Uno pensaba que era un realista, que vivía con los pies en la tierra, sin pájaros en la cabeza y con la mirada en lo concreto hasta que ha aparecido Jorge Volpi con su Invención de todas las cosas (Alfaguara), que ha venido a desmoronar estas espurias creencias. El escritor mexicano, que vive afincado en Madrid, viene a decirnos que vivimos en una ficción, que todo es una ficción, que usted y yo somos ficciones, y nada más que ficciones, y que hasta nuestros recuerdos son amaños y también son ficciones. Esta manera de dar al traste con los asentamientos ajenos le ha llevado «tres años de trabajo muy intenso», que es como denomina él a la escritura, y «25 años de lecturas y de reflexionar sobre la ficción». Así que aquí tenemos a un hombre, que no suele desenvolverse en gratuidades y florituras, y que viene a decirnos que somos productos de nuestro imaginario y que, si hemos crecido, es sobre todo por la imaginación, algo que consuela al alumno que fue uno y al que siempre le reprocharon estar en las nubes, pensando en fantasías, en ficciones.
... Estamos tratando de combatir de manera muy frágil justamente eso, las ficciones de relatos autoritarios que intentan desprenderse de la realidad y de los datos y de los hechos, que sí existen, para destruir lo que ha conseguido la humanidad. Buscan una modificación estructural del poder. Los autoritarismos persiguen concentrar el poder en una persona y en unos grupos concretos.
... La ficción más terribles es la que dice que el otro no es humano, o que es un humano de categoría inferior, o que es un humano que no merece ser atendido u oído. La peor ficción es la que la anula. Cuando dice que es perfectamente posible matar y aniquilar. La barbarie genocida. La concepción moderna de los nacionalismos excluyentes. Las ficciones nacen para dar sentido y orden, y un sentido y un orden que tiene que ver con la familia y con la comunidad. Hay quienes inventan estas ficciones y prefieren un relato con un enemigo. Lo vimos con los judíos, y en nuestra época con los inmigrantes, que ahora están ahí y están considerados como un enemigo interno por algunos. Eso no es más que una ficción. Es una ficción criminal.
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