaudir con entusiasmo. Remedios Zafra debería escribir un libro sobre el entusiasmo parental, tan alienante como el laboral.

Fiesta de otoño, conciertos, función de Navidad, desfile de carnaval, fiesta de primavera, semana cultural, demostración de judo, fin del cursillo de natación, de la escuela de verano… Yo me di cuenta de que íbamos de perdidos al río cuando asistí a una ceremonia de graduación en la guardería. ¡En la guardería!

¿De dónde viene esta autoexplotación? De la culpa, sin duda. Y de tantas películas americanas en las que el niño se pone muy triste cuando el padre no llega a tiempo de ver cómo hace de arbolito y ya está pensando en cómo le contará a su futuro psicólogo lo traumático que fue sentirse abandonado. Las madres nunca habían hecho disfraces, ni jugaban con los críos porque los críos suelen preferir a sus iguales como compañeros, pero ahora, los padres (y más las madres) lo somos todo y tenemos que hacerlo todo. Como si no trabajáramos ni tuviéramos vida más allá de cuidar los frutos de nuestro proceso reproductivo. No es de extrañar que crezcan sintiéndose siempre muy especiales, muy distintos a los demás, seres únicos que merecen tener todas las necesidades cubiertas. Las reales y las inventadas porque me temo que en la trampa de las exigencias desmedidas los padres nos hemos metido solitos sin que nadie nos lo pidiera. La primera fiesta de cumpleaños cuando la criatura ni sabe ni andar, la segunda cuando se dedica a pasar de los invitados y va a su bola si no es que les da con algún juguete. Muchas de las cosas a los que los acostumbramos desde muy pronto no eran necesidades suyas sino nuestras. ¡Pobres padres explotados! ¡Pobres niños con sobredosis de atenciones, asfixiados por la parentalidad total!

sábado, 3 de mayo de 2025

"EL IMPUDOR". Luis García Montero, El País 20 ENE 2025

Hay jueces al servicio de la impunidad desaforada. En Madrid llueve sobre mojado. Primero fue un padre, luego un hermano y ahora un novio que hace negocios con repercusiones sociales graves

En los crispados debates de la democracia española, conviene recordar que José Luis Ábalos ya no es militante del PSOE, forma parte del Grupo Mixto en el Congreso y su antiguo partido votó a favor de que perdiera el aforamiento para que fuese juzgado. Yo no opino sobre su culpabilidad, no sé, pero celebro la decencia de que un partido evite convertirse en amparo de figuras sospechosas. Fue también el caso de Errejón y Sumar. La psicolingüística nos ha enseñado que uno mismo debe controlar sus monólogos interiores si se quiere mantener un buen estado de ánimo público. La persona que se abandona a la furia interior acaba comportándose con ira desatada. Eso me lo enseñó la poesía, porque uno debe controlarse por dentro para no escribir versos que aparezcan como desahogos de patetismo o cursilería. También se aprende en el camino del colegio y del trabajo. Sofocar los arrebatos ayuda a no entrar en conflicto con los demás. En política, esa necesidad de pudor ético debe respirarse dentro de los partidos.

Las relaciones entre la justicia y la ética política rompen límites cuando se utilizan las influencias para detener o pervertir los procesos judiciales. Hay jueces al servicio de la impunidad desaforada. Los últimos acontecimientos dejan al descubierto casos extremos de deshonestidad. En Madrid llueve sobre mojado. Primero fue un padre, luego un hermano y ahora un novio que hace negocios con repercusiones sociales graves, por ejemplo, la privatización de la sanidad pública y el desbordamiento de sus servicios. Miles de ancianos murieron en las residencias de Madrid porque alguien dio la orden de que no fuesen tratados en la pandemia por los profesionales que podían salvarles la vida. Mala gente hay en todas las casas y todos los partidos. Lo doloroso para la democracia es que un partido abandone las reglas del pudor y se convierta en amparo de gente acostumbrada a los comportamientos turbios.

jueves, 1 de mayo de 2025

"LA IGLESIA CATÓLICA, UNA PATRIARQUÍA". Juan José Tamayo, elDiario.es 25 de abril de 2025

Ni una sola mujer apareció en el traslado de Francisco a San Pedro: la escena demuestra más que mil palabras la marginación, el silencio, la invisibilidad y el ocultamiento de las mujeres en la iglesia católica

El pasado 23 de abril fui invitado como comentarista del programa La Hora de la 1 de TVE a seguir en directo el traslado del féretro del papa Francisco desde la residencia de Santa Marta, donde vivía, hasta la Basílica de San Pedro, donde ha sido despedido por unas 250.000 personas. Las escenas que vi eran la mejor representación del patriarcado en estado puro que caracteriza y define la estructura jerárquico-piramidal y clerical del catolicismo romano.

Todos los participantes en la ceremonia eran varones: los cardenales vestidos de rojo, los sacerdotes, los portadores del féretro a hombros, la Guardia Suiza y los monaguillos que llevaban los cirios. Ni una sola mujer apareció en todo el recorrido. Su invisibilidad era total. Solo vi a dos mujeres periodistas informando sobre la ceremonia: Marta Carazo, directora del Informativo de las 9 de la noche de TVE, enviada especial estos días a Roma para informar in situ y en directo, y Begoña Alegría, corresponsal de TVE en Roma. La escena demuestra más que mil palabras la marginación, el silencio, la invisibilidad y el ocultamiento de las mujeres en la iglesia católica. Me cuesta entender cómo no había mujeres en tan solemne ceremonia de la despedida de Francisco cuando fueron ellas, y no los discípulos varones, quienes acompañaron a Jesús en los trágicos momentos de su crucifixión.

Esto sucede después de 12 años de pontificado del papa Francisco, que se caracterizó por revolucionar la doctrina social de la iglesia con un pensamiento político, económico y social revolucionario, que denunció el neoliberalismo como injusto en su raíz, pero apenas hizo cambios en el reconocimiento de la igualdad y la justicia de género y en la falta de protagonismo de las mujeres, que siguen siendo personas subalternas en el organigrama eclesiástico. Se cumple así la ley de todas las revoluciones: lo prioritario es el cambio de estructuras políticas, sociales y económicas, el cambio en la situación de las mujeres puede esperar, por muy discriminatoria que sea. Estamos ante el borrado de las mujeres de la faz masculina de la Iglesia católica. 

El cónclave, otra muestra más

La institución del cónclave para elegir al papa, vigente desde la Edad Media, es otra prueba más del patriarcado en el catolicismo. En esta práctica anacrónica sin luz ni taquígrafos, 133 cardenales que carecen de representación popular cristiana se encerrarán para elegir al nuevo Papa en un acto que transgrede todos los principios de la democracia. El Papa nombra a los cardenales sin participación alguna del pueblo de Dios. Los obispos son nombrados por el Papa sin consultar a las diócesis para las que son destinados. Los obispos nombran a los párrocos sin consulta previa a los “fieles”.

Muchas personas -y yo entre ellas- se preguntan cómo es posible que el Papa que va a dirigir (“pastorear”, se dice en el lenguaje eclesial) a 1.400 millones de católicos y católicas sea elegido por un reducido grupo de notables, todos varones, todos clérigos, todos célibes, que a su vez han sido elegidos por el Papa (también varón, en este caso el 80% por Francisco y el resto por Juan Pablo II y Benedicto XVI). Esta forma de elección no puede ser más aristocrática, patriarcal, antidemocrática y clerical. ¿Dónde quedan los deseos y la opinión del resto de las personas católicas? La Iglesia que defiende la democracia en la sociedad no la practica en su seno. Estamos ante una grave incoherencia.

Resultado: la Iglesia católica funciona como una perfecta patriarquía en la que las mujeres son excluidas de los espacios de poder, donde se toman las decisiones más importantes, del ámbito de lo sagrado, de los lugares donde se elabora la doctrina teológica y moral, incluso en aquellos temas que les afectan directamente, de muchas de las funciones ministeriales, de la administración de los sacramentos y, por supuesto, de la representación de Dios y de Jesús de Nazaret, reservada solo a los varones, en este caso a los clérigos.

A esto cabe añadir que las mujeres no son consideradas ciudadanas eclesiales, ni reconocidas como sujetos morales con autonomía para tomar sus propias decisiones y actuar en conciencia y conforme a la ética liberadora del Evangelio. Son comparsa, cristianas subalternas. ¿En qué queda, entonces, la igualdad de todos los cristianos y cristianas por el bautismo? ¿En qué queda la declaración de la igualdad de Pablo de Tarso: “Ya no hay judío ni griego, ni esclavo ni libre, ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús?” Una declaración que el filósofo de la esperanza Ernst Bloch llamaba “la Primera Internacional de la Igualdad”.

De la eclesialidad se ha apropiado la jerarquía eclesiástica en contra de la imagen de la Iglesia como comunidad de mujeres y hombres iguales conforme a los orígenes del cristianismo originario y al Concilio Vaticano II, que define a la Iglesia como comunidad de creyentes y pueblo de Dios. A la vista del análisis que acabo de hacer, parece claro que no se trata de un pueblo soberano, sino sometido a la jerarquía eclesiástica.

Durante sus doce años de pontificado, ¿mutó Francisco la lógica excluyente de las mujeres en la Iglesia católica por la inclusiva? Creo que no. Intentaré argumentar la respuesta en un siguiente artículo.

"¿QUÉ DICE LA BIBLIA —INSISTENTE Y CLARA— DE CÓMO TRATAR A LOS EXTRANJEROS Y MIGRANTES?

Éxodo 22, 20: «No explotarás ni oprimirás al extranjero, porque también vosotros fuisteis extranjeros en Egipto». Éxodo 23, 9: «No explotará...